sábado, 24 de abril de 2021

 

POR: Jaime Chuchuca Serrano

Publicado en la Revista El Observador (edición 121, febrero de 2021) 

 


Fraude a la victoria del movimiento indígena y popular en Ecuador
El CNE contabilizo más del 80n 8 horas los votos para la presidencia el 7F y se demoró en contar el 20 días. 96 horas seguidas Yaku Pérez pasó en segundo lugar con el 96 ontabilizado entre 20,04 19,6y en el 0,94 ontado en 3 horas cambiaron totalmente la tendencia para dejarle a Guillermo Lasso en segundo lugar. Con el 99, 65 omputado Arauz tiene 32,70Lasso 19,74Pérez en 19,38 Hervas en 15,69El  fraude informático pasó ante la vista de todos los ecuatorianos en la web de CNE. Yaku Pérez candidato de la izquierda decolonial podría convertirse en el primer presidente indígena del Ecuador. El complot de las redes del moreno-correísmo, los socialcristianos y Lasso frustran temporalmente este derecho histórico de los pueblos indígenas y populares.

Las 19 encuestadoras correístas y lassistas registradas en el CNE fueron parte del fraude, siempre le pusieron a Pérez en tercer lugar, alejado de Lasso por 10Las dos encuestas a boca de urna, Cedatos (lassista) y Clima Social (correísta) le pusieron en segundo lugar a Lasso, contradiciendo el primer conteo rápido del CNE. Teleamazonas, Ecuavisa y los medios estatales pasaron solo las encuestas y no el conteo rápido. Pita, vocal del CNE se inventó un segundo conteo rápido para darle la victoria a Lasso. El correísmo difundió mediáticamente que Lasso era el que pasaba a la segunda vuelta. Así se fue consumando poco a poco el fraude, mientras en las juntas, recintos electorales y sedes del CNE se rompían y adulteraban actas más notoriamente en la Costa y Pichincha, se violaban sellos de seguridad, se producían apagones como en El Oro, se perdían votos en Manabí, 8 mil 58 votos se pudieron recuperar a favor de Pérez. La estrategia de la oligarquía y de los medios fue contumaz. Por los comportamientos electorales de los ecuatorianos, Pérez tenían amplias posibilidades de ganar en la segunda vuelta al candidato del correísmo, Arauz, porque se le caía la careta de ser el único candidato de centroizquierda. Pérez se hubiese posicionado con el 69 e la votación de la centroizquierda, popular e indígena del Ecuador.
Las encuestadoras en Ecuador se han convertido en una verdadera mafia del negociado y fraude electoral. Los centros burgueses y del capital le hicieron fraude a la periferia, los pobres, los sectores populares, los indígenas, las mujeres, los trabajadores y los jóvenes organizados. Las grandes corporaciones burguesas del Ecuador, las transnacionales, no iban a permitir que un presidente de los movimientos sociales ponga en riesgo los negocios vendepatria del petróleo, las minas y el despojo por el cual han vivido décadas. Esto lo defendieron los socialcristianos y el lassismo. El correísmo sabía que Pérez le puede ganar en segunda vuelta a Arauz y se defendió con uñas y dientes dentro del Estado. El correísmo aún tiene personal trabajando en el CNE.

Quince días antes del 7F proyectamos que Yaku Pérez iba a llegar a segunda vuelta en varios artículos y entrevistas, pero igualmente alertamos la posibilidad del fraude electoral. ¿Cómo lo sabíamos? El sistema informático que maneja el CNE es el mismo corrompible de 2013, cuando empezaron las denuncias. La composición nacional del CNE, de las sedes provinciales también sugieren falta de democracia. El acceso a la información ciudadana en la página web del CNE es mínima. Su web muestra información por provincias y circunscripciones, no hay como hurgar los datos por cantones, parroquias, recintos y juntas como en otras elecciones; no hay respaldos escaneados. El ciudadano no puede corroborar la información. Por donde se escarbe hay anomalías, de modo físico en actas y papeletas y en su forma electrónica. Contradiciendo a Pérez, sostengo la hipótesis del fraude nacional, en el sistema web nacional la información se va modificando a cada momento.

El CNE y Lasso dicen que están dispuestos al reconteo, pero pasan los días y las mismas personas que posiblemente hicieron el fraude se encuentran resguardando los materiales electorales. No se puede dejar a los zorros (con perdón de los zorros) cuidando el gallinero. Si hay todavía un poco de ética y democracia en el Ecuador, se llamaría a nuevas elecciones presidenciales, no por Pérez, sino por la salud política del país, tan importante como las vacunas anticoronavirus.

En otros artículos he considerado las siguientes dimensiones para el escenario electoral: 1) correísmo/anticorreísmo; 2) izquierda/derecha; 3) corrupción/no corrupción; 4) candidato de la élite/candidato de los sectores populares e indígenas; 5) las propuestas demagógicas/propuestas reales, 6) racismo/antirracismo. Bajo estos criterios se pueden explorar no sólo el comportamiento electoral del ecuatoriano, sino también la posibilidad de la victoria de una candidatura alternativa como la de Pérez, o el incremento de la votación de candidatos como Hervas. En este proceso electoral, 7F 2021, se pierde la polarización entre el correísmo versus el anticorreísmo de derecha y aparece una nueva fuerza de izquierda popular y anticorreísta que determina diferentes rumbos electorales y políticos.

Hay tres tendencias construidas en la historia reciente y el Levantamiento de Octubre: 1) la del correísmo, de la burguesía y las clases medias, que incorpora la centro izquierda, la centro derecha y el neoliberalismo (Arauz); 2) la segunda tendencia, indígena, popular y de centro izquierda anticorreísta de Pérez, de los sectores populares e indígenas, del Levantamiento, de la antiminería, el ecologismo, el feminismo, el antipatriarcalismo; y 3) la tendencia del gran capital ecuatoriano, el neoliberalismo y populismo de derecha anticorreísta representado en Lasso.

Esta composición representa una transformación del tejido social, otorga nueva organización a la segunda tendencia que ha perdido forma en los anteriores procesos electorales. La votación de las periferias del Ecuador se concentra en la candidatura de Pérez. Pero también hay 22 provincias periféricas y 2 centrales del capital: Pichincha y Guayas. De estas, Pérez gana en 13 provincias periféricas (de la sierra y la Amazonía), Arauz gana en 7 (del total nacional en 8), Lasso en 1 (del total nacional en 2), Hervas en 1.

En el 11 de abril de 2021, los votos se dividirán entre el correísmo/anticorreísmo entre Andrés Arauz, y el candidato que resulte de la polémica Lasso/Pérez que depende de la correlación de fuerzas dentro del CNE que dan para que vaya Lasso. De ser Lasso el candidato le deja mucho más fácil a Arauz el escenario electoral por el desprestigio acumulado que tiene del feriado bancario, la corrupción de Mahuad y la estafa electoral. Si fueran Pérez y Arauz, de seguro gana Pérez. A pesar del fraude electoral en Ecuador se compone un campo político inédito: se fragua la disputa entre el populismo, el gran capital y la izquierda decolonial, periférica, marginal. Los pueblos y nacionalidades ecuatorianas proponen acabar con la polarización progresismo/neoliberalismo para tejer nuevas propuestas alternativas de la praxis social, indígena, popular, ecológica, antipatriarcal. Obviamente las victorias no pueden ser solo electorales, los pueblos hacen su historia en todos los campos.

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