Así suena En agosto nos
vemos, la última novela de
Gabriel García Márquez
Las canciones, arreglos y composiciones que aparecen en la novela póstuma del escritor colombiano.
Dentro de En agosto nos vemos, el borrador de la última novela de Gabriel García Márquez, la música es una de las grandes protagonistas. Cada uno de los seis capítulos que componen el libro confirma la melomanía del autor colombiano. Por ejemplo, el nombre del personaje principal, Ana Magdalena Bach, es el mismo que el de la soprano alemana que contrajo matrimonio con el célebre compositor Johann Sebastian Bach. La Ana Magdalena de Gabo es, además, hija de un maestro de piano, esposa de un director de orquesta y madre de un hijo chelista que toca con la Orquesta Sinfónica Nacional.
En la trama de la mujer madura que viaja cada 16 agosto a una isla del Caribe a visitar la tumba de su madre abundan los boleros, valses, conciertos de música clásica y danzones cubanos. Artistas como Elena Burke, Celia Cruz y Mstislav Rostropóvich aparecen y desaparecen entre las páginas de En agosto nos vemos a medida que avanza la historia.
En el Centro Gabo hemos ubicado los fragmentos en donde tienen cabida estas referencias musicales. Los compartimos contigo:
1. Claro de luna (Claude Debussy)
“El piano inició el Claro de luna de Debussy en un aventurado arreglo para bolero, y la niña mulata la cantó con amor. Conmovida, Ana Magdalena Bach pidió una ginebra con hielo y soda, el único alcohol que sobrellevaba bien. El mundo cambió desde el primer sorbo. Se sintió pícara, alegre, capaz de todo, y embellecida por la mezcla sagrada de la música con la ginebra”.
2. El Danubio azul (Johann Strauss)
“Hablaron sobre la audacia de convertir en bolero una pieza de Debussy, pero él no lo había advertido. Sin duda se dio cuenta de que ella sabía de música y él no había pasado del Danubio azul”.
3. Concierto para piano en la menor, Op. 16 (Edvard Grieg)
“Él entonó bajo la regadera los primeros compases del concierto de piano de Grieg, mientras se jabonaba, y de pronto dio un vuelvo.
- ¿No vienes?
Ella tuvo una sola razón para dudarlo, y para alguien tan escrupulosa como ella era una razón de peso.
- No me baño desde ayer -dijo-. Huelo a perro.
- Razón de más -dijo él-. El agua está deliciosa”.
4. Boleros de Agustín Lara y danzones cubanos
“Se llamaba Doménico Amarís, un hombre de cincuenta y cuatro años, bien educado, guapo y fino, y director del Conservatorio Provincial desde hacía más de veinte años. Al margen de su excelente calificación de maestro, era un seductor de salón y un caricaturista musical capaz de salvar una fiesta con un bolero de Agustín Lara en el estilo de Chopin o un danzón cubano al modo de Rajmáninov".
5. Concierto para violín en re mayor, Op. 77 (Johannes Brahms) y Concierto para chelo en si menor, Op. 104 (Antonín Dvořák)
“Él se sentía en su gran momento y con ideas propias. Siempre había pensado que la obra de un gran músico era inseparable de su destino, y creía haberlo comprobado con el estudio sistemático de la música y las vidas de los grandes maestros. Pensaba que la obra más inspirada de Brahms era su concierto para violín, y no entendía cómo no había compuesto además el concierto magistral de chelo que al final compuso Dvořák”.
6. Variaciones sobre un tema rococó, Op. 33 (Piotr Ilich Chaikovski)
“En las prisas de última hora había olvidado los guantes de jardín, y tuvo que desbrozar la tumba a manos limpias mientras le hacía a su madre el recuento del año. La única noticia buena fue la del hijo, que en diciembre se estrenaría como solista en la Orquesta Filarmónica con las Variaciones sobre un tema rococó de Chaikovski”.
7. Vals del Emperador, Op. 437 (Johann Strauss)
“El remanso del vestíbulo la reanimó y al pasar frente al cabaret le llamó la atención una pareja profesional que bailaba el Vals del Emperador con una técnica perfecta. Permaneció absorta en la puerta, aun después de que terminó la pareja de exhibición y la pista fue invadida por la clientela común”.
8. Boleros de Elena Burke
“…la fanfarria anunció la presentación especial de Elena Burke, la reina del bolero, exclusiva y sólo por una noche en su gira triunfal por el Caribe. Apareció así, deslumbrada por las luces, y en un estruendo”.
9. Saxofón de Fausto Papetti
“Sólo entonces descubrió ella que la camioneta no tenía más que los dos asientos delanteros, que se convertían en camas con apretar un botón. El resto era un bar mínimo, un equipo de música con el saxo de Fausto Papetti, y un baño minúsculo con un bidé portátil detrás de una cortina carmesí. Ella entendió todo”.
10.Canciones de Celia Cruz
“Con la ayuda de un taxista distinto escogió un hotel de cabañas rústicas en un bosque de almendros, con un gran patio de baile y mesas de comer alrededor, y un anuncio a todo trapo de la presentación especial de Celia Cruz, la gran cantante cubana”.
11. Canciones de Los Panchos
“El programa empezó con un trío especializado en canciones de Los Panchos. Nadie les puso atención y Aquiles Coronado menos que nadie. Se desahogó de una pasión que había crecido dentro de él desde la adolescencia ya que sólo era feliz porque pensaba en Ana Magdalena Bach cuando hacía el amor con su esposa en la oscuridad”.
12. Contrastes para violín, clarinete y piano (Béla Bartók)
“El destino de la hija se resolvió fácil y sin prisa. La despidieron con una velada íntima, a la que fue invitado el músico de jazz con su novia nueva. Doménico y él improvisaron una revisión muy personal de los contrastes para piano y saxofón de Béla Bartók y todos se hicieron viejos amigos a primera vista”.
13. Così fan tutte (W. A. Mozart)
“Una noche, después de una gala social en que el esposo había tenido un éxito insólito, ella decidió salirle al paso. Él estaba leyendo en la cama la partitura de Così fan tutte. Ella acabó de leer El ministerio del miedo, que había empezado en la isla; apagó la luz de su lado y se volvió contra la pared sin despedirse. Él, divertido, le dijo:
- Buenas noches, señora.
Ella cayó en la cuenta de que había fallado en el ritual y se apresuró a corregirlo.
- Ay, perdón, mi amor -dijo-, y le dio el beso rutinario de las buenas noches. Él solfeaba en susurros para no despertarla”.
14. Composiciones de Aaron Copland
“Cuando la orquesta tocó un arreglo bailable de Aaron Copland, él confesó que no le llamaba la atención porque era sordo para la música, pero se atrevió a bailar cuando ella lo invitó. No acertó en un paso, pero ella lo ayudó tan bien que a él pudo quedarle la impresión de que el mérito era suyo”.
15. Siboney (Ernesto Lecuona)
“Cuando la orquesta oficial terminó su tanda juvenil, otra más ambiciosa inició la nostálgica «Siboney», y Ana Magdalena Bach se dejó arrastrar por la magia de la música mezclada con la ginebra. De pronto, en una pausa de la orquesta tropezó por azar con la mirada del hombre abandonado de la mesa vecina. No lo eludió. Él le correspondió con una leve inclinación de cabeza, y ella sintió que estaba viviendo un nuevo episodio de su adolescencia”.
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