Por: Diego Ordóñez
El realismo mágico es una forma retórica que dibuja una
realidad con hipérboles y recursos de la imaginación de la historia esencial
del poder oligárquico y el sentido caudillista y mesiánico. Algo así como la
realidad en distorsión jocosa del caricaturista.
Los Buendía, extrapolando, concentraban el poder en Macondo;
y el coronel Aureliano es la imagen, en pequeño, de los autoungidos redentores.
García Márquez en "Cien años de soledad" escribe, sin intento
premonitorio sino con espíritu descriptivo y con prosa magistral, como es en
realidad el arquetipo del revolucionario latinoamericano. Descripción que cabe,
con matices, a cualquier personaje de los que en el presente, desafiando la
modernidad, maquillan su autoritarismo con el romántico adjetivo de "revolucionario".
"Al principio, embriagado por la gloria del regreso, por
las victorias inverosímiles, se había asomado al abismo de la grandeza…..Fue
entonces cuando decidió que ningún ser humano, ni siquiera Úrsula, se le
aproximara a menos de tres metros. En el centro del círculo de tiza que sus
edecanes trazaban dondequiera que él llegara, y en cual sólo él podía entrar,
decidía con órdenes breves e inapelables el destino del mundo." (ob.cit)
Esto, lo relata el autor, en las épocas en las que el coronel Aureliano Buendía
descubre que su lucha se había reducido a una en la búsqueda simple del poder.
Parece ser que hay un karma cultural en ciertas sociedades
latinoamericanas, algunas de ellas agobiadas por la abundancia de la extracción
y la pobreza de producción, que surgen personajes que se asumen expresión
viviente de la verdad irrefutable.
Así, los sábados un ejército de subordinados raya el
escenario desde el que se decide la suerte de los encontrados en la mala fe y
la mediocridad de la discrepancia. El lunes, los heraldos -de oficio- arrancan
en la ejecución de los actos que agraden el humor del sentenciador.
Este proceso de mal llamada revolución realmente pudo haber
puesto a su protagonista en la cima de la grandeza. Tan solo si hubieren sido
afectados de frente las causas reales de la política regresiva e inmoral. Mas,
aparte de los logros debidos al flujo que hay que agradecer a la suerte más que
a algún esfuerzo o mérito, el enfrentamiento, la polarización, el incesante
insulto afectado por emoción recargada de odios ha convertido a enemigos a
otros, y no a la corrupción y el corporativismo.
La pedagogía del poder ha conducido a resquebrajamientos en
la construcción de un espacio de convivencia en diversidad de ideas y
propósitos, y ese será el perjuicio más complejo de resolver, incluso mayor
comparado con el que se producirá por la inevitable crisis cuando falte dinero
para atender el gasto populista al que se han acostumbrado ricos y pobres.
Así como al coronel Buendía, cabe la recomendación que le
decía su amigo, el coronel Márquez. "Cuídate el corazón Aureliano, te
estás pudriendo vivo". Esto luego que por orden del coronel Buendía, su
guardia personal saqueó y redujo a cenizas la casa de la viuda del regidor
Moncada. Así encontró sosiego y resarció su deseo de venganza.
Todo lo dicho no con la inmadura intención de llamar la
atención, tal como cree el personaje sentado en el círculo de tiza. Si no con
la urgencia de requerir que el desangre verbal concluya y la deshonra que
agrede la dignidad se exculpe por la verdad y el respeto.
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