domingo, 10 de marzo de 2019

Lcdo.
Jaime Cedillo Feijóo
DIRECTOR-EDITOR DE “EL OBSERVADOR”
Su despacho.-


Respetable Señor Director:

He leído con mucho detenimiento y atención, el Editorial y Noticia de la pág. 29 de la Revista bimestral No. 109 de febrero 2019 – Año 20, “El Observador”,  que Ud., con tanto acierto, firmeza e imparcialidad, dirige. Permítame en primer lugar, expresarle mi más sentida felicitación por la forma cómo se abordan los diferentes y variados temas en su contenido, sobre todo, con total objetividad e imparcialidad, características del periodismo responsable, no comprometido; particularmente, quiero referirme al contenido del Editorial y noticia, citados, que me han permitido sacar algunas conclusiones:

Nuestro querido Ecuador, digno de mejor suerte, continúa secuestrado por la corrupción más denigrante y vergonzosa, institucionalizada en la década atracada (de la que formó parte el inefable abogado Ochoa Neira, defensor “de cabecera” de Correa). El caso, denunciado valientemente por Ud., de tamaña irresponsabilidad de quien debería constituirse en buen ejemplo para sus discípulos; mas, lo que “natura no da, Salamanca no prodiga”, de lo que conozco, no es un caso aislado en la Universidad de Cuenca; hay innúmeros casos de profesores de las distintas facultades, “becados” por la Institución de Educación Superior.

Causa estupor, saber que hay “autoridades” que no hacen lo que deben hacer en cumplimiento de su deber, por “temor” o por “compromisos políticos”; es una vergüenza!. Si no tienen los pantalones bien puestos deberían renunciar, por el bien de los estudiantes y de la sociedad. Qué ejemplo están dando a los profesionales del futuro??? Ojalá la Justicia haga lo suyo y se lo ponga en su sitio a Ochoa –así ande armado- para que se dedique exclusivamente a sus trapacerías de abogadillo, para lo que al parecer, tiene sobra de “cualidades”, contando con la complicidad de jueces y fiscales de su misma calaña.

Los medios de comunicación, totalmente independientes, como el suyo, gracias Dios, deben emprender en una guerra sin cuartel en contra de la corrupción, si no queremos que esta nos devore, en una sociedad insensible y saturada de antivalores, en la que el mal pretende atropellar, pisotear al bien y erigirse sobre él.
Comparto con Ud., la última reflexión del Editorial: “La Libertad de Expresión, ni se compra, ni se vende, ni se transa”, más allá de presiones, amenazas, chantajes que haya recibido, para ello son especialistas; si me permite, respetuosamente, agregaría: Sin temor ni favor; Ud., no está solo Lcdo. Cedillo.

Con un saludo cordial y mis respetos, me suscribo de Ud.,

Atentamente,



Lauro R. Yumbla Lucero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario