Publicado el 17 marzo, 201816 marzo, 2018 por AGN
[Gerardo Maldonado Zeas]
El Contralor subrogante Pablo Celi, a través del informe borrador sobre el examen especial al manejo de las fuentes y usos de la Deuda Pública con corte al 31 de diciembre de 2016, basándose en las revisiones documentales y hechos encontrados, reveló lo que ya se sabía desde hace mucho tiempo: algo andaba mal en el cálculo de la verdadera cifra de endeudamiento.
Tal como exige la normativa vigente, el Contralor concedió el plazo de 5 días término a los presuntos involucrados, cuyos nombres todavía no es posible revelarlos. Un análisis simple permite deducir con cierta claridad a algunos actores; por ejemplo, al haber el ex presidente Correa salido a vociferar en contra de este examen, se evidenció el origen de este descontrol en el famoso Decreto 1218, que cambió la forma de cálculo de la deuda pública, marginando a todo un cuerpo normativo sólido conservado en el Ecuador por años.
Este decreto permitió consolidar la deuda solamente en los sectores de competencia del Ejecutivo, dejando fuera gran parte de la deuda interna, influenciando de manera directa en el 40% tope mandatorio en la Constitución respecto a la relación Deuda Pública vs PIB (D/P). Según el borrador de examen, no se consideró como deuda cerca de $15.000 millones, debido a que de las 2735 entidades que debían consolidar las cifras de la deuda, 170 de estas, entre las cuales se encuentran el IESS y Petroecuador, no lo hicieron. Así, según datos oficiales, al 31 de diciembre de 2016, el pasivo total fue de $65.750 millones y si el PIB fue cerca de US$ 96.200 la relación D/P fue del 68%. Según declaraciones de Celi, con la aplicación del Decreto 1218 la deuda se registró en $50. 500 millones; aun así la relación D/P superaba el 40%, ubicándose en algo más del 52%.
Todo esta metástasis de información financiera errada se consolida al parecer, cuando se constituye el tristemente célebre “Comité de deuda” manejado exclusivamente por el Ejecutivo, descartando como fue costumbre en la década perdida, los informes previos de los otrora organismos autónomos como el BCE, el Ministerio de Finanzas, la Procuraduría, la Secretaría de Planificación, entre otros. Este mini club estaba encabezado por el Presidente o su delegado, quien generalmente era el Ministro de Finanzas, quien delegaba a la vez al Subsecretario y así sucesivamente.
Los ecuatorianos, ya no tenemos duda alguna del festín de los recursos públicos de estos últimos años. El problema ahora es saber en dónde están tantos millones de dólares, escondidos o gastados de manera infame; identificar a los responsables y castigarlos con todo el rigor de la ley. Debemos dar un voto de relativa confianza a Celi y su equipo por la labor realizada, que tal parece fue minuciosa y técnica. Este trabajo debe entenderse como el inicio de una verdadera lavada de rostro del país, para no volver jamás a esconder información pública, ni considerarla reservada o protegida. Ex presidente Correa, el Manual de Estadísticas del FMI en el cual se basa para estructurar su defensa respecto al cálculo de la deuda, es una apreciación muy particular del organismo, tantas veces despreciado durante su gestión. En el Ecuador manda la Constitución que usted mismo creó y a la cual ultrajó las veces que quiso. (O)
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