lunes, 1 de febrero de 2016

En Ecuador, el "milagro económico" se derrumba cual castillo de naipes



La caída del valor del petróleo y la apreciación del dólar dejaron en evidencia la vulnerabilidad de un modelo basado en el gasto público y que relegó al sector privado
LA NACION
DOMINGO 31 DE ENERO DE 2016
Se habló del "milagro ecuatoriano". Incluso, en un paralelismo con los "tigres asiáticos", en 2013 un funcionario alemán bautizó a Ecuador como el "jaguar latinoamericano". Sus palabras pegaron fuerte en ese entonces, pero hoy, con el precio del petróleo por el piso y el fortalecimiento del dólar, parecen ya muy lejanas.
La caída del precio del crudo y la desaceleración de China dejaron en claro que el "milagro" fue tan sólo un espejismo y pusieron en evidencia la vulnerabilidad del modelo económico de la "revolución ciudadana" impulsada por el presidente Rafael Correa.
Durante estos nueve años, el gobierno de Correa apostó al gasto público financiado con ingresos petroleros y deuda externa, y relegó al sector privado. De hecho, "en los últimos años el sector público representó el 44% del PBI de Ecuador y más de la mitad de la inversión total", señaló a LA NACIÓN José Hidalgo Pallares, director general de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes).
De acuerdo con el especialista, los años de bonanza petrolera permitieron incrementar la actividad y el consumo, "pero ahora que el gobierno se quedó sin recursos tuvo que recortar fuertemente el gasto y afectó así a la economía en su conjunto".
Desde el tercer trimestre del año pasado, el PBI de Ecuador registra contracciones interanuales y para 2016 el Banco Mundial proyecta una caída del 2%. Cordes pronostica que la contracción será mayor: 2,9%.
La desaceleración de la economía se explica también por los efectos de una elevada cotización del dólar estadounidense, moneda que usa Ecuador desde 2000.
"Si el gobierno de Correa hubiera aplicado los principios que deben regir un sistema dolarizado, el impacto de la apreciación del dólar sería mucho menor. Por ejemplo: tener fondos de ahorro, tener un Estado de tamaño manejable y acuerdos de comercio amplios con el mundo", explicó a LA NACIÓN el analista financiero ecuatoriano Pablo Lucio Paredes.
La dolarización de la economía, que en su momento salvó al país de la inflación, hoy lo priva de una válvula de escape que podría otorgarle una depreciación de la moneda, acción que tomaron sus vecinos Colombia y Perú.
El superdólar resta además competitividad a las exportaciones no petroleras ecuatorianas, como las de bananos, flores y camarones. A este contexto hay que sumarle la crisis de Rusia, uno de los principales compradores de Ecuador, y un posible impacto de El Niño en la región costera, donde se produce la mayor parte de las exportaciones agrícolas. Por eso, la Federación de Exportadores proyecta que las ventas no tradicionales podrían caer este año hasta un 11 por ciento.
Éste es un escenario nuevo para el gobierno de Correa, que se acostumbró a administrar la bonanza y que desde el año pasado se vio obligado a tomar medidas impopulares, como las sobretasas arancelarias de hasta el 45% para casi 3000 productos importados, con el fin de limitar la salida de dólares. Si bien esa medida durará hasta junio, probablemente sea reemplazada por un mecanismo de administración de divisas denominado timbre cambiario.
Correa impulsó también el año pasado dos proyectos de ley con los que pretendía aumentar los impuestos a la herencia y a la plusvalía, pero dio marcha atrás luego de las multitudinarias protestas que hubo en el país.
Hoy la calle está en calma, pero el ambiente social es tenso. El principal tema de conversación entre los ecuatorianos es la situación económica y, sobre todo, el desempleo. Ecuador registró una tasa de desempleo del 4,77% en diciembre pasado, en comparación con el 3,8% que alcanzó en diciembre de 2014. Por su parte, el "empleo inadecuado" (principalmente subempleo y empleo no remunerado) pasó del 46,7% al 48,1%.
Elecciones
"Con las elecciones a inicios del próximo año la gente está más preocupada por conservar su trabajo que por protestar", apuntó Hidalgo Pallares.
Todavía no están definidos los candidatos de las elecciones, pero Correa ya anunció que no se presentará en 2017. Según sus opositores, el presidente busca que la crisis le estalle a otro. Pero nada está dicho. "Yo soy de los que aún dudan de que Correa no vaya a la reelección", dijo a LA NACIÓN el analista político ecuatoriano Simón Pachano.
El experto explicó que Correa impulsó una reforma de la Constitución para permitir la reelección indefinida y, a última hora, introdujo una "transitoria", que establece que la reforma no aplica para quienes en 2017 ya lleven dos períodos consecutivos en sus cargos, como él.
Pachano sostiene que "es probable que todo haya sido una trampa y ahora Correa espere que la Corte Constitucional deje sin efecto la transitoria". Otro escenario es que Correa opte por otro cargo político y aspire de nuevo a la presidencia en 2021.
Pero si el panorama político es una incógnita, no sucede lo mismo con la economía. Paredes fue fulminante sobre el futuro: "El desempleo seguirá subiendo, y el «milagro» se desvanecerá. Es decir, estará claro que nunca hubo milagro, sino una gran cantidad de dinero caída del cielo y que en gran medida se malgastó".

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