Es muy difícil que luego de haber sido durante diez años engranaje clave de un modelo autoritario y abusivo se pueda gozar de una tranquilidad absoluta. Tarde o temprano los abusos terminan pagándose. O al menos así debería ser según piensa, ahora más que nunca, el ex agente de seguridad Diego Vallejo, que durante muchos años de vivir en el exilio asegura tener evidencias y testimonios para probar una cosa: el ex ministro del Interior y actual legislador José Serrano arruinó su vida luego de haberle tendido una trampa y arrestarlo bajo acusaciones fabricadas con la complicidad de gran parte del aparato político y judicial del gobierno de Rafael Correa.
Vallejo está convencido de que ha llegado la hora de hacer cuentas con Serrano. El factor que nutre este viejo anhelo es la decisión, de la persona que dice haber plantado falsas evidencias en su contra, de contar lo que ocurrió en su caso. Se trata de Víctor Oswaldo Rivadeneira Macías, un ex agente del servicio de inteligencia de la Presidencia, en tiempos de Correa, que acudió al consultado del Ecuador en Bogotá para hacer una declaración juramentada en la que detalla su versión de cómo fabricó evidencias falsas para que Vallejo sea apresado y condenado a prisión por haber dejado de ser una persona de confianza para Serrano.
El relato que Rivadeneira hace, en su declaración juramentada, es digno de una película de espionaje criollo o de “chullas y bandidos”, como decían los chichos en sus juegos. En forma minuciosa y con detalles casi novelescos narra que lo que, asegura, ocurrió en 2012 cuando participó en un operativo diseñado y ordenado por Serrano para hacer caer a Vallejo en una trampa y sacarlo de circulación porque tenía información demasiado sensible que no solo lo afectaba a él sino a señeras figuras del correísmo.
Según la versión de Rivadeneira en esta narración, en abril del 2012 recibió en la casa de su mamá en Urdesa, Guayaquil, la visita de un capitán de la Policía llamado Pedro Pablo Luna quien con otros agentes se presentaron como miembros de la Unidad de Gestión de Seguridad Interna de la Presidencia de la República, UGSIP. Ahí le comunicaron que debía atender una llamada que se haría al teléfono de Luna. Del otro lado de la línea estaba Rommy Vallejo, en aquel entonces asesor de la UGSIP y quien poco después sería ascendido a jefe de la SENAIN. En esa llamada, Rommy Vallejo le dijo que debía hacer un trabajo de espionaje y seguimiento a Diego Vallejo, quien ya no tenía la confianza de Serrano pero poseía información que comprometía en casos al Ministro y otros alto jerarcas del gobierno, en especial sobre la sublevación policial del 30S. El futuro jefe de la SENAIN le advirtió que debía hacer todo lo que se le ordenaba porque caso contrario tendría problemas con su jefe, José Serrano.
Rivadeneira Macías junto con otro agente, entonces, se encargaron de seguir a Vallejo a sol y sombra. Eso incluyó un viaje a Lima donde el ya ex asesor de Serrano asistió a una conferencia sobre corrupción y transparencia y más tarde, cuando ya regresó al Ecuador, la entrega de un sobre a su esposa con una falsa información sobre infidelidad conyugal. Todo como de película.
Rivadeneira sostiene que un día él y su compañero recibieron la orden de ir a la Cruz del Papa, en el parque de la Carolina en Quito. En ese punto les dio alcance una furgoneta gris marca Kia, en cuyo interior Rommy Vallejo y Santiago Mena Vallejo, quien se presentó como asesor de la Presidencia de la República tenían instalada un oficina con equipos de espionaje y todo. Ahí Rivadeneira dice que recibió dos mochilas: una con doble fondo donde se colocaron dos armas de fuego y otra con documentos que tenían que entregar a Diego Vallejo. La mochila con las armas serviría para que cuando se haga una redada a la altura del CCI en Quito, la policía la cambie con la que estaba con los documentos y que estaría en el carro de Vallejo.
Todo estaba arreglado, le explicaron Rommy Vallejo y Sanatigo Mena. De acuerda al plan que describe Rivadeneira los policías que estarían en el operativo sabían lo que tenían que hacer. Además en la Unidad de Flagrancias de la Fiscalía habría una jueza que condenaría a Diego Vallejo y en la Fiscalía Galo Chiriboga haría todo lo posible para que el operativo sea exitoso y Vallejo condenado. Rivadeneira sostiene que Lady Zúñiga, entonces asesora de Serrano, también tenía que hacer lo suyo coordinando con el entonces presidente del Consejo de la Judicatura Paulo Rodríguez, para que no haya problemas en los juicios posteriores.
Todo ocurrió como estaba planificado, dice en su fascinante declaración Rivadeneira. Poco después de entrega la mochila con los documentos, Diego Vallejo detuvo su coche en un operativo policial que se hacía en los alrededores del CCI. ¿El resultado? Su mochila, que había sido cambiada por la misma policía, llevaba en su interior como por arte de magia, dos armas de fuego. El proceso luego fue expedito y Vallejo fue condenado a un año de prisión. Luego se abrió otro caso en su contra por el mismo motivo y fue condenado por dos años más de prisión, acusado de asociación ilícita. En la mochila suplantada también se halló un panfleto de un grupo subversivo y un croquis de la casa de Paulo Rodríguez.
Luego de haber pasado tres años en prisión, Vallejo consiguió asilo político en los EEUU. Desde entonces ha denunciado desde ese país haber sido perseguido e injustamente condenado. Las versiones que ha dado han coincidido casi con pelos y detalles con la versión que ahora ha hecho Rivadeneira.
Ahora, Diego Vallejo dice que lo que quiere es que su caso sea revisado porque fue condenado sobre la base de evidencias fabricadas. “Quiero que se limpie mi nombre y que el Estado ecuatoriano me haga las reparaciones del caso. Se destruyó mi vida”, dijo a 4P desde La Florida, EEUU, donde actualmente reside. La próxima semana, sobre la base del testimonio de la persona que le entregó la mochila con las armas, hará un denuncia en la Fiscalía. ¿Qué podrá conseguir? Abogados consultados por 4P creen que será difícil que Serrano y todos los otros implicados en el caso sean responsabilizados ya que muchos de los vicios procesales han prescrito. Sin embargo, no se descarta que se declare nula la sentencia.
¿Por qué era tan importante sacar de circulación a Diego Vallejo metiéndolo en prisión? Según el propio Vallejo, quien habló con 4P desde La Florida, luego de haber trabajado con Serrano tenía demasiada información. Como ya no gozaba de su confianza, se había convertido en una amenaza. Según su versión, él sabía, por ejemplo, que Serrano había robado la información financiera del ex fiscal Washington Pesantez y del ex procurador Diego García, con la que aparentemente los presionaba. Conocía, asimismo, cómo desde el Ministerio de Justicia, Serrano fabricó evidencias para condenar a policías en el caso del 30S. Además, tenía conocimiento de que Jorge Glas, en ese entonces vicepresidente, ordenó que no se investigará el viaje que su tío Ricardo Rivera, ahora condenado por recibir coimas de Odebrecht, hizo a la China. Asimismo, sostiene el propio Vallejo, tenía información sobre la forma fraudulenta en la que desde la Presidencia se hizo que se escogiera a Galo Chiriboga como fiscal general.
Parecería que el caso Vallejo ha llegado para quitar la tranquilidad que Serrano ha gozado durante los últimos meses en la Asamblea, donde mantiene un perfil bajo e inspira una suerte de temor reverencial de sus colegas que lo ha mantenido a salvo de cualquier purga disciplinaria, a pesar de que ya fue destituido de la Presidencia por haber complotado con el ex contralor Carlos Pólit, prófugo de la justicia, en contra del ahora ex fiscal Carlos Baca Mancheno. Esta vez, Diego Vallejo ha dicho que junto al testimonio del ex agente Rivadeneira se revelarán documentos que prueban todo lo que está en la declaración juramentada: correos electrónicos y fotografías.
Al caso de Diego Vallejo se sumará muy probablemente a otro de Fernando Balda, quien actualmente es uno de los abogados del ex asesor de Serrano. Balda sostiene que Serrano ha logrado escabullirse del proceso por su secuestro en el que el ex presidente Rafael Correa ha sido involucrado y por el cual actualmente está prófugo en Bélgica. Balda ha dicho que luego de que se presente la denuncia de Vallejo él también hará otra denuncia por considerar que a pesar de que Serrano fue clave en el operativo para secuestrarlo en Bogotá, aún no ha sido procesado debidaente por ello. Según Balda dijo a 4P su objetivo es que la Asamblea arrebate la inmunidad a Serrano e iniciar un proceso en su contra.
Si Vallejo y Balda cumplen con lo anunciado, la semana entrante estará llena de historias que parecen extraídas de libros de espionaje y de detectives. Y la paz de Serrano entrará en crisis.
En la foto, Rivadeneira flanqueado por los activistas Fernando Balda y Marlon Jácome
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