En el operativo para divulgar la información robada de los teléfonos de Lenín Moreno y su esposa Rocío, Wikileaks y Rafael Correa fueron las principales cajas de resonancia para su amplificación y publicación en redes sociales. En el caso de Wikileaks, esa organización fundada y dirigida por Julian Assange actuó también como una suerte de sello editorial para legitimar la publicación de ese material.
Según la información proporcionada por fuentes confiables y por la forma en que se hizo la divulgación del material, resulta evidente que Wikileaks tan solo promocionó desde sus cuentas de redes sociales la páginainapapers.org, pero no la montó ni consiguió el material que está colgado en ella, tal como piensan en el gobierno de Lenín Moreno. El canciller José Valencia y otros voceros del gobierno han responsabilizado a Julian Assange y a Wikileaks por la publicación del material robado de los teléfonos y de los correos electrónicos del matrimonio Moreno, e incluso han advertido sobre posibles procesos legales por lo que consideran una violación a la intimidad del Presidente y su familia. Una advertencia que claramente cae en saco roto pues en realidad no hay cómo probar que Assange haya estado tras la publicación. El jueves en la tarde, Wikileaks publicó en su cuenta de Twitter una réplica al diario del gobierno El Telégrafo, firmada por el ex cónsul y persona de confianza de Assange en Londres, Fidel Narváez, quien asegura que esa organización no tuvo nada que ver con la publicación del material.
En realidad, la publicación de la página estuvo acompañada de una potente logística de promoción en redes que tuvo dos grandes protagonistas: Wikileaks y el ex presidente Rafael Correa.
Correa y Wikileaks actuaron casi simultáneamente el 25 de marzo. Ese día, Wikileaks colocó un mensaje en Twitter diciendo que una investigación sobre corrupción se había iniciado en el Ecuador en contra de Lenín Moreno, por el tema de las supuestas inversiones off shore del Presidente (lo cual es falso porque no existe ninguna investigación en Fiscalía) y puso el link a inapapers.org. Curiosamente, el mensaje de Wikileaks estaba redactado en inglés mientras que el contenido de la página está en español y, evidentemente, dirigido exclusivamente a una audiencia ecuatoriana.
Pocas horas después de la publicación hecha por Wikileaks, Correa, replicó el mensaje colocando sobre él un comentario en el que sugería que esa organización era la responsable de la filtración. “Wikileaks denuncia a nivel mundial corrupción de Moreno”, escribió Correa en su tuit que, hasta el jueves, tenía más de 3 600 réplicas, y en el que al final anotaba lo que parece ser una obsesión suya: la salida del poder de Lenín Moreno. “El canalla se va”, era el colofón del mensaje de @mashirafael . Entre el tuit de Wikileaks y el de Correa había transcurrido muy poco tiempo: la organización de Assange puso su mensaje a 13:53 y el ex presidente lo replicó a las 16:52. Ni Correa ni Wikileaks volvieron a mencionar nunca más el tema en sus cuentas, ni a replicar otras que, como @inapapers, colocaron las fotografías íntimas del matrimonio y la familia Moreno.
En realidad, todo apunta a que la página con el material sobre Moreno y su esposa fue montado durante los primeros días de marzo. Las fechas que aparecen junto a las fotografías, chats y correos electrónicos robados, hacen pensar que el montaje fue entre el 1 y 6 de marzo. Doce días antes de la publicación de Correa y Wikileaks, es decir el 13 de marzo, los responsables de la publicación ya habían abierto la cuenta de Twitter de Inapapers.org, con un mensaje que decía: “conozca los #Inapapers Las pruebas de la corrupción del Presidente del Ecuador Lenin Moreno”. El mensaje iba tageado para Rafael Correa, Russia Today y algunos medios de comunicación y funcionarios. Por lo que se lee en la cuenta @Inapapers, alguien la denunció con Twitter por publicar fotografías y datos íntimos de la familia Moreno y su administrador se vio obligado a borrar varios mensajes.
Por la forma en que se articuló la estrategia para viralizar el contenido en redes y, sobre todo, por cómo se llevó a ese espacio la narrativa de una familia que tiene acceso a grandes lujos gracias a la corrupción, todo apunta a que tras la publicación estuvieron operadores del más agresivo y primario ultra correísmo, es decir los mismos “troll centers” que estuvieron encargados de defender a Correa acosando en redes a sus críticos y deformando el debate nacional en esos espacios.
Una de esas evidencias es que ni siquiera las figuras más representativas del correísmo radical como los asambleístas fieles a Correa u otras como Ricardo Patiño, Virgilio Hernández o Guillaume Long no colaboraron en la divulgación del material o se cuidaron de no aparecer involucrados. Si se observa el tuit de Correa, éste no fue replicado por sus colaboradores más cercanos, sino por el ejército de trolls que normalmente lo acompañan en Twitter. Hubo sin embargo, dos casos de excepción: Roberto Wohlgemuth y Amauri Chamorro quienes, al igual que Correa, replicaron el tuit de Wikileaks. Wohlgemuth y Chamorro fueron los dos más importantes y visibles operadores del correísmo en redes sociales y tenían a su cargo las más importantes operaciones de activismo y acoso digital durante el correato. En este caso, se podría pensar que ambos, más Correa y Wikileaks, actuaron coordinadamente.
Lo que permanece en el misterio, al menos hasta ahora, es quién o quiénes robaron el material que había en los teléfonos y mails de Moreno y su esposa. Lo que sí es llamativo, en todo caso, es que es evidente que quienes publicaron el material hicieron especial cuidado de no incluir diálogos o chats de Moreno con personas ubicadas en el lado correísta de la historia y que obviamente iban a sostener conversaciones con él en 2016 y 2017 que son los años de los documentos robados. Resulta extraño, por ejemplo, que no haya mensajes con el mismo Correa o con Vinicio Alvarado, mientras que todos los que aparecen son los que se quedaron del lado de Moreno luego de la ruptura de éste con Correa. La interrogante que surge de ello es, en todo caso, ¿quién tiene en su poder esos diálogos?
4Pelagatos ha pedido la versión de Wikileaks en el tema pero la organización no ha contestado el pedido. Esa organización, en todo caso, fue extremadamente útil para que el material se viralice y, sobre todo, para dar cierta legitimidad con su afamado sello. La intención del gobierno ecuatoriano por involucrar judicialmente en el robo del contenido del teléfono de los Moreno a Assange parece ser una torpeza porque es evidente que eso no ocurrió. Si en el gobierno entendieran más las dinámicas de estos temas se habrían percatado de lo más obvio: que Wikileaks y la más primaria facción del correísmo lo que hicieron es coordinar un operativo de divulgación del material.
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