Julian Assange sigue siendo para muchos un campeón de la libertad de expresión y un ejemplo de periodista. Sin embargo, a juzgar por lo que se dice en el informe del fiscal especial Robert Mueller sobre la interferencia rusa en los asuntos políticos de los EEUU, el fundador de Wikileaks es un perverso y siniestro personaje, capaz de alimentar y sostener una tesis que él sabía que era falsa sobre el asesinato de un voluntario del Partido Demócrata para así proteger a los hacker rusos que robaron los correos electrónicos que perjudicaron la campaña de Hillary Clinton.
El informe Mueller establece que Assange alimentó las teorías de la conspiración inventadas por la extrema derecha de los EEUU, según las cuales el asesinado Seth Rich fue el responsable de la filtración de los correos electrónicos robados del Partido Demócrata y no los hackers de la inteligencia del gobierno ruso que, como se ha probado en el mismo informe, fueron los que robaron el material.
“Luego de que los servicios de inteligencia de los EEUU anunciaron que se había comprobado que Rusia estaba tras la operación de hackeo, Assange continuó negando que el material relacionado con la campaña de Clinton publicado por Wikileaks habían provenido un un hackeo ruso”, dice el reporte. “De acuerdo a información de la prensa, Assange dijo a congresistas de los EEUU que el hackeo al Partido Demócrata fue hecho por un insider y que tenía evidencias físicas de que los rusos no le habían entregado el material”.
Según la investigación de Mueller, que se basa en evidencias y peritajes hechos a los computadores, fueron los rusos los que contactaron a Wikileaks y a Assange y luego les entregaron el material que era lesivo para los intereses de Hillary Clinton y que beneficiaron a la campaña de Donald Trump. Sin embargo, a pesar de que él sabía que el crimen no tenía relación con el robo de los correos, Assange utilizó la plataforma de Wikileaks para negar que el material hubiera sido entregado por los rusos y, más bien, lanzó una teoría alternativa que él sabía era completamente falsa.
El 9 de agosto del 2016, la cuenta de Twitter de Wikileaks anunció que entregaría 20 mil dólares como recompensa a quien proporcionara “información que permita encontrar al asesino del voluntario del Partido Demócrata, Seth Rich”. Ese tuit fue el inicio de una oscura y alucinada teoría de la conspiración basada en la tragedia de la vida real que ocurrió temprano en la mañana del 10 de julio de 2016, en una acera de Washington. Rich era un staffer o voluntario de 27 años del Partido Demócrata que fue asesinado a balazos, según estableció la policía de esa ciudad, por un robo a mano armada. El asesinato se registró muy poco después de que Assange hubiera publicado los correos de Hillary Clinton y que la extrema derecha dijera que Rich había sido asesinado por enviados de Clinton para tapar el robo. Assange llevó las cosas más lejos el 25 de agosto cuando en una entrevista de televisión dijo estar muy interesado en el asesinato de Rich, porque el caso podría estar vinculado con las posibles amenazas de muerte a fuentes de Wikileaks. “Si hay alguien que está potencialmente conectado con nuestra publicación, y esa persona ha sido asesinado en circunstancias sospechosas, no necesariamente significa que ambas cosas estén conectadas. Pero es un tema muy grave…”. Y Assange agregó: “ese tipo de aseveraciones son muy graves y han sido tomados muy en serio por nosotros”.
Según Mueller, Assange nunca salió luego a aclarar que su declaración estaba relacionando falsamente que Rich hubiera sido la fuente de sus filtraciones. Con el apoyo de Assange, la teoría de la conspiración sobre ese asesinato, que fue inventada por la extrema derecha partidaria de Trump, se instaló en la opinión pública y en la prensa. Esa tesis, incluso caló en la familia de Rich, particularmente en su sufrido padre que rogó que los demócratas los dejaran en paz.
A pesar de que insistentemente trataba de posicionar en la opinión pública la sospecha de que Rich filtró los correos para así protegerse él y proteger a los hackers rusos, Assange se comunicaba privadamente con la verdadera fuente para coordinar la publicación de la segunda filtración que la inteligencia rusa se había robado del Gmail de John Modesta. La investigación de Mueller apunta a que esta segunda filtración de correos, que también afectó las chances de Hillary Clinton, fueron llevados físicamente hasta la Embajada ecuatoriana en Londres, donde vivía Assange.
Tras la presentación, del informe del fiscal Mueller la familia de Rich hizo un pronunciamiento en el que se dijo que Assange había manipulado la información de su muerte de forma inhumana con el único propósito de protegerse él y de proteger a los rusos. En la declaración, escrita por su hermano, se dice que Assange no era un periodista sino un monstruo. “Assange hizo un daño inconmensurable a una familia doliente con el fin de esconder su trabajo con la inteligencia rusa y desestabilizar la democracia de los EEUU. En el proceso, engañó a miles de estadounidenses que solo trataban de darle sentido a nuestro país durante tiempos difíciles y complicados. El reporte prueba que es un monstruo, no un periodista, y espero que aquello no se pierda en el futuro debate alrededor de su reciente arresto”.
En su reporte, Mueller también cita mensajes privados de Assange en los que explica la preferencia que tenía para que Trump gane las elecciones.
El informe Mueller, sin duda el documento más polémico y revelador de la política moderna estadounidense, ha confirmado lo que diplomáticos ecuatorianos han dicho en los días que antecedieron a su arresto: que se trata de una mala persona que actúa únicamente impulsado por sus delirios de grandeza y egoísmo. En este caso, el fundador de Wikileaks prefirió posicionar en la opinión pública la sospecha de que el asesinato de Rich era una realización de los demócratas por el robo de los correos y así defender a los espías rusos.
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