jueves, 11 de abril de 2019

La propuesta de Trujillo es una provocación

   en Conexiones4P/Elenfoque  por 
El vacío pide ser ocupado y Julio César Trujillo, animado por un repentino y envidiable golpe de juventud, se ha lanzado a llenarlo. La conformación del Comité por la Reinstitucionalización Nacional, integrado y anunciado por él, es un hecho político provocado por un ciudadano en este momento de enorme incertidumbre pública.
Dos dimensiones caracterizan la iniciativa de Julio César Trujillo. Una, fáctica: se trata de convocar a ciudadanos que han tenido una trayectoria pública, que gozan de prestancia y respeto y que, sin reparo, se suman a una nueva causa institucional: colaborar para desaparecer una herramienta, ajena al sistema democrático, usada por Correa para concentrar poder y ocultar la corrupción. Trujillo (en equipo con Pablo Dávila) muestra coherencia entre lo que prometió hacer, en el foro de 4Pelagatos, y sus implicaciones prácticas: montar un equipo, involucrar voluntades, agitar la opinión, calar el tema en la agenda pública, promocionarlo y, como resultado, tratar de generar un hecho político desde la ciudadanía.
La segunda dimensión es simbólica: Julio César Trujillo tiene 88 años. Hay que anotarlo con admiración por el tesón, la pasión, la lucidez y la pertinencia que pone en sus acciones. En el foro de 4Pelagatos, algunas personas lo felicitaron por haber reivindicado a esas generaciones que en el correísmo fueron desechadas sobre todo de las universidades. Trujillo, por un concurso de circunstancias, se convirtió en el catalizador más popular de una transición política sin precedentes en el país. Pues bien: no solo la asume como Presidente del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social que ha librado al país de delincuentes (algunos se quedaron) metidos en los cargos de control y fiscalización. Se erige en una conciencia que convoca al país a proseguir en esa línea: desaparecer el CPCCS de la arquitectura institucional y sumar, a su acción, nuevas causas pues la estructura que produce autoritarismo, subdesarrollo económico y corrupción está prácticamente intacta.
Trujillo y Pablo Dávila (los dos miembros del CPCCS) marcan, en este campo, una ruta para esas mal llamadas elites del país acostumbradas a quejarse y a reclamar solamente por sus intereses; que son ajenas a la esfera pública y en muchos casos rehenes de lógicas políticas populistas y autoritarias ante las cuales se arrugan con pasmosa comodidad.
El gesto de Trujillo (a sus 88 años y no hay cómo olvidarlo) ya ha reunido a personas (ver abajo la lista) como Nelsa Curbelo, José Ayala Lasso o Simón Espinosa: ecuatorianos intachables y mayores, con muchos pergaminos en la esfera pública. Esa generación comprometida con causas cívicas subraya el vacío ciudadano y político que se siente con particular acuciosidad (pero no únicamente) en Quito. No se sabe, en este momento, cuál será el destino de la propuesta del Comité por la Reinstitucionalización Nacional. Quizá ocurra como suele decir Lolo Echeverría: lo hicieron porque no sabían que era imposible. Es factible no obstante que se choquen contra la anomia social y las zancadillas políticas. En cualquier caso, su propuesta es un desafío con connotación a provocación lanzada al rostro de los ciudadanos: ellos, todos los miembros del comité, están asumiendo un compromiso que se antoja quijotesco en un momento en que todas las cartas de la realidad política y pública se están barajando de nuevo. Eso explica el vacío y la incertidumbre reinantes.
Es obvio que la realidad constitucional se sitúa lejos en las preocupaciones de los ciudadanos. Mucho después, en todo caso, de las angustias económicas que, sin parecerlo, están taladrando la estabilidad de la clase media y los sectores más vulnerables. En ese contexto, la propuesta de Trujillo se erige como un ejemplo de lo que los ciudadanos tienen que hacer para forzar agendas públicas y cortocircuitar aquellas de los partidos que se dicen ganadores del 24 de Mayo que, sin importarles la debilidad del gobierno y la complejidad del momento, acomodan las piezas en función de sus expectativas presidenciales.
Trujillo, provocador a los 88 años: es una proeza de un ciudadano consciente de hacer parte de la elite del país y decidido a ejercer su deber.
Foto: CPCCS (T). 
Los miembros del Comité: Julio César Trujillo, Rosalía Arteaga, Gustavo Noboa Bejarano, José Ayala Lasso, Enrique Ayala Mora, Hernán Pérez Loose, Nelsa Curbelo, Simón Espinosa y Pablo Dávila como coordinador.

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