viernes, 15 de junio de 2018

La farsa que ellos armaron para salvar a su líder

  en La Info  por 
Hoy era el día. El paroxismo estaba anunciado. Y anunciado con tanta fuerza que algunos, hasta en la Asamblea, creyeron entender que hoy podría producirse otro 30-S, con violencia y muertos. Esos temores tuvieron por telón de fondo la facundia que pusieron los correístas para darse cita cerca de la Asamblea para defender a su líder, evitar la persecución, decir no a la judicialización de la política… En fin, para que la Asamblea no autorice el enjuiciamiento del compañero Rafael. En realidad, este suceso, que terminó con la votación en la Asamblea, perdida por los correístas, fue lo más parecido a una opera bufa armada por los seguidores de Correa; una farsa en la cual quisieron hacer creer que la suerte de Correa, que está en manos de la Justicia, depende de la suma de votos en la Asamblea…
Primer acto: el viernes 8 de junio Paúl Pérez, Fiscal General encargado, solicitó  que se vincule al ex presidente Rafael Correa al proceso de investigación sobre el secuestro de Fernando Balda en Bogotá, en agosto de 2012. La jueza Nacional de Garantías Penales, Daniella Camacho, solicitó a su vez, el lunes 11 a la Asamblea, la autorización para vincularlo penalmente.
Segundo acto:la Asamblea Nacional respondió la solicitud de la jueza en un comunicado. Lo hizo el lunes 11 de junio a las 17:29. En él zanjó el dilema al indicar que no aplica el artículo 120, numeral 10 de la Constitución: “Autorizar con la votación de las dos terceras partes de sus integrantes, el enjuiciamiento penal de la Presidenta o Presidente o de la Vicepresidenta o Vicepresidente de la República, cuando la autoridad competente lo solicite fundadamente”. Dicho de otra manera: siga adelante, señora jueza porque su solicitud no procede.
Tercer acto: los correístas enturbian las aguas: afirman que el pleno de la Asamblea debe autorizar la vinculación de Correa porque él tiene fuero de Corte. Es verdad que lo tiene (por eso la jueza que pidió la autorización es de la Corte Nacional), pero eso nada tiene que ver con una supuesta autorización de la Asamblea que solo puede dar o negar para los presidentes en ejercicio. La jugada de los correístas buscaba ganar tiempo (en un juicio contrarreloj) y politizar un caso que ahora solo se ventila en instancias judiciales.
Cuarto acto: los correístas montaron un operativo en redes sociales y anunciaron movilizaciones para salvar a su líder de la partidocracia que lo persigue con fiscal y jueza. Elizabeth Cabezas, presidenta de la Asamblea, creyó que no bastaba con el comunicado y que, para sellar resquicios que ulteriormente pueden ser utilizados, citó para el jueves 14, a los asambleístas para votar. Hay jurisprudencia en un caso similar que involucró al ex presidente Jamil Mahuad.
Quinto acto: el 13 de junio el paroxismo se instaló en muchos espíritus. Los correístas con su campaña y los rumores que preparaban la llegada a la Asamblea de cerca de un centenar de buses, resucitaron demonios del gobierno de Lucio Gutiérrez cuando, en apremios, trajo refuerzos de otras provincias para golpear a los quiteños. Al mismo tiempo, la oposición buscó acelerar el proceso en la Asamblea y pidió un cambio en el orden del día para tratar este tema. En la votación faltó un voto para declarar lo único posible: que no es necesario que la Asamblea autorice o niegue nada en este caso porque Correa es expresidente desde hace más de un año. En el tablero de votos se notó (otra vez) que morenistas y correístas votaron juntos para salvar a Correa y que faltaron 4 asambleístas socialcristianos: estaban con Jaime Nebot invitado a un foro con el ex presidente chileno Ricardo Lagos.
Sexto acto: el gobierno emitió un comunicado rechazando la actitud de los llamados morenistas. Una señal de que Elizabeth Cabezas carece de autoridad sobre ese bloque y que el nuevo ministro de la política, Paúl Granda, tampoco hace lo que no pudo hacer Miguel Carvajal. Por su lado, Cabezas reiteró, en Teleamazonas, el contenido del comunicado publicado el lunes 11 de junio y recordó que los asambleístas estaban citados en un pleno, a las 16:00, con ese tema como único en el orden del día.
Fin: hoy la Asamblea estuvo acordonada por la policía, los correístas –en número inversamente proporcional a sus amenazas– no pudieron avanzar, hubo refriegas con la policía, el pleno se reunió y de 98 asambleístas presentes, 83 votaron en el único sentido que, por respeto a la Constitución, podían hacerlo: que la jueza haga su trabajo.
Mientras tanto flotaba en el ambiente la imagen que, desde la mañana, dio vueltas en las redes sociales: Correa, sonriente en Rusia, a la entrada del estadio donde se iba a jugar el primer partido del Mundial.
Aquí la jueza Daniella Camacho ya lo puede vincular al caso del secuestro de Balda en Bogotá. La farsa para salvarlo de dar la cara ante la Justicia, no funcionó.

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