jueves, 18 de mayo de 2023

 DICTADURA DEL BANQUERO


La crisis política continúa y se profundiza. El desarrollo del juicio, que podía censurar a

Guillermo Lasso, fue obstruido por el Decreto presidencial de muerte cruzada que disolvió la

Asamblea Nacional y facultó al banquero a gobernar, hasta seis meses, sin oposición

institucional alguna.

La amenaza de una mayoría calificada de 92 votos necesarios para su destitución fue el

detonante para que el régimen deje de jugar al espantapájaros y cumpla su advertencia de

cerrar el Parlamento. Esa maniobra salvó el pellejo del banquero y lo envolvió en un manto de

impunidad que no es equivalente a inocencia, pues aún está en pie su responsabilidad política

en los actos de corrupción en FLOPEC.

La muerte cruzada que envía a una sarta de corruptos y mediocres a sus casas provoca un

júbilo generalizado en el pueblo, pero no es menos cierto que es una peligrosa apuesta que

hace el gobierno para imponer en corto tiempo, aceleradamente, su agenda neoliberal

fracasada.

Enseguida de la cesación de la Asamblea ya se anunciaron al menos cinco decretos-ley que

buscan precarizar el trabajo, privatizar las empresas estratégicas, flexibilizar la contratación

pública y liberalizar el comercio. Ese es el verdadero interés encubierto detrás de la muerte

cruzada: enriquecer más a los millonarios a costa de mermar derechos de las mayorías.

¿Serán beneficiosas las renegociaciones de los contratos de la telefonía celular, las

concesiones mineras y petroleras, la subasta del Banco del Pacífico, las nuevas reglas laborales

si quien tiene que hacerlas es Lasso, su cuñado Danilo Carrera y la gallada plutocrática?

¿Alguien pondría las manos al fuego por esos sátrapas?

Cierto es que la disolución del Parlamento es un mecanismo para resolver la crisis política, en

tanto cumpla determinadas justificaciones, pero este Decreto de muerte cruzada es

inconstitucional porque es inexistente la conmoción interna invocada por Lasso. A la Corte le

compete dictaminar con celeridad y oportunidad la constitucionalidad del acto, de inclinarse

por el oficialismo estaría legitimando una dictadura.

No se trata de defender a la Asamblea, ellos pueden irse al infierno, lo que importa son los

intereses del pueblo y los del país que están amenazados por un gobierno que se cree

plenipotenciario. La anunciada represión policial y militar no doblegará la resistencia y la

unidad popular. ¡Fuera Lasso Ya!


Francisco Escandón Guevara

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