lunes, 29 de mayo de 2023

 FERNANDO EL PRESIDENTE

Por Adrian Zabala.
El peor enemigo del correísmo es sin duda, Fernando Villavicencio; uno de los pocos ecuatorianos que tuvo la valentía de enfrentarse a esta mafia política y todo su poder concentrado en el manejo del estado.
El correísmo y su máximo jefe, Rafael Correa, están con los pelos de punta. Saben lo que les espera cuando Villavicencio sea el nuevo jefe de estado. Saben que siendo solo un periodista les desenmascaró e hizo conocer al país los actos de corrupción más grandes que se han visto en la historia. Saben que como asambleísta les demostró que no son más que vulgares delincuentes y sus 47 asambleístas sumados a sus aliados no pudieron callarle. Él se enfrentó a todas esas arpías y les arrastró por el piso completamente solo. Mucho asambleísta para tanta acémila.
El Ecuador necesita un baño de verdad, necesita conocer todos los atracos cometidos en los catorce años del correísmo. Saber exactamente cuánto nos robaron para iniciar la recuperación de todo ese dinero. Necesitamos la verdad sobre el vil asesinato del General Gabela, y sobre el 30S. El país necesita conocer exactamente cuáles fueron las condiciones de las preventas de petróleo a China y que se levanten todas las reservas que existan en esos contratos, que se identifique y se sancione a todos los intermediarios y funcionarios que pudieron beneficiarse con dineros públicos. Conocer de los sobreprecios en todas las obras del gobierno de Correa.
El correísmo no puede disimular su miedo, ni controlar la incontinencia urinaria que le provoca la sola idea de ver a Fernando Villavicencio instalado en Carondelet. Por eso han empezado una campaña sucia de esas en las que son expertos, a más de lanzar a tres o cuatro candidatos chimbadores con la esperanza de restarle votos.
Fernando Villavicencio es el presidente que el Ecuador reclama y necesita. Ya basta de timoratos, amilanados, y blandengues. Frontalidad, firmeza, valor, coraje, patriotismo, y mano firme en la conducción del estado, para imponer orden y disciplina, ejercer con temple de acero la autoridad. Eso es lo que los ecuatorianos buscamos en un jefe de estado.
Apoyar a Fernando Villavicencio es sanear el país, es sacar la basura acumulada, es poner en orden las cosas. Es buscar el bien común y que gobiernen los honestos, la gente buena, la gente decente, la gente de bien.
Villavicencio es el cambio radical que requiere con urgencia la patria. Y es nuestro deber como ecuatorianos, mujeres y hombres de toda edad y condición social, decidir con honestidad de que lado estamos. Si de los buenos o de los malos.

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