jueves, 11 de febrero de 2016

El golpe militar es la salida?



Publicado en febrero 10, 2016 en La Info por Roberto Aguilar


La victimización parece ser el escenario político ideal para el correísmo. Nueve años después de declararse rodeado por fuerzas más o menos oscuras pero siempre deleznables, desde los movimientos sociales hasta los periodistas, el gobierno encontró por fin una oportunidad para esgrimir una amenaza que por lo menos suene importante: los militares. “Los golpistas no pasarán”, dice la convocatoria de los correístas para proteger a su RC plantando carpa en la Plaza Grande este miércoles 10 de febrero. La oportunidad se la dieron todos aquellos que, a lo largo del feriado de carnaval, fantasearon con un levantamiento militar en el país.
Hubo de todo en estos días. Convocatorias para unirse a los soldados de la patria en la recuperación de su honor mancillado; videos con consignas cívicas y música castrense directamente extraída de los anales de la última dictadura; memes de discutible comicidad tendientes a picar a los militares con la esperanza de verlos marchar contra el gobierno; comedidos ciudadanos dispuestos a recordar que el golpe de estado de Rodríguez Lara contra Velasco Ibarra en el 72 ocurrió, caramba, qué coincidencia, ¡el martes de carnaval!
En las redes sociales circulan textos del siguiente tenor: “Este miércoles si habrá manifestaciones en las calles del Ecuador. Pero con un tinte distinto: las FF.AA. respaldando al pueblo opositor a la tiranía y viceversa. Ha llegado el momento y no es broma. Debemos estar más unidos que nunca pues ésta puede ser la última oportunidad que tengamos de derrocar al tirano…”.
Mientras tanto, en una carta abierta, Andrés Páez aguijonea al alto mando con frases sugerentes y con equívocas preguntas: “El hecho de ser ‘no deliberantes’ no entraña licencia para que un gobernante maltrate a la institución militar”, les dice. “¿Están ustedes dispuestos a tolerar semejante despropósito?”. “¿Les gustaría correr la misma suerte (que el alto mando anterior, depuesto por el presidente) o van a poner a tiempo las cosas en claro?”. Aunque Páez se cuida de aclarar que ya el pueblo se encargará de castigar a Rafael Correa en las urnas, parecería que su intención fuera la misma que la del meme de los huevos.
“La misión de los soldados patriotas es luchar junto al pueblo contra gobiernos corruptos”, tuitea Lucio Gutiérrez y desempolva una fotografía del golpe de estado del 21 de enero de 2000 contra Jamil Mahuad. ¡Y no faltan voces que le hagan el coro! “Esos eran soldados”, responde alguno, “con bolas de hierro, no como los de ahora, con bolas de algodón”. Todo, para peor, con el viejo discurso de la solvencia testicular propio de los machos alfa de antes y de ahora.
Es como si nueve años de correísmo no hubieran dejado lecciones de ningún tipo a mucha gente. Subsiste aún la idea de que los problemas del país se arreglan echando al presidente y entregando a las Fuerzas Armadas el poder de decisión sobre nuestro futuro político. Como si la culpa de todos los males la tuviera Rafael Correa. Como si los ecuatorianos necesitáramos eternamente la tutela de las Fuerzas Armadas para que nos cuiden… ¿de quién? ¿De nosotros mismos? El país ha vivido nueve años de autoritarismo, reducción de derechos, concentración de poderes… Y en las redes algunos creen que los militares van a sacar al país de ese esquema. ¿Suponen que a ellos se les podrá reclamar, más tarde, la tolerancia y la inclusión que el correísmo ha negado? ¿Suponen que la solución al correísmo es el golpe militar?
Difícil imaginar un escenario político más conveniente para Rafael Correa. ¿Que los militares lo depongan y lo coloquen en un avión con rumbo a Bélgica? ¿Abandonar el país en calidad de víctima de la oposición golpista y huir de la debacle económica que ha causado, sin tener que responsabilizarse por ella? ¿Librarse de la pesadilla de llegar a fin de mes con la plata suficiente para cubrir por lo menos el salario de los servidores públicos? ¡Vaya premio! ¿Y luego qué? Hacerse extrañar, claro, y volver para salvarnos.

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