Servir y comunicar: ese fue el motor de Elizabeth Cabezas en su última misión como Presidenta de la Asamblea. Sin otro interés que el de informar sobre el abnegado trabajo de los legisladores, ella firmó dos contratos en los últimos seis meses y destinó $648 597 para publicidad bien habida sobre su paso por la Asamblea. Claro, bien contabilizados y sin el mínimo interés de figurar. También es claro que su propósito escapa la clásica búsqueda del político promedio: aplausos bulliciosos por un trabajo para el que fue elegido y por el que se le paga; consecuente popularidad y nuevos cargos.
Pero en medio de tanta buena voluntad, todo le salió mal. Ante la opinión pública hastiada, su inversión -de más de medio millón de dólares- es vista como despilfarro en un país en crisis; tampoco gustó que el contrato se le diera a Estratégika, la empresa de Jenny Silva que hasta hace poco trabajó codo a codo con la Presidenta Cabezas en su despacho. También está el detalle de que la Asamblea tiene 354 funcionarios pagados por los ciudadanos precisamente para eso: informar. Así, a un mes de dejar su cargo, Cabezas suma un desacierto y cierra su mandato con broche de oro. Por eso será recordada.
Chamorro, televidente por excelencia, se encontró con la bien intencionada publicidad oficial en medio de tanta mala noticia.
Caricatura Marcelo Chamorro.
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