sábado, 29 de agosto de 2015

Escándalo en Yachay, es solo la punta del ovillo.



Por: Paúl Jácome



Si así es, el escándalo originado en Yachay, no es nada más que la punta del ovillo, que muestra el verdadero estado de la educación superior en el País. La aplicación del modelo correísta de universidad, que en lo fundamental es el elitista,  en ocho años de lo que va de Gobierno, ha demostrado su total improvisación y el desconocimiento absoluto de la realidad de la universidad, ya que los supuestos “grandes cambios” que se han operado han sido impulsado por tecnócratas, desde sus escritorios, totalmente aislados de la realidad de las instituciones de educación superior.


El oficialismo con bombos y platillos anunció al Ecuador, que se construirán cuatro universidades emblemáticas: Yachay, Ikiam, Universidad  Pedagógica y de las Artes, señalando que éstas demostrarían como se debe llevar a cabo los procesos científicos, investigativos y educativos; dejando en segundo plano el resto del sistema  de educación superior, mismo que fue despreciado y descalificado con uno y mil términos para demostrar su ineficacia y su aparente fracaso. Desde ahí en adelante la universidad ecuatoriana quedó fragmentada, por un lado las de élite y por otro, las demás.
Cerca de 1200 millones de dólares el Estado ecuatoriano ha asignado para la construcción de éstas cuatro “universidades emblemáticas”, sin duda una inversión agresiva  que equivale al presupuesto del “resto”, es decir, de  todas las universidades públicas del sistema de educación superior, que todas sumadas llegan a algo así como 1100 millones de dólares.


Las denuncias de Albericio, hasta hace unos días rector de Yachay, muestran en realidad el alto grado de incapacidad del régimen para construir lo que ellos mismo se propusieron; es inadmisible que Yachay  sea dirigida mediante  video conferencia desde California, por tres de sus cuatro miembros, y que éstos vengan al Ecuador unos ciertos días y que por su instancia en nuestro País, cobren viáticos de 300 dólares diarios, según denuncia Albericio; solo este hecho nos hace pensar que para los tres sujetos que se encuentran en California, miran como una “emblemática chaucha”, trabajar y cobrar sueldos de 16 mil dólares en Yachay, sin contar entre los 18 o 25 mil dólares que según denuncia Albericio, los tres “académicos” que viven en California, cobrarían en el extranjero.


Ahora, estos hechos son solo manifestaciones de los problemas de fondo que vive el sistema de educación superior en el Ecuador, que han sido silenciados por una represión sistemática y por el excesivo poder punitivo que tienen los tres entes burocráticos encargados de la IES. (CEAACES, CES y SENESCYT).


Llamemos a las cosas por su nombre, lo que ocurre en Yachay es el fracaso rotundo de las políticas gubernamentales para la educación superior, ya que aplicaron todo una contra reforma universitaria, con contenidos neoliberales y en estricto apego a las recetas del Banco Mundial, incluso mucho de esos “mandatos” fueron diseñados a finales de los años noventa e inicio de los dos mil, miremos algunos de los cuales el correísmo con tota docilidad:

  1.  Redefinición de los Gobiernos de las Universidades.-  Con la entrada en vigor de la Ley Orgánica de Educación Superior (LOES), el gobierno de Correa mató dos pájaros de un tiro. Por un lado desmanteló la Autonomía Universitaria, con la creación de tres organismos plenamente dependientes al Ejecutivo, (CES, CEAACES y SENESCYT); y por otro lado, limitaron a su mínima expresión el cogobierno universitario,  desde ahí en adelante los actores de la universidad ecuatoriana (profesores, estudiantes, empleados y trabajadores), están relegados del gobierno de las universidades, lo que es peor aún sus rectores no pueden ni siquiera opinar del desarrollo universitario, peor tomar alguna decisión, todo se reduce a una sola persona a René Ramirez quien controla la SENESCYT y el CES.
  2. En este contexto el gobierno, mediante el CES ha utilizado la política de intervenciones a cinco universidades, (Estatal de Guayaquil, Luis Vargas Torres, Laica Eloy Alfaro de Manabí, Universidad del Sur de Manabí y Universidad Nacional de Loja), en todas ellas argumentado graves problemas administrativos y académicos, lo cierto es que tales intervenciones han tenido como trasfondo las elecciones de autoridades, en ninguna de ellas esta acción ha significado mejorar la calidad académica o la resolución de los problemas en los plazos que ellos mismo se impusieron. Esta es una forma de controlar y someter a la academia a los intereses gubernamentales.
  3. La Implementación del Sistema de Evaluación y Acreditación.-  La estrategia gubernamental fue hacer una campaña feroz en contra de la universidad pública, esta idea caló en un importante sector de la población ecuatoriana, que como es evidente no estaba de acuerdo con el retraso del sistema educativo, y todos anhelamos una universidad de calidad, el problema central es el enfoque de la calidad, si esta sirve para los grupos de poder o para las grandes mayorías. En todo caso, el gobierno desarrolló la genialidad de copiar y aplicar los modelos de evaluación neoliberales  aplicados en México y Chile principalmente, el proceso de evaluación se llevó acabo en el Ecuador de la manera más empírica y con tal improvisación que hasta los  actuales momentos los tecnócratas no logran definir un modelo para recategorizar a las IES, mientras las universidades caminan de una forma al poco tiempo los burócratas evaluadores cambian el modelo. Lo cierto que este jueguito de la evaluación poco ha servido para mejorar la calidad de la educación superior en el País, ya que es un instrumento punitivo que no despierta la autocrítica de la academia, al contrario fomenta el miedo, la paranoia académica y un desarrollo inusitado de la  burocratización de las IES, otro aspecto de la improvisación del proceso de evaluación es que, se aplican exigencias de estándares internacionales con presupuesto ecuatoriano, y como si eso fuera poco, se aplican los mismo parámetros de evaluación como si en todas las universidades existiese las mismas realidades, se replicaran los mismos problemas, el modelo no diferencia por  poner solo un ejemplo, el tiempo de creación de las universidades, para  los tecnócratas, es la misma exigencia para una institución centenaria, como para una institución de reciente creación.
De hecho el absurdo de categorizar a las universidades, fue analizado en un Congreso Latinoamericano de Estudiantes, realizado en la ciudad de la Haban- Cuba, mismo que criticó de esta manera a la evaluación a la educación superior del continente.  “Intentan construir un concepto de calidad abosolutmente retrógado, que nada tiene de moderno por más que disfracen con rankings con múltiples choice, con exámenes fugaces y veloces para determinar capacidades” (Ver Documentos XII  CLAE)


·      La eliminación del Libre Ingreso.- Esta es una política claramente regresiva, bajo el cuento de que solo los capaces deben ingresar a la universidad, se implementó un examen nacional de ingreso a las IES, en el que quedaron fuera cerca de 500 000 bachilleres, y los que pudieron ingresar al sistema, una buena parte están en universidades o en carreras que no son de su vocación.

Lo que ocurre en Yachay es una pequeña muestra de lo mal que anda la educación superior en el Ecuador, sirva esta oportunidad para que la comunidad universitaria rompa al silencio  a la que ha sido sometida, deben sus actores exponer al País sus inquietudes, sus desacuerdos y sus propuestas, el movimiento estudiantil debe ser un actor independiente del gobierno  y que necesariamente se constituya en  el motor de la propuesta de una nueva Reforma Universitaria, que evidentemente pasa por proponer al Ecuador también una reforma a la “LOES”,  en la que se incorporen visiones democráticas e incluyentes para el despunte de la educación superior el País.


La reforma universitaria que se proponga, no puede caer en el error del gobierno, en aquella visión sectaria, en  que solo cuatro instituciones predestinadas puedan desarrollar los grandes cambios que en ciencia, investigación y tecnología se requiere, lo que se necesita es una verdadera integración del sistema de educación superior, de sus actores, con seguridad cada universidad por más pequeña que sea, contribuirá con sus experiencias y descubrimientos, no se trata de competir entre nuestras universidades, lamentablemente el gobierno ha incurrido en este error, se trata de juntar los esfuerzos y las sabidurías de todo un pueblo que se congrega a diario en las casonas del saber, en hacer valer el aporte intelectual de nuestros profesores, de nuestros estudiantes que capacidades las tienen, y de recuperar sus derechos  más elementales, como: La autonomía, cogobierno, libre ingreso, entre otros, como garantía del desarrollo del pensamiento crítico.

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