miércoles, 7 de octubre de 2015

La procaz hipocresía de Campus Party Ecuador



Desde el 30 de septiembre al 4 de octubre, se celebró en Ecuador el Campus Party, un hub (conferencias, reuniones, exposiciones) para amantes de la tecnología, la innovación digital, la ciencia, la creatividad y el emprendimiento — el sueño de todo geek.
Este año prometía ser aún mejor que los anteriores. Bastaba con decir que Bruce Dickinson sería uno de los principales expositores, para tener sala llena. El peso de su nombre no tiene comparación. Bruce es, sin lugar a duda, uno de los empresarios más reconocidos de las dos últimas décadas; su entrega, visión y esfuerzo, lo han llevado hasta donde ahora se encuentra. Por esta razón, se esperaba repletar las salas del Cemexpo con personas jóvenes y de espíritu hambriento de negocios, pero no fue así. El evento que prometía ser el cielo de los emprendedores, acabó siendo una plataforma más para propaganda del gobierno.
Campus Party Ecuador se convirtió en un oxímoron. El mismo hub que supuestamente promovía la innovación y emprendimiento, le dio pase VIP al mismo órgano que los complica y retrasa. Las salvaguardias, trabas, regulaciones y demás medidas arancelarias (completamente innecesarias), han encarecido los productos tecnológicos que el Campus Party expuso en sus escenarios, y, además, han impedido el nacimiento de muchísimos startups y pequeños negocios en áreas no tecnológicas. Desde esta perspectiva, pareciese totalmente contradictorio que el Campus Party apoye la gestión gubernamental. Pero si vamos más al fondo, quizás (y solo quizás) podría aparecer la posibilidad de que los organizadores del evento gocen de privilegios otorgados por el estado. Al fin y al cabo, el corporativismo no es algo extraño a gobiernos con tintes socialistas como este.
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El Cemexpo se llenó de camisetas verdes. Uno debía estar ciego si no caía en cuenta de que los allegados al gobierno colgaban en el cuello un pase preferencial. Mientras tanto, aquellos que pagamos $4o, y hasta $120 para tener nuestra entrada, nos quedamos sin silla. En realidad, el Campus Party fue un evento de farándula de Alianza País. Hasta el vicepresidente Jorge Glas alcanzó a tomarse una foto con Bruce Dickinson. Esto último siendo un poco irónico, ya que el mismo Bruce Dickinson está en contra de las políticas que el gobierno defiende.
En esta otra entrevista, Bruce se expande en su crítica a las regulaciones estatales y los altos impuestos. Para él, la sobretasa arancelaria entorpece la inversión, desaparece oportunidades para los emprendedores e imposibilita la inversión — cosas que, en tono campante, el gobierno ecuatoriano niega ser ciertas. Sin embargo, Bruce comprueba que no es así, poniendo de ejemplo a su mismo negocio y los problemas que los impuestos le trajeron.
“I would cheerfully pay the amount of tax I do at the moment if I didn’t pay it to the government.”
— Bruce Dickinson

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