sábado, 9 de junio de 2018

¿Correa se volvió agente de la propaganda rusa?

  en La Info  por 
Rafael Correa, improvisado entrevistador en Rusia Today (RT), se anotó en su última entrevista un poroto que sus troles en Ecuador están celebrando de lo lindo: Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, reconoció que su gobierno está atrasado en la construcción de la ruta que conecta Esmeraldas con Tumaco. Esa misma ruta, que incluye un puente de lado y lado de la frontera, la presentó el propio presidente Moreno como una carretera que no va a ninguna parte. Y mostró el puente, del lado ecuatoriano totalmente construido, que colinda por ahora con un barranco del lado de Colombia. Santos reconoció que el proyecto hace parte del tercer eje binacional y que la carretera se encuentra a un par de kilómetros del puente.
Es evidente que ese tema llegó tele transportado en la charla que tuvo Correa con Santos, al punto que agradeció “esa aclaración” que fue a buscar y por la cual tuvo que oír algunas crudas verdaderas sobre Maduro: su política destruyó la democracia en Venezuela, su gestión es desastrosa y produce un millón de venezolanos que llegan a Colombia, muertos de hambre y carentes de medicinas. Y todo esto en un país que tiene las reservas de petróleo más grande del mundo.  “Con esa situación –dijo Santos a un Correa que fruncía el ceño– es realmente irracional e inaceptable”.

Lo más sorprendente no es que Correa use ese programa para responder, ante un público hipotético, por las acusaciones que le hacen en Ecuador (esta vez la carretera y la compra de helicópteros Dhruv). Lo más insólito es verlo defender los intereses de Rusia, su nuevo empleador y, en apariencia, su nuevo norte político. Para llegar a Rusia, Correa usó con Juan Manuel Santos un pretexto fabricado sobre medidas: el ingreso de Colombia a la OTAN en calidad de socio global. Santos le explicó, tres veces, que esta es, a sus ojos, la mejor manera para que Colombia tenga acceso a mejores prácticas. Por ejemplo, en el campo de compras militares donde, dijo, hay tanta corrupción. Ahora Colombia es modelo de transparencia en esa materia y lo es para la organización Transparencia Internacional. Le dijo que la OTAN ayuda con el desminado (275 municipios de 675 censados ya están libres de minas antipersonales) y brinda asesoría con Programa Integridad, para que los militares respeten los Derechos Humanos.
Correa lo oyó, pero volvió a la carga. “Ha habido bombardeos en Libia, en Yugoslavia, en Siria…” Y lo dijo suelto de huesos, sin hacerse cargo de las causas que los motivaron. Y remató ese capítulo diciendo a Santos que él “legitima un poco la OTAN… y continúa el conflicto con Rusia… el apoyo a Ucrania, Georgia, Moldovia rodeando más a Rusia”. Se oye y se ve cómo Santos respira honda y profundamente…
Es evidente que el expresidente hace ahora, abiertamente, lo que hizo en la Presidencia usando la política exterior del Ecuador. Política que también usó María Fernanda Espinosa para granjearse votos y lograr la presidencia de la Asamblea General de la ONU. Pero ahora toman total relevancia los votos que Ecuador emitió en los foros internacionales al lado de Rusia y sus otros aliados. La lista es generosa. Por ejemplo: Ecuador votó en Ginebra, en julio de 2012, en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, contra una resolución que aprobaba un relator especial para investigar en Bielorrusia. La comunidad internacional estaba inquieta por los casos de tortura en el gobierno del dictador Alexander Lukashenko. Ecuador votó en contra y Correa recibió con toda pompa a Lukashenko en Carondelet.
En agosto del mismo año, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución para condenar las violaciones de los Derechos Humanos en Siria, por parte del gobierno de Bachar al Asad. 131 países votaron a favor. Ecuador, al lado de Rusia y otros 11 países, votaron en contra. Dos años antes, Ecuador había votado en contra de una resolución, del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en la que se condenaba igualmente al régimen sirio por su represión contra las protestas de la oposición.
Otro voto significativo fue el emitido, en noviembre de 2014 en la tercera comisión de la Asamblea General de la ONU, por Xavier Lasso: se opuso a una resolución que condenaba a Corea del Norte. Otra vez por violación a los derechos humanos: la Comision de Investigacion de la ONU encontró casos de ejecuciones extrajudiciales, tortura, detenciones arbitrarias, violaciones sexuales, castigos colectivos…
La adscripción de Correa a este tipo de regímenes no es, entonces, romántica y aupada por posiciones progresistas y anti imperialistas, como él preconiza. Es una opción geopolítica que, en este caso, favorece a Rusia, gobernada por un autócrata. Correa defiende ese sistema y lo hace en el canal RT que Rusia montó, como canal de propaganda, para socavar la credibilidad de la democracia occidental. Él no trabaja ahí. Ahí calza como si  se tratara de un agente, en el esquema de un autócrata con ambiciones imperialistas y que, para expandir su influencia, cobija y defiende las peores dictaduras que hay en el planeta

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