lunes, 22 de mayo de 2023

 

 
EDITORIAL del 20 de mayo del 2023
Toda la opinión pública está distraída con la “muerte cruzada” y sus efectos epidérmicos; cuando lo de fondo es que la decisión de Lasso no la asume desde una posición de fuerza, sino desde la condición de un gobierno debilitado, sin otra opción para evitar la destitución. Ha aprovechado el desprestigio de la Asamblea y el apoyo de las Fuerzas Armadas para ejecutar esta medida. En los sectores de la gran burguesía existe acuerdo con lo hecho, pues, miran como la oportunidad para imponer el programa neoliberal que hasta ahora ha tenido tropiezos. La embajada de EE. UU. le da un respaldo en lenguaje diplomático al decir que: “hace votos para que las elecciones generales, que resultarán de la decisión que ha adoptado el presidente Guillermo Lasso en ejercicio de sus facultades constitucionales, permitan al pueblo ecuatoriano asegurar el mantenimiento de la gobernabilidad política y paz social”. Y Lasso inició su aluvión neoliberal, envió a la Corte Constitucional la Reforma Tributaria; reiteró los lineamientos de las reformas en el ámbito laboral. Por igual, los titulares destacan las coincidencias entre el correísmo y el gobierno y los pronunciamientos de las Cámaras de la Producción no se hicieron esperar con un llamado “a la paz y que no existan movilizaciones (..) “que hay que trabajar”. Claro que se les olvidó de señalar que en este período han obtenido la mayor cantidad de ganancias y que estas se han enviado a los paraísos fiscales. En síntesis, los argumentos del gobierno no son válidos, que lo que buscaban era evitar su destitución; por parte de una Asamblea, que es corresponsable de la actual situación; entre el ejecutivo y el legislativo no aprobaron una ley y reglamento para detener el lavado de activos de bienes ilícitos; la Ley de Educación Superior; entre otras. Los niveles de corrupción de Lasso, la inoperancia de la Asamblea; desembocaron en un desprestigio, en general, de las instituciones del Estado. Está en nuestras manos, no repetir las equivocaciones de las anteriores elecciones y hacer del próximo gobierno transitorio, que ejercerá el poder hasta el 2025; a las mejores mujeres y hombres, de los cuales la honestidad sea su principal hoja de vida y no por los mismos de siempre, para luego estar arrepentidos de no optar por quienes nos conduzcan por los mejores derroteros. Para ello debemos hacer renunciamientos personales y buscar la unidad del movimiento popular, una unidad social y política que unifique a los sectores populares. En la que se debata los principales problemas actuales como la seguridad, la defensa del patrimonio del Ecuador, como las empresas nacionales del petróleo, agua, energía eléctrica, transporte, carreteras, puertos, comunicaciones; del patrimonio de los trabajadores activos y pasivos: el IESS. Toda esta problemática con una propuesta alternativa al neoliberalismo que sea democrática, popular, participativa y sostenible en el tiempo. Tenemos 90 días para pensar y actuar, las condiciones están cambiando rápidamente, la izquierda tiene un gran desafío.

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