domingo, 28 de febrero de 2016

Teoría del desembolso


Francisco Febres Cordero
Domingo, 28 de febrero, 2016 - 00h07


Los que no somos economistas nos confundimos a veces. Pero bueno, eso nos tranquiliza porque vemos que los que son economistas se confunden mucho más y así es como nos tienen. O sea ahora la economía, que antes era tan complicada y que tenía factores endógenos y exógenos a los cuales había que multiplicar por el producto interno bruto para tener el resultado del superávit per capita más el valor agregado, se ha reducido a una sola palabra: desembolso.
¡Qué alivio! Es que yo sí decía: no puede ser tan complicada la economía, con tanta fórmula matemática para nomás de saber lo que recibimos y lo que gastamos. En cambio ahora eso ya nues necesario porque el Gobierno está tomando todas las medidas para llegar a fin de mes con desembolsos y con eso todos nos quedamos tranquilos. ¿No le han oído al ministro ese que hay y que se cree un genio? Orgullosísimo, sonreído, feliz, dice que estamos esperando un nuevo desembolso de 800 millones de dólares, aparte del otro de 500 que ya nos llegó.
Y, ante eso, uno no puede sino quedarse totalmente agradecido de los desembolsones que siguen desembolsando para que el Gobierno pueda pagar los sueldos, las sabatinas, los yachayes, las cadenas, los lujos y, en fin, todos esos gastos enormes en que incurre.
Yo, francamente, lo que no sabía es qué mismo son los desembolsos que nos caen del cielo y nos salvan quincena a quincena. Pero ahora ya sé: los desembolsos han sido los nuevos préstamos que vamos recibiendo a cambio de. Eso sí ya no sabemos. De concesiones, ventajas y privatizaciones, creo.
Pero bueno, lo que importa es que el Gobierno tiene ya sustentada una nueva política económica, que es superimaginativa, inteligente, aguda: mandar a los más altos funcionarios económicos a los países que nos pueden dar plata para decirles vean, no sian malitos, presten unos milloncitos de urgencia, que ya no tenemos ni para cocinar un locro con inducción. Y, viéndoles tan desesperados, les dan.
¿Quién va a pagar después esas deudas?, me preguntarán ustedes ¡Qué inteligentes que son! ¡Qué preguntas tan sutiles que hacen! Ustedes mismos han de pagar, les responderé yo. ¡Y ahí sí les quiero ver!
Pero lo interesante es que, de su propia necesidad, el Gobierno va sacando soluciones. Verán nomás que al excelentísimo señor presidente de la República le han de dar ya mismo un nuevo honoris causa por su teoría del desembolso con que está revolucionando la economía, mucho más que cuando era jaguar. ¿Se acuerdan? Fu, si hasta dijo que como él era tan phd en todas las ciencias, no le importaba que el petróleo bajara a veinte dólares. ¡Elé!
Lo único malo es que ahora, como solo vivimos del desembolso, la plata que nos desembolsan no alcanza y hay desempleo. Entonces el Gobierno, que a todo problema encuentra una solución, vio que había cómo crear un seguro que permita a los desempleados seguir ganando un sueldo. La idea les nació gracias a que revisaron los roles de pago y allí se encontraron con el Freddy Ehlers, que durante nueve años ha gozado del buen vivir pese a estar desempleado. Si él ha podido ¿por qué los demás no?, se preguntaron los del Gobierno. Y con ese modelo crearon el seguro.
Con los desembolsos y el seguro, pues, estamos hechos. ¡Mucho lote es la revolución ciudadana!, para qué también. (O)

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