No hay acuerdos en el juicio político contra la excanciller. Ayer, Fiscalización se quedó sin quorum. El caso Assange es la manzana de la discordia.
ROBERTO AGUILAR / QUITO / 14 MAY 2019 / 00:01
Tambalea el juicio político contra la excanciller María Fernanda Espinosa en la Asamblea Nacional. Ayer, los correístas y la mayoría de morenistas de la Comisión de Fiscalización volvieron a juntarse, recuperaron la aplastante mayoría que se habían reservado antes de dividirse y pusieron a los asambleístas interpelantes, provenientes de las filas de CREO y el Socialcristianismo, ante un angustioso dilema: o se olvidan de Julian Assange o se olvidan del juicio político. Sin acuerdo entre los bloques ni votos suficientes para aprobar o archivar el proceso, la Comisión prefirió evaporarse en la falta de quorum a entramparse en las votaciones. El informe final, que debió aprobarse ayer, quedó para ser debatido hoy después de la reunión del Pleno en la que se elegirá nuevo presidente de la Función Legislativa.
“Si el caso de Assange entra en el informe final, ¿ustedes votarán a favor?”, preguntó a quemarropa un periodista a Ronny Aleaga, al final de la fallida reunión. “Por supuesto que no -exclamó el correísta sin pensárselo dos veces-. Ese tema ya está judicializado y no tiene ningún sentido para nosotros”. Con “nosotros”, Aleaga se refiere a sí mismo, Lira Villalba y Hermuy Calle, sus compañeros de bancada, más las oficialistas Karla Cadena y Kharla Chávez y la socialista Silvia Salgado, siempre a caballo entre unos y otros. Seis de doce. Ayer, mientras la secretaria de la Comisión de Fiscalización leía las más de sesenta páginas del alegato enviado por la excanciller en su defensa, se conoció que todos ellos están dispuestos a apoyar el juicio político siempre y cuando el caso de Assange no se incluya entre los cargos.
Eso, para los interpelantes es un problema. Las presuntas irregularidades cometidas durante el proceso de nacionalización del hacker australiano fueron declaradas por el propio canciller, José Valencia, como un “acto administrativo lesivo” contra el Estado ecuatoriano y son, de lejos, el más contundente de los cargos en contra de Espinosa. Sin él, el juicio político pierde buena parte de su sustancia y queda reducido a dos temas principales: incumplimiento de funciones durante la crisis de la frontera norte que condujo al asesinato de un equipo periodístico de diario El Comercio en manos de la guerrilla, y falta de políticas de su ministerio para socorrer a la colonia ecuatoriana en Venezuela desde que se desató la crisis humanitaria en ese país.
Ayer, la lectura del alegato de defensa de la excanciller tuvo que ser interrumpida por falta de quorum. En realidad, varios integrantes de la Comisión andaban por los pasillos, estirando las piernas, pero la presidenta María José Carrión, que dejará ese cargo el viernes próximo, decidió darse 24 horas más para lograr un acuerdo. Intensas conversaciones en las que intervinieron la propia Carrión, el socialcristiano Ramón Terán, el representante de CREO Homero Castanier y las oficialistas Karla Cadena y Kharla Chávez, no lograron convencer a estas últimas de cambiar de posición, así que Carrión cerró la cosa en cuanto se le presentó una oportunidad y se encerró en su oficina.
Rápidamente los correístas y sus nuevas aliadas, con Aleaga a la cabeza, reconstituyeron el quorum y fueron a pedir a la presidenta que reinstalara la sesión. Era su oportunidad y debían aprovecharla: con los que estaban presentes, habrían ganado en la votación. Raúl Tello se dio cuenta de la movida y, casi a la carrera, puso tierra de por medio llevándose del brazo a Ramón Terán. De cualquier forma, María José Carrión no dio su brazo a torcer: cuando los correístas golpearon a su puerta ella mandó a decir que no estaba.
La continuación de la interrumpida sesión de ayer se cumplirá la tarde de hoy, luego de concluida la sesión del Pleno. Falta terminar la lectura del alegato de Espinosa y discutir un informe de borrador. Probablemente los interpelantes terminen por ceder y decidan sacrificar el caso de Assange para salvar el juicio. La pregunta es: sin el caso Assange, ¿tiene futuro el caso Espinosa?
Alto concepto de sí misma
Sorprendente: María Fernanda Espinosa repitió letra por letra la defensa de la depuesta vicepresidenta Alejandra Vicuña: “me persiguen porque soy mujer y soy de izquierda”. En lo que alcanzó a leerse ayer de su alegato, la excanciller habló de Siria, Yemen, la paz en Medio Oriente y de la supuesta importancia que tiene para el país su gestión en la ONU.
No hay comentarios:
Publicar un comentario