El observador

 LA VÍA GIRÓN-PASAJE UNA BOMBA DE TIEMPO

POR JAIME CEDILLO F.

"El precio de desatenderse de la política es ser gobernado por los peores hombres".

Varios tramos de la vía Girón-Pasaje, están destruidos, intransitables, peligrosos, son una bomba de tiempo. Los conductores que por necesidad se ven obligados a utilizarla, saben que no tienen otra alternativa, sino que arriesgarse, para poder cumplir con sus obligaciones, sus necesidades, sus compromisos. El gobierno nacional mira con indiferencia al Austro Ecuatoriano, mientras que las autoridades seccionales, contemplan la tragedia vial, con los brazos cruzados.

Es hora de ponerse de pie, de dejar a un lado ese quemeimportismo, como mirando los toros desde lejos. En dónde están los transportistas intercantonales, interprovinciales. En dónde están los dirigentes de las cámaras, de los gremios. En dónde están los propietarios de negocios, que tiene que transportar sus mercaderías, los ciudadanos afectados, directa o indirectamente,

Por qué no se despiertan del letargo, para exigir, no por la razón, sino por la fuerza, lo que nos corresponde, es decir, vías en buen estado, sin sobreprecios monumentales, con mantenimiento permanente, con buena señalización, para no tener que enfrentar a diario esta pesadilla. O es que acaso, el Austro no forma parte del Ecuador. O es que hay ciudades y provincias de primera, segunda y tercera categoría.

Es hora que los pueblos de las provincias del Azuay, de El Oro, que salgan de todas partes, de las comunidades, de los recintos, de las parroquias, de los anejos, de las parcelas, para decirle al señor gobierno, a los ineptos que nos representan en las alcaldías y prefecturas, que se nos acabó la paciencia, que basta de atentar en contra de nuestros derechos, de nuestra seguridad, de nuestras vidas.

Ahora que volvemos a vivir la angustia de las elecciones presidenciales, nos tocará escuchar, una vez más, la demagogia de los candidatos, ofreciendo el paraíso a los votantes, vuelven las falsas promesas, las hipocresías, las mentiras, las obras maravillosas, los juramentos, los planes, los acuerdos, los engaños, las firmas, los abrazos y los besos.

Es la época de los Judas Iscariotes, de las traiciones al pueblo, de las puñaladas. Y como el presidente en funciones va por la reelección, no tiene empacho en gastar millones en propaganda para decir que como él ninguno. Que como él nadie ha hecho tanto por el Austro, por el Ecuador entero, que para poder seguir con la obra vial, por las cuatro regiones de la Patria, de manera particular, por la Girón-Pasaje, hay que volver a votar por el salvador. Porque si no es él, quien hará los tik toks, y quién sacará los tanques, y quién repartirá el pastel entre sus invitados al banquete nacional de la contratación pública. Amén.

EL OBSERVADOR

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