El observador

 NOBOA EN UN CALLEJÓN SIN SALIDA, POR BOCÓN

POR JAIME CEDILLO F.

Vaya lío en que se metió Noboa por bocón. Y, ahora, ¿cómo se sale de ese callejón sin salida? Mejor dicho, está atrapado y sin salida. Pero quién le mandó a soltar la lengua delante del "suertudo" periodista gringo, Jon Lee Anderson (especialista en temas latinoamericanos), quien ni tonto ni perezoso, iba tomando nota de todas las metidas de pata del inexperto estadista. No sabía que estaba jugando con fuego, que se chamuscaría, que lo dicho dicho está y no hay vuelva luego.

Y, los asesores ¿para qué están a su lado? No se supone que es para aconsejarle, a tiempo, que tiene que medir cada palabra, cada gesto, que un mal paso, trae consecuencias, como en este caso, que se ha armado un escándalo internacional, que no hay explicación que sirva.

La Secretaria de Comunicación de la Presidencia, quiso componer, pero fue demasiado tarde, las declaraciones se publicaron en una de las revistas más prestigiosas como dicen los entendidos (The New Yorker), y se vino el mundo encima. El reportaje que no fue publirreportaje, sino una bomba de tiempo, estalló en la cara de Noboa. La novatada se paga caro, muy caro. Y, la Secretaria de Comunicación que se apuraba, que no fue así, sino una simple conversación en tono coloquial, en corto, que han sido descontextualizadas.

Anderson, el experimentado periodista, se dio el lujo de caminar con el presidente durante varios días, visitando lugares, compartiendo reuniones reservadas, viajando por tierra y por aire. Y, entre cita y cita, preguntaba el reportero y Noboa respondía: ¿Y, las construcción de las cárceles de máxima seguridad? Estoy pensando en construir una en el Antártida, por qué no. Todo es posible, querer es poder. Y, los "asesores" decían: averiguaremos, dignísimo señor presidente.

¿Y qué opina de los mandatarios de la región?, dice que le consultó el gringo. Y, Noboa, sin pensarlo dos veces, soltaba la viperina: Admiro al presidente Lula de Brasil; el colombiano Petro es un snob de izquierdas; en cambio, el "Che" Milei se cree genial, pero no ha logrado nada; mientras que Bukele es un arrogante, que solo busca controlar el poder para sí mismo, y para hacer rica a su familia.

Las relaciones internacionales están que arden. Sin motivo se compró semejante lío, acaso no fue suficiente con lo de la embajada de México en Ecuador. Bueno, eso sí que fue espectacular, se pasó de listo Noboa, fue una jugada maestra, eso de sacarle por los pelos al segundo delincuente más peligroso de los correístas, el fiero chueco Glas, que estaba a sus anchas en el dormitorio, chateando con su colega de saqueos y otras andanzas politiqueras, el otro prófugo, el sentenciado, el traidor a la patria, el que es muy macho desde el ático, pero un cobarde para enfrentar a la justicia que tanto metió la mano, haciendo de las sentencias una práctica diaria.

Noboa nos metió en un callejón sin salida. Nos complicó la vida. Acaso no es suficiente con tantos y tantos problemas internos que tenemos, que la delincuencia, que los asesinatos, que los secuestros, que las extorsiones, que la eliminación de los subsidios a las gasolinas eco y extra, que el nuevo paquetazo, que el vergonzoso informe de la comisión de asambleístas, que concluye que el asesinato a Fernando Villavicencio fue por delincuencia común; que los contratos millonarios para la familia, que las caídas de puentes, que las lluvias torrenciales, que los deslizamientos, que más muertos por los desastres naturales; que no hay plata que alcance, que no hay medicinas, pero hay vuelos en los aviones presidenciales. Amén.

El Observador.