sábado, 17 de agosto de 2024

 EL HÁBEAS CORPUS DE LA INDIGNIDAD

POR JAIME CEDILLO F.
“La figura jurídica del Hábeas Corpus no cumple con el objetivo con la que fue diseñada en el derecho, debido que existe un abuso por parte de los profesionales del derecho, con la finalidad de que el imputado recupere su libertad teniendo como consecuencia la desnaturalización de esta normativa legal”.
Que no nos vengan con ese cuento trillado del libre ejercicio de la magistratura, de la imparcialidad jurídica, de que la justicia es ciega, sorda y muda, que tenemos las “manos limpias, las mentes lúcidas y los corazones ardientes”. Claro, por eso mismo, las juezas correístas de la Corte Nacional de la Injusticia, Katerine Betty Muñoz Subía y Enma Teresita Tapia Rivera, concedieron graciosamente un Hábeas Corpus, para uno de los delincuentes de cuello blanco, más audaces y peligrosos de los últimos tiempos.
A Wilman Terán conocido en el mundo del hampa politiquera como “El Diablo”, oscuro, hábil y peligroso personaje que alcanzó con artimañas, la presidencia del Consejo de la Judicatura, una de las bestias más nefastas que parió el correato para manejar a su antojo la justicia. “El Diablo” fue uno de los preferidos de los “robolucionarios”, porque le debían muchos favores, era una pieza clave en su objetivo de alcanzar la anhelada impunidad para los capos de la mafia y su gallada.
No descansaron, intentaron por varios lados, desde la comisión de fiscalización de la Asamblea Nacional, donde montaron escenario para que acuse a la Fiscal, para que cuente cómo son esos cucos que dizque le visitan en las noches en su celda, que La Roca no es para él, porque es un procesado muy especial, de alto vuelo, y consentido por sus coidearios, que se merece comodidades, un trato especial, horarios sin restricciones, acceso ilimitado a internet, visita de sus abogados a cualquier hora del día, platos a la carta, atención médica especializada (Psicológica, Psiquiátrica, Emocional). Entonces, planteó el Hábeas Corpus, y a la tercera fue la vencida.
Enma Teresita y Keterinne Bety, juezas que no deben nada a nadie, salvo unos pequeños favores al prófugo de la justicia y traidor a la Patria, Rafael Vicente Correa Delgado, porque ambas ingresaron de una a ser juezas, sin intermediarios, sin carrera judicial, sin mojarse el poncho, sin sufrir lo que la mayoría de funcionarios judiciales tiene que padecer, para subir de peldaño en peldaño, paso a paso, ganándose con trabajo un ascenso, desde amanuense, hasta llegar a dónde llegaron, sin méritos, las que hicieron del Hábeas Corpus, un sueño soñado y alcanzado para el que dice que vino de las estrellas a impartir justicia divina y terrenal.
Nosotras las juezas Tapia y Muñoz, concedemos el Hábeas Corpus a este torturado ser humano, que sufre hasta lo indecible en las celdas oscuras y malolientes de La Roca, porque no es justo, tanto tormento, tanta desdicha, tanto atropello a sus derechos humanos, que no se merece por el simple hecho de haber pretendido llegar a la Presidencia de la República, por haber hecho de la injusticia una práctica diaria, por haber montado desde la honrosa presidencia del Consejo de la Judicatura, una delincuencia bien organizada para negociar, para redactar y poner precio a las sentencias, porque no hay derecho a que le siga doliendo el corazón, hasta le zumban los oídos. Por eso, y por muchas violaciones más, que se le traslade a una celda cómoda, donde puede gozar de una lista de privilegios que adjuntamos a esta libérrima resolución.
Firmada y dada, en la Carita de Dios, en el mismísimo Palacio de la Corte Nacional de la Injusticia, en el mes de agosto del año que decurre, en homenaje a los Héroes del 10 de Agosto, porque para nosotras, las imparciales, el Wilman es otro héroe nacional, que ya pasó a la inmortalidad, al igual que nosotras, que llegamos derecho a ser juezas, sin méritos, a ser parte de la dignísima Corte Nacional de la Injusticia del Ecuador.
PD: Nos tiene sin cuidado los allanamientos efectuados por la Fiscalía , la fatídica tarde del 16 de agosto, autorizado por un colega, a nuestros despachos y domicilios, en busca de pruebas, de evidencias, porque nuestras actuaciones son claras, transparentes y revolucionarias, hasta la victoria siempre. Amén.
El Observador

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