Publicado en la Revista El Observador, edición Octubre del 2015 |
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Cheliávinsk, en la región de los Urales, es una importante ciudad de la Federación Rusa, primordialmente porque desde las postrimerías del siglo antepasado, se convirtió en la “Puerta a Siberia”, y luego, en virtud de que experimentó un notable desarrollo económico-social y cultural, al consolidarse el nuevo Estado nacido de la Revolución de Octubre, magno proceso en el que sus más grande líderes fueron Vladímir IIlich Uliánov (Lenin) y Lev Davídovich Bronstein (Trotsky), una vez que se solucionó el gravísimo problema de la guerra civil desatada por la contrarrevolución interna y la furiosa intervención de las potencias capitalistas internacionales –especialmente Inglaterra, EE UU, Francia, Japón-, cuando el muy conservador Primer Ministro del Reino Unido, Sir Winston Churchill, pronunció aquella lapidaria frase: “Hay que ahogar a la criatura en la cuna” (se refería a la Rusia bolchevique). Lo cierto es que Cheliávinsk se ha destacado como una ciudad universitaria y centro de la industria metalúrgica, cuenta con aprox. 1´100. 000 habitantes y se caracteriza por sus imponentes edificios, amplias avenidas y arboledas. En la ciudad viven sobre todo rusos, tártaros y bashkires. Nos llamó la atención la gran cantidad de vehículos de fabricación extranjera, que diariamente circulan por sus calles y avenidas, igual que en Moscú, Alma Atá, la antigua capital de Kazajstán, con sus 2 millones de habitantes y Petropávlosk, ciudad del norte de Kazajstán, en la frontera con Rusia; cabe señalar que a unos 40 kilómetros de esta última ciudad, en donde vivieron y trabajaron la mayor parte de su existencia los padres de mi esposa, se encuentra la famosa estación de los astronautas, Voiconur, administrada desde tiempos de la Unión Soviética por el gobierno ruso.
Aproximadamente a una hora y media de Cheliávinsk, se encuentra un encantador lugar en donde acostumbran veranear las personas que trabajan en la ciudad y que disponen de medios para ello: Elanchi, nombre de origen tártaro-bashkir. Cuenta con un lago del mismo nombre, una vegetación extraordinaria y algo que es inapreciable: la tranquilidad. A unas dos horas de Cheliávinsk, en dirección sur-oeste se encuentra la antigua ciudad de Slatoust, que en antiguo ruso significa algo así como la mina (o fuente) de oro. Es una ciudad muy pintoresca, con algunas mansiones señoriales, recuerdo de la época del zarismo y una importante fábrica metalúrgica que se especializa en armas que se utilizaban en épocas pasadas, pero también en la construcción de hermosos cuadros paisajísticos, “matrioshkas”, representaciones de imágenes de la religión ortodoxa, especialmente en metal trabajado con una técnica similar al repujado, y otros objetos. La “Fábrica de armas de Slaotust” es muy famosa. En el camino a dicha ciudad pernoctamos brevemente en la zona que separa los dos continentes: Europa y Asia y existe el correspondiente hito y demarcación. Nuestro viaje pasó por Petropávlovsk, una ciudad de aprox. 300.000 habitantes, y en esta ciudad los cambios económico-sociales experimentados igualmente son evidentes. De Petropávlovsk a la antigua capital de la República de Kazajstán (o Kazajistán), la ciudad de Alma Atá, el viaje por tren es bastante largo y se recorre enormes extensiones esteparias, en donde parece que solamente existe una vegetación nativa escasa y una que otra “estancia”. Uno de los compañeros de viaje nos indicó que la importante rama de la economía del país, el agro, sufrió notable quebranto, por la falta no solamente de incentivos para el agricultor, sino también porque los sovjoses y koljoses que fueron las estructuras agropecuarias de los tiempos de la URSS, desaparecieron al producirse la privatizaciones, sin que la sustitución haya podido reemplazar adecuadamente al antiguo régimen. En consecuencia, esta rama de la economía resultó la más afectada y registra la mayor pobreza, así como también la desocupación. Alma Atá es una ciudad que tiene sus encantos, asimismo con amplias avenidas, edificios imponentes, lugares muy atractivos, visitada por gentes de Oriente, con las que existe un intenso comercio, sobre todo con China, también con Turquía y con relación a Europa, con gente de Alemania, e inclusive de España, porque la construcción de la vía férrea y la dotación de las locomotoras ha estado a cargo de una empresa española. En cuanto a la comunicación no es un problema mayor para el extranjero que conoce el idioma ruso, pues en Kazastán en general, así como en otras ciudades y pueblos de esta república la mayoría de la población habla tanto el kazajo nativo, como el ruso y en algunas partes también el tártaro. Con Zoya pernoctamos en el hotel “Alma Atá” y establecimos una relación amistosa con dos chicas muy educadas y gentiles que atendían a los huéspedes: Кудаибергенова Ðидана и Кукербаева Ð¢Ð¾Ð¼Ð¸Ñ€Ð¸Ñ (es decir: Kudaibergenova, el apellido y Aídana, el nombre, y en el mismo orden: Nukerbaeva Tomiris), a quienes obsequiamos un par de ejemplares de la revista “El Observador” y nos comprometimos a enviarles estos dos últimos números con el reportaje que realizamos. También dejamos en la gran librería “Moscú”, de la capital rusa, a una joven que habla bastante bien el idioma español, tanto El Observador, como un par de ejemplares de mi último libro, “En las tempestades de la Historia” e igualmente se comprometió a entregar los mismos a la “Librería Cervantes”, que trabaja con libros en español, pero, nos advirtió, una vez que haya leído tanto las revistas como el libro, porque estimaba que contienen un material interesante. Me sentí muy halagado por lo que dijo. Conversando con los amigos. En Elanchi, en donde pasamos un par de semanas, conversábamos “largo y tendido” con los parientes y amigos de Zoya sobre la situación actual, la economía rusa, las relaciones internacionales, los acuerdos que se han establecido auspiciosamente con China, con los países del BRICS (Brasil, la misma Rusia, India, China y Sudáfrica), con la comunidad de la CELAC, UNASUR, las buenos nexos político-económicos que ha logrado el gobierno de Vladímir Putin con Argentina, Bolivia, Ecuador, Venezuela, Nicaragua y, por supuesto, Cuba. Pero también abordamos la tensa situación que se mantiene con Ucrania, azuzada por EE UU, por sus grupos políticos y oligárquicos más extremistas; por el comportamiento demasiado obsecuente de los países miembros de la OTAN, con relación a EE UU.; por esa guerra no declarada del imperialismo y sus socios, incluido el estado de Israel, ¡con ayuda de grupos terroristas!, contra el martirizado pueblo de Siria (¡qué decepcionante y qué vergonzoso –coincidíamos-, que esos adulones sin recato alguno de la Comisión que discierne el Premio Nobel de la Paz, le hayan entregado a un guerrerista como Obama dicho premio!), así como por esas incursiones brutales del principal socio árabe en Oriente Próximo, contra Yemen, Arabia Saudí, apoyado por Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Qatar, etc. El tema político. No es factible sustraernos de la cuestión política, con relación a lo que sucede en Rusia y en otras repúblicas, comenzando por lo que anotamos en el artículo anterior: los planes que habría puesto en marcha la poderosa oligarquía rusa, en secreto acuerdo con Occidente para lograr la capitulación del régimen de V. Putin y posiblemente colocar a otro gobernante más dúctil y receptivo a sus ambiciones. Por los sucesos posteriores, deducimos que algo de eso hubo, porque una de las organizaciones norteamericanas, bajo el manto de “promover la democracia”, había estado incrustada en el interior de Rusia desde un tiempo atrás, haciendo su trabajo de zapa, razón por la que el gobierno ruso dio por terminada su presencia, ante lo cual el gobierno norteamericano se limitó a expresar su desacuerdo por la medida tomada. Pero, ¿desde cuándo se torcieron radicalmente los caminos de las dos grandes potencias? Al menos en la antigua URSS esto sucedió cuando se consolidó el poder unipersonal de José Stalin, mediante la eliminación sangrienta de los mejores cuadros políticos que acompañaron a Lenin: Alexei Rykov, Nikolay Bujarin, Lev Trotsky; de quienes en un principio flirtearon políticamente con Stalin y finalmente fueron represaliados: Lev Borisovich Kámenev y Grigori Zinoviev (ambos de origen judío); de militares talentosos y honestos como Blújer, Mijaíl Tujachevski y muchos más. Especialmente los dirigentes políticos fueron reemplazados por cuadros incondicionales al dictador, como Viacheslav Mólotov, el burócrata empedernido a quien le motejaron de «ÐšÐ°Ð¼ÐµÐ½Ð½Ñ‹Ð¹ Зад», es decir “Culo de piedra”, justamente por su propensión burocrática; Kliment Voroshilov, el envidioso que colaboró con sus calumnias a la eliminación física de Tujachevski; Georgi Malenkov, apodado «Ð¼Ð°Ð¼Ð°ÑˆÐ°», mamasha, en español, es decir, irónicamente expresado, la “mamá” de alguien; Lavrenti Beria, el más feroz de los represores que tuvo el estalinismo; el judío Lázar Kaganovich, apodado como “Arquitecto del terror”, responsable junto con Beria, Mólotov, Boroshilov y otros, de desatar las más sanguinarias represiones, especialmente durante el “gran terror” de finales de los años 30, aunque el ¿historiador? Slava Katamidze, coterráneo de Lavrenti Beria, en un libro publicado originalmente en inglés –Loyal Comrades, Ruthless Killers. The KGB and the Secret Services on the USSR 1917-1991-, por Brown Packaging Books Ltd. USA y traducido al español por Ed. LIBSA, 2004, Madrid España, con el título: “KGB. Leales Camaradas, Asesinos Implacables”, tiene la desvergüenza de señalar que ¡“…El mito de Laurenti Pavlovich Beria como el hombre más temible de la Unión Soviética lo crearon Kruschev y sus sicarios…”!, mientras que ¡no hace una sola mención del otro feroz represor, Lázar Moiseevich Kaganovich!, aquel que según su sobrino carnal, Stuart Kahan (Стюарт Каган), radicado en EE UU, en el curso de una agria disputa con su esposa, habría manifestado con relación a su amo, Stalin, lo siguiente: («Ð¯ делаю, что нужно. Пойми Ñто, пока не очен поздно. Сталин – мой бог. Ты Ñлышишь?») (La versión en español: “Yo hago lo que es necesario. Entiéndeme esto mientras no sea demasiado tarde. ¡Stalin es mi dios! ¿Escuchaste?) (Cf. Стюарт Каган: КРЕМЛЕВСКИЙ ВОЛК –МоÑква- ПрогреÑÑ, 1991=Stuart Kahan, EL LOBO DEL KREMLIN.Moscú, Ed. “Progress”, 1991, p. 146). Así que ese judío malvado, Lázar Kaganovich, ¡quién lo creyera!, tuvo su dios, que represalió a miles y miles de sus hermanos: el georgiano Iosif Dzhugashvili, Stalin. Definitivamente –y brindo las debidas disculpas al inteligente lector por las duras palabras que me veo obligado a expresar de inmediato-, Slava Katamidze, sea por estulticia o por cinismo, de ninguna manera por ignorancia, hace un atroz escarnio de la verdad. Pues bien: el sistema deformado igualmente se consolidó por el triunfo de la alta burocracia y su expresión más “sofisticada”, la “nomenklatura”; esta última podría parangonarse con el “stablishment” norteamericano, aunque con ciertas diferencias que algún momento se explicarán. Pero lo que sí se ha manifestado que fue común a la nomenklatura –ésta prácticamente se metamorfoseó al resucitar el capitalismo- y al stablishment, es la capacidad que han tenido para sobrevivir políticamente todas las tempestades, en virtud de su existencia político-ideológica “horizontal”, es decir que si el nomenklaturista (igual que el miembro del stablishment) cometía un error mayúsculo, no se le eliminaba políticamente: simplemente se le brindaba otra función en los complicados engranajes de la maquinaria burocrática; y si venía el cambio de gobierno, asimismo no cesaba en sus funciones. Servía en el aparato hasta mientras las fuerzas no le abandonaban. ¿Y por qué no se compuso el sistema con Nikita Kruschov, el autor del deshielo y de las denuncias de los crímenes de la dictadura de Stalin? Por cuanto él también fue una criatura engendrada por ese sistema. Por esto mismo la reorganización no fue profunda ni a cabalidad y al ser defenestrado y con la llegada de Leonid I. Brezhnev al poder, gracias al vigoroso apoyo del grupo de Mijaíl Súslov, un idéologo stalinista muy hábil, el mecanismo de freno, la burocracia e incluso la corrupción siguieron su curso. El reconocido filósofo e historiador ruso, Yuri Semiónov, en una de sus obras más famosas, “Filosofía de la Historia. Teoría General del Proceso Histórico” (Ed. En ruso: «Ð¤Ð˜Ð›ÐžÐ¡ÐžÐ¤Ð˜Ð¯ ИСТОРИИ. ÐžÐ²Ñ‰Ð°Ñ Ð˜ÑÑ‚Ð¾Ñ€Ð¸Ñ Ð˜ÑторичеÑкого ПроцеÑÑа». Moscú, 2013), al hablar de lo que este autor denomina “La Contrarrevolución de 1991”, pp. 488 y ss., afirma lo siguiente: Justamente las altas capas de la nomenklatura encabezaron aquel movimiento, que fue llamado y que desde ese tiempo se conoce como “revolución democrática”. Y como manifestó el Profesor de la Universidad Libre de Berlín, Elmar Altfáter, los más apasionados liberales los encontró en el seminario que se realizó en el Comité Central del PCUS en 1989. En su entusiasmo por el mercado y el capital los funcionarios del PCUS superaban a todos los ideólogos de derecha conocidos en Occidente. (Y. Semiónov. Op. Cit., pág. 488). Saque el estimado lector la conclusión debida. En su orden, en cuanto a los Estados Unidos de Norteamérica, la cabeza indiscutible del imperialismo mundial, se produjo un viraje determinante, cuando Harry S. Truman, el “héroe” de Hiroshima y Nagasaki, le eliminó políticamente a Herbert Wallace, su ministro a mediados de la década de los años 40 del siglo pasado; concretamente en septiembre de 1946, cuando por la radio se dirigió al pueblo norteamericano con un discurso que debió poner contra la pared a los partidarios de la guerra fría y al temible complejo militar-industrial que ya asomó la cabeza en las postrimerías del gobierno de Dwight D. Eisenhower, y que con justa razón le preocupó en sumo grado. Wallace era un hombre realmente demócrata, amante de la paz, de la convivencia pacífica entre Estados con sistemas políticos diferentes. Por ello fracasó y fue liquidado políticamente, y por ello surgió McCarthy, el feroz “cazador de brujas”. En concreto, H. Wallace decía en su discurso lo siguiente: El triunfo de la paz es más importante que el más elevado cargo. Es más importante que cualquier idea sobre la política partidista. Del éxito o del fracaso de nuestra política externa depende la vida o la muerte de nuestros hijos y nietos. De ellos, depende la vida o la muerte de nuestra civilización […] Yo quiero una vez más precisar que soy contrario a cualquier tipo de imperialismo y agresión, proceda de donde sea: de los rusos, ingleses o americanos… (De la versión en ruso del revelador libro de Oliver Stone y Peter Kuznick, “The UNTOLD HISTORY of The UNITED STATES, traducido al ruso como: «ÐераÑÑÐºÐ°Ð·Ð°Ð½Ð½Ð°Ñ Ð˜Ñториѻ -EE. UU., 2014; Rusia, 2015. 925 páginas-). (La traducción del ruso al español, corresponde al autor). La otra situación que posibilitó el desvío del camino correcto en EE. UU., fue la consolidación del complejo militar-industrial, ya señalada, el dominio inapelable de la gran oligarquía, de la bancocracia, de las empresas transnacionales, la influencia determinante en las decisiones políticas del poder supremo, de parte de ese poder oculto del stablishment y el lobby, que monitorean las acciones de los dos partidos políticos tradicionales: republicanos y demócratas. Las vislumbres de esta especial situación se revelaron al término de la II Guerra Mundial. Tres nuevas olas de alta agresividad reveló el imperialismo durante los gobiernos de Richard Nixon y su Secretario de Estado, Henry Kissinger, Ronald Reagan y George W. Bush, ese del genocidio contra el pueblo de Irak. Y para todo esto, no lo olvidemos, el imperialismo cuenta con otra arma sofisticada temible: los imperios mediáticos, que han ocultado las atrocidades cometidas contra los pueblos de Irak y Afganistán, la destrucción y desaparición de Yugoslavia, la desaparición de Libia como nación, la guerra infame desatada en Siria, para repetir la macabra “hazaña” que se llevó a cabo en Libia, la incesante carrera armamentista; y al interior de su país una inusitada violencia y el racismo impune contra la población afro-norteamericana, contra los pueblos indios, contra los migrantes, especialmente latinoamericanos que han ayudado a construir esa nación, etc., etc. Por todo esto, la “democracia” en USA, jamás ha sido verdadera y por esto mismo esas minorías deberán seguir esperando que algún día surja una democracia cabal en el seno del imperialismo. (Doy término a este breve artículo, agradeciendo a los comunes familiares y amigos de Zaituna y míos, por la hospitalidad que nos brindaron, por las interesantes historias de política que nos relataron). (Выражаем большую благодарноÑÑ‚ÑŒ Ñемье МыÑлÑевых, их матери; Ñемье Смирновых и их родителÑм; друзьÑм: ДениÑу, Вадиму и Виктории Садыковой). |
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