miércoles, 28 de marzo de 2018

$191 888 para dar lustre al señor superintendente

  en La Info  por 
Uno de los funcionarios a los que el Consejo de Participación, CPC, transitorio tiene que evaluar para decidir si sigue o no en su cargo es el Superintendente de Control de Poder del Mercado, Christian Ruiz.
Seguramente por eso es que él está empeñado en hacer méritos para ganarse la voluntad de los vocales y seguir en el cargo. Para ganar visibilidad pública y así conquistar la voluntad de los vocales del CPC, Ruiz ha iniciado una cruzada para tener mayor presencia en medios, en redes y en las provincias donde él u otros altos funcionarios de la Superintendencia están desplazándose en los últimos días. Pero sin duda, en el corazón de la iniciativa está una campaña de relaciones públicas o, como la jerigonza tecnocrática del socialismo del siglo 21 lo llama, “de posicionamiento”. Estas campañas tienen un problema: cuestan. Pero cuando los que pagan son los contribuyentes, entonces el gasto no parece ser mayor problema y la suma en juego puede ser incluso muy generosa.
Es por eso que  la Superintendencia de Control de Poder de Mercado ha decidido no escatimar en gastos y destinar 191 888 dólares en una “campaña de posicionamiento”que deberá desplegarse durante los próximos dos meses, precisamente durante el tiempo en el que los vocales del Consejo de Participación harán la evaluación. Para ello la Superintendencia ha decidido invitar a tres firmas que deberán presentar sus ofertas hasta el 29 de marzo del 2018.  Estas empresas son Yetifilms, Blabla Mensaje y Código Cia.
La idea de la Superintendencia de Control de Mercado es, durante esta campaña, tener presencia en los medios de comunicación tradicionales como radio y televisión, así como en redes sociales. “Pautaje en los canales de mayor alcance en las principales ciudades del país, programación acorde al target con alto rating, durante 8 semanas”, dice en un aparte de la convocatoria en la que se agrega que la campaña incluirá “pautaje en las radios mejor rankeadas a nivel nacional, durante dos meses” y “pautaje en redes sociales de acuerdo a la creatividad de campaña: Fcebook, Instagram, Twitter, con una duración de dos meses”. 
Se trata, sin duda, de una campaña costosa. No solo porque son casi 192 mil dólares para apenas dos meses, sino por el hecho de que un organismo como la Superintendencia de Control de Poder de Mercado, cuyo supuesto propósito es impedir prácticas monopólicas y abuso de poder de mercado de ciertas empresas, no tiene sentido ni razón para promocionarse.  Tener buena imagen mediante campañas en medios y redes se parece más a una estrategia publicitaria inspirada en las prácticas de propaganda correísta, orquestada por los hermanos Alvarado, que a una lógica institucional.
La campaña de “posicionamiento” de la Superintendencia no se limitará a la campaña de prensa que costará más 191 mil dólares. Incluye, además, una agresiva campaña de visitas y actividades en todo el país por parte de sus funcionarios. Seis altos funcionarios viajarán por todo el país y, obviamente, cobrarán viáticos. De hecho así se desprende de los documentos del propio organismo.
Un vistazo a la cuenta de Twitter de la Superintendencia permite constatar los esfuerzos para promocionar el trabajo de ese organismo en varias provincias del país.  Supuestas rondas de negocios en provincias, visitas a empresarios y comités de usuarios, talleres de capacitación en las más insospechadas ciudades, cantones y parroquias son debidamente registradas con fotos que son subidas a las cuentas de la Superintendencia en redes sociales. Los afanes promocionales de la Superintendencia incluyen cosas tan curiosas y nimias como cursos de capacitación “sobre la Ley Orgánica de Regulación y Control del Poder de Mercado a los habitantes de la Ciudadela Pedro Isaías del cantón Daule”, como dice algún tuit, o la visita, también promocionada en Twitter, del superintendente Christian Ruiz a las instalaciones de la empresa de panela Dorada en Sucumbíos. Esto “para conocer el aporte y apoyo que brindan al agricultor lagoarense”. ¿Está la Superintendencia para apoyar al sector agricultor a través de visitas a fábricas o cultivos o para evitar que los empresarios agrícolas no sean víctimas de prácticas monopólicas?
Pero el tema del gasto realizado en estas últimas semanas en la Superintendencia no se reduce a la “campaña de posicionamiento”.  Aparentemente hay dinero para otras cosas. Por ejemplo, en otro proceso de comprasregistrado en el portal de compras públicas, se ve que el organismo está dispuesto a pagar 86 873 dólares para adecuar las nuevas oficinas del edificio en la Avenida de los Shyris, donde funcionará su matriz, porque dejará las instalaciones de la calle Bosmediano desde mayo.
Si bien el arriendo del nuevo edificio costará significativamente menos (10 714 dólares al mes) que el anterior que estaba en 20 000 dólares mensuales, a la Superintendencia le pareció que había que hacer una inversión para su adecuación por 86 873 dólares. Según fuentes internas de la propia Superintendencia, el edificio que será arrendado ya funcionaba para oficinas, por lo que gastar casi 90 mil dólares es injustificado de cara a la austeridad en la que, supuestamente, está comprometido el gobierno. Esas mismas fuentes sostienen que estar en la Avenida de los Shyris le da una mayor visibilidad pública a la Superintendencia cuya matriz ha estado hasta ahora en el poco frecuentado barrio de Bellavista. ¿Se justifica un edificio entero para una plantilla de 137 personas que trabajan en Quito? No hay como dejar de mencionar que la Superintendencia tiene otro local ubicado en una casa en la excluisiva calle Gonnessiat, en Quito.
Dentro de los gastos que el Superintendente ha considerado necesarios también aparece un proceso de compra de muebles por 5 875 dólares hechos en diciembre del 2017. Si bien este gasto también es significativamente menor que el hecho por el anterior superintendente, Pedro Páez, por 11 000 dólares para mejorar la acústica de su depacho, no deja de ser un gasto por sensible con los fondos públicos.
DETALLE DE LOS GASTOS HECHOS EN LOS MUEBLES ADQUIRIDOS PARA EL DESPACHO DEL SUPERINTENDENTE A FINALES DEL 2017
La Superintendencia de Poder de Mercado es uno de los tantos organismos que se crearon durante la fiebre reguladora y de control correísta en medio de un estado de aparente abundancia de recursos económicos. Cuatro años luego de su creación, sin embargo, el país no parece haberse sacudido de los grandes monopolios que dominan el mercado. C0n un presupuesto anual que ha ido de los 7 a los 9 millones anuales, el organismo es sin duda una de las tantas fuentes de un gasto público que, como se ha visto, es insostenible. ¿Han valido la pena estos gastos? Cuando el ciudadano tenga que financiar estos costos del sector público con un nuevo aumento del IVA, como se ha dicho, se podrá discutir mucho mejor el tema.
Foto tomada de la cuenta de Twitter de la Superintendencia de Control de Mercado

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