viernes, 14 de junio de 2024

 SE JUNTARON LOS SOCIALCRISTIANOS, LOS CONSTRUYE Y LOS DE REVOLUCIÓN CIUDADANA.

Con o sin autorización de la Asamblea, la vicepresidenta Verónica Abad, está hundida en el más completo de los desprestigios morales. La Asamblea le lleva la delantera.
POR JAIME CEDILLO F.
CONCUSIÓN: "Es un delito que se presenta cuando un funcionario público, en uso de su cargo, exige o hace pagar a una persona una gratificación de cualquier tipo. También incluye el cobrar más de lo que corresponde por las funciones que realiza".
De eso es precisamente por lo que será procesada penalmente, la vicepresidenta sin funciones, María Verónica Abad Rojas. La jueza nacional, Daniela Camacho, ya envió la solicitud a la Asamblea Nacional, para que autorice el enjuiciamiento.
El presidente del Poder Legislativo, Henry Kronfle, convocó para este viernes al pleno para analizar el pedido y dar su veredicto.
La cosa está cuesta arriba para el gobierno, porque requiere el voto de las dos terceras partes, 92 afirmaciones para que pueda iniciarse el proceso penal. No está dicha la última palabra, todo puede pasar conociendo cómo se maneja la política en este país, donde la venta de conciencias y los camisetazos están a la orden del día.
Las negociaciones al más alto nivel, las cotizaciones del voto han subido como la espuma, ya quisiera la Bolsa de Valores, esa suerte; los acuerdos entre "caballeros" y "damas" han alborotado el avispero del dando y mandando.
La Vero pende de un hilo muy fino y costoso. Si dicen sí, perderá en el acto el cargo que nunca ocupó, pero que le valió para meterse en camisa de once varas. Se le vino el mundo encima, está viviendo una pesadilla, quiere despertarse pero no puede, pasó del paraíso al infierno.
Está probando de su propia medicina, de ese maldito veneno que se llama deslealtad con quien la llevó de la mano a la gloria, gloria que se transformó en angustia, Pero quién querría estar en los zapatos de la Vero, nadie, ni ella misma. Todo se derrumbó.
Si es hallada culpable del delito que se le acusa, podría enfrentar una pena de tres a cinco años de prisión, de acuerdo al artículo 281 del Código Orgánico Integral Penal (COIP).
En la Asamblea Nacional, igual, si funcionan los pactos de la regalada gana, la Vero enfrentaría un juicio político y podría ser destituida por ese poderoso primer poder del Estado, que todo lo puede.
La ley tiene que ser aplicada a todos por igual, sin contemplaciones, sin dedicatorias, si cometió el atroz delito de participar, junto con su hijo, en la venta de cargos públicos, exigiendo parte del sueldo, con condiciones, con la entrega de letras de cambio como garantía de fiel cumplimiento del acuerdo forzado; si es que la Fiscalía muestra las pruebas, pues el camino es la sanción ejemplarizadora, para que de una vez por todas, termine esta práctica deshonesta que lamentablemente se estila en todas partes, desde la tenencia política hasta los más altos poderes del Estado.
Soñamos con un país libre de corrupción, de un manejo limpio de los recursos públicos, Basta de robarse el dinero en contratos amarrados, direccionados, en farras, tarimas y conciertos, que duran lo que dura una borrachera, con una resaca del mil demonios. Basta de vacunas, diezmos, no más chantajes a los indefensos, a los necesitados, a los que tienen que llevar el pan a su mesa con trabajo honesto.
Hay que predicar con el ejemplo. A los hijos se les enseña con firmeza el camino correcto, no la picardía, la sapada, el abuso del poder, de tomar lo que no me pertenece. De ganarse cada centavo con el sudor de la frente. Se cosecha lo que se siembra, si siembras vientos, cosecharás tempestades. O, me equivoco, doña Vero. Amén.
EL OBSERVADOR
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