domingo, 25 de abril de 2021

 

POR: Gabriela Astudillo Patiño

Publicado en la Revista El Observador (edición 122, abril de 2021) 

 


Cuenca y su acta de fundación
Revisando la historia de nuestra Santa Ana de los Cuatro Ríos de Cuenca, se conoce que luego de transcurridos 23 años de la llegada de los españoles a la ciudad inca de Tomebamba, el virrey Andrés Hurtado de Mendoza ordenó al capitán Gil Ramírez Dávalos la fundación de una nueva ciudad. De acuerdo al Acta de Fundación, en la disposición se puede notar que el lugar fue escogido aprovechando sus particularidades naturales tanto geológicas como hidrográficas, las cuales debían ser conservadas; y al parecer la fecha elegida también tenía su mérito, a fin de llevar a cabo este gran acontecimiento durante la semana mayor:

“…El lunes de semana santa de 1557, el 12 de abril, Gil Ramírez con la compañía de un grupo de españoles y de los caciques Diego, Juan Duma, Luis y Hernando Leopulla, ​ sobre las ruinas de Tomebamba refundó una ciudad con el nombre de Cuenca, en honor a la ciudad española de Cuenca. Se puede ver en un área de 500 metros cuadrados las tres etapas que han dado origen a lo que hoy es Santa Ana de los Ríos…” Posteriormente el domingo 18 de abril, día de Pascua de Resurrección, hace 464 años, Gil Ramírez Dávalos dirigió el acto jurídico de constitución del primer Cabildo de la Ciudad “…trabajó hasta el día 26 de abril adjudicando los primeros terrenos y creando el trazado básico tipo damero de la ciudad…”

ACTA DE FUNDACION
Observando el plano de la “Traza primitiva de la Ciudad de Cuenca, según el Acta de su fundación” se puede apreciar que su emplazamiento se desarrolla alrededor de la plaza central con el símbolo de la picota (Parque Calderón) cuyo trazado ortogonal va generando manzanas con lotes de personas particulares, dejando tres de ellas como reservas para equipamientos: hacia el norte la zona de la cárcel (antigua Escuela Central y actual Museo de la Ciudad), hacia el este la Iglesia Mayor (hoy la destacada Catedral Vieja) y al Noreste el Hospital:
De acuerdo a las instrucciones de la mencionada acta se describe: “…Primeramente… miraréis la parte e lugar donde mejor se podrá fundar el dicho pueblo, teniendo la atención que tenga agua perpetua y monte para leña e tierra para poder repartir y disposición para hacer molinos junto al pueblo, y en parte donde se pueda andar y tratar con carretas… el cual se ha de intitular la Ciudad de Cuenca y dársele ha horca y cuchillo y jurisdicción civil y criminal, y la horca se hará luego en la Plaza Pública en medio de ella…”

“…En continuación de la fundación de la dicha Ciudad de Cuenca, nombro y señalo una cuadra de cuatro solares para que se edifique y haga la Iglesia Mayor de la dicha Ciudad en un solar de ella, y para casa del Señor Obispo o su Cura y Vicario que fuere en la dicha Ciudad…” “…Y luego, incontinenti Su Merced del dicho Señor Gobernador señalo otra cuadra de cuatro solares en la otra parte de la Plaza a la parte del norte, un solar para Casas de Cabildo y Audiencia, y otro para la Cárcel Real de ella. Y otro para casas de Fundición y otro a las espaldas para la Carnicería Pública de la dicha Ciudad…”

De las tres manzanas indicadas, las dos primeras (aquellas que abarcaban la cárcel y la Iglesia Mayor) han mantenido características importantes a nivel urbano arquitectónico debido primero a su uso, puesto que continúan funcionando como importantes equipamientos, tal es el caso del Museo de la Ciudad y de la Iglesia del Sagrario; y segundo por sus catalogaciones patrimoniales, al estar consideradas con un alto y sobresaliente valor estético, histórico y significación social. En esta entrega haremos mención al Museo.

MUSEO DE LA CIUDAD
Según la Ordenanza para la Gestión y Conservación de las Áreas Históricas y Patrimoniales del Cantón Cuenca aprobada en el año 2010 por el I. Concejo Cantonal, -con el antecedente de la declaratoria de nuestra ciudad como Patrimonio Cultural de la Humanidad, y en el marco de que “…es su deber irrenunciable el regular las intervenciones en el territorio cantonal y por lo tanto en las zonas y sitios históricos del Cantón Cuenca, armonizando la preservación de sus valores culturales con las exigencias de la época actual…” – la edificación del Museo de la Ciudad estaría catalogada como de Valor Arquitectónico A (VAR A) por el rol que representa a nivel de tramo, de la manzana o del área en la que se emplaza por sus características estéticas, históricas y significado en la memoria colectiva, cuya construcción es susceptible únicamente de conservación y restauración.

De esta manera, en el emblemático Centro Histórico se puede apreciar el destacado edificio de la antigua Escuela Central “La Inmaculada”, que según el historiador Juan Cordero, en el sitio anteriormente funcionó un hospital, sobre todo para gente pobre indígena, desde 1747 hasta 1822; luego fue el centro educativo para niñas hasta el año 2008, también la biblioteca municipal, y en donde hoy funciona el Museo de la Ciudad desde el año 2015, inmueble que ha sido intervenido de acuerdo a la normativa vigente, es decir, se han respetado las crujías principales, consolidando elementos portantes, manteniendo las ventanas y puertas en forma de arco ojival con marcos de madera, y recuperando el color original de las paredes con estilo almohadillado, zócalos, cornisas, falsas columnas y canecillos de madera. En su interior, sobresale el gran patio central con pisos de piedra y mármol, rodeado por las galerías de madera y cubierta de teja, característicos de la época colonial, en donde es importante mencionar que se han eliminado barreras arquitectónicas para el libre acceso de personas con discapacidad, además, se ha recuperado la pintura mural y tabular.

Vale la pena resaltar la implementación de sistemas modernos de iluminación, sonorización, seguridad y ventilación, y materiales como el estuco liso, vidrio y acero inoxidable, éste último sobre todo en la zona donde se exponen los restos arqueológicos como canales incaicos y sepulturas; adaptando a nuevo uso una obra de arquitectura que brinda a la ciudadanía un espacio de promoción cultural, un lugar formativo y un área de reunión y participación ciudadana,  a través de su biblioteca, auditorio, museo, oficinas, salas de exposiciones y aulas de uso múltiple, cuyos patios y áreas libres han servido justamente en esta época de pandemia para dar lugar a eventos con todas las medidas de bioseguridad, como lanzamientos de obras, conversatorios, y recientemente el conocido proyecto educativo cultural “Noviazgo sin violencia” con la exposición “Pinceladas estudiantiles”, siendo un claro ejemplo de protección del patrimonio acoplado a las necesidades contemporáneas como parte de nuestra historia e identidad.

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