domingo, 20 de septiembre de 2020

 

POR: Armando Sacta
Publicado en la revista El Observador (abril de 2020, edición 116)

 

 


Cuenca y su avance urbano hacia el norte
Sin embargo del tiempo transcurrido desde su fundación, hasta la primera mitad del pasado Siglo XX, en 1950, es decir hace 70 años, Cuenca fue todavía una ciudad pequeña; cuya extensión comprendía lo que actualmente se llama “Centro Histórico”, sin parroquias urbanas, sino barrios; llamados: Barrio del Vecino, del Cuartel, del Chorro, de Cristo Rey, de la Nueve de Octubre, de San Blas, de Todos Santos, del Padrón, de la Diez de Agosto, del Vado, de San Sebastián, del Corazón de Jesús, de la Convención del 45, de la Suelería, del Vergel y de San Roque. Más allá del área urbana estaba el campo, en la mayor parte divido en quintas vacaciones y haciendas con casas donde vivían los peones, mientras sus patrones habitaban en la ciudad.

Actualmente se está olvidando el nombre del Barrio de la Suelería, muy conocido décadas atrás, por el curtido de los cueros de las reses, para elaborar diversas clases de calzado. Actividad heredada de la enseñanza de los españoles durante la Colonia, la misma que cayó      en decadencia por la aparición de la Curtiembre Molinari, después llamada Curtiembre Renaciente; y, por la aparición de los zapatos de plástico siete vidas, a mediados de la década de 1960. Por cuyos motivos, dicha actividad cambió por la joyería, empezando el barrio a denominarse como hoy se llama: Barrio del Arte.

Desde la primera Constitución del Ecuador, aprobada por el Congreso Constituyente reunido en Riobamba, el 11 de Septiembre de 1830, en el TÍTULO VII, DE LA ADMINISTRACIÓN INTERIOR, en la parte inicial del Art. 53: El territorio del Estado estaba dividido en departamentos, provincias, cantones y parroquias.

Pero la parroquia en 1830 era un nombre genérico. En aquel tiempo no existían parroquias urbanas, como división territorial del Estado. Las ciudades capitales de las provincias y las ciudades capitales de los cantones eran áreas urbanas reducidas; no tenían su división territorial en parroquias urbanas.

Estando dividida en barrios por la conveniencia popular, durante la Alcaldía del Dr. Alejandro Serrano Aguilar, mediante Ordenanza N° 67, publicada el 3 de Marzo de 1974, hace 46 años, por primera vez Cuenca se divide en 27 sectores. El Art. 1 de la Ordenanza, establece los siguientes: Núcleo Urbano, Verdeloma, Miraflores, El Vecino, Milchichig, Machángara, Aeropuerto, La República, Totoracocha, Cañaribamba, Perez-Pata, Monay, El Vergel, Chaguarchimbana, Gapal, El Ejido, Turi, Yanuncay Chico, El Salado, Yanuncay Grande, Unidad Nacional, El Batán, Tres Tiendas, San Joaquín, Los Sauces, Cebollar y Cullca. Y desde el Art. 2, hasta el Art. 28 de la Ordenanza, se delimita a cada uno de los sectores; incluyendo los nombres de calles, avenidas, plazas, puentes y lugares públicos que pertenecen a cada uno. Además el Art. 29 ordena que el Plan Regulador, por primera vez, elabore un plano de la ciudad, a colores, con la división urbana establecida.

Ocho años después, durante la Alcaldía del Dr. Pedro Córdova Álvarez, en sustitución de los 27 sectores, la ciudad de Cuenca se  divide en 14 parroquias urbanas, mediante Ordenanza publicada en      el Registro Oficial N° 74, el 3 de Agosto de 1982; estableciendo en el Art. 1, que el Sector Urbano se divide en las Parroquias: El Sagrario, Gil Ramírez Dávalos, San Sebastián, Huayna-Cápac, Bella Vista, El Vecino, Totoracocha, Monay, Sucre, Cañaribamba, San Blas, El Batán, Yanuncay y Machágara. Y desde el Art. 2, hasta el Art. 15 de la Ordenanza, se delimita a cada una de las parroquias. Por último, once años después, en 1993, en la Alcaldía del Dr. Xavier Muñoz Chávez, fue creada la parroquia urbana Hermano Miguel, desmembrando territorio de la parroquia rural Sinincay.

CUENCA EN 1950.- Es decir hace 70 años, Cuenca fue una ciudad pequeña. Terminaba al Norte en la calle Rafael María Arízaga, de casas bajas, unas pocas de dos pisos, de adobe y de bareque, los techos de teja; destacando como grandes construcciones la Iglesia de San José y el Cuartel de la Tercera Zona Militar. Cerca de la esquina con la calle Mariano Cueva, estaba la casa donde vivían dos grandes intelectuales de Cuenca, María Ramona Cordero y León (Mary Corilé) y su hermano Rigoberto Cordero y León. Todavía existe la casa, aunque poco conocida, porque no tiene ningún letrero que la identifique.
 
Al Sur, Cuenca terminaba en la Avenida Doce de Abril, desde El Vado hasta El Vergel. Destacando la Avenida Loja, verdadera vía larga de Cuenca, rectita, pasando por delante del pretil de la Iglesia de San Roque, se perdía en el horizonte, al descender hacia el Río Yanuncay, rompiendo el segundo Barranco de Cuenca; con casas habitadas a sus dos lados, muchas con amplio corredor frontal, que servía para acoger a los caminantes. En el trayecto, en el sector La Gloria, dentro de una bella casona, Radio Popular Independiente, con sus frecuencias de onda corta y onda larga, dirigida por el señor Mario Villavicencio, emitía con alcance más allá de la región austral, su programa diario de comunicados y mensajes musicales.

Siguiendo la Avenida Doce de Abril, estaba la Universidad de Cuenca, creada el 15 de Octubre en 1867, por gestiones del Dr. Juan Baustista Vásquez y Dr. Luis Cordero Crespo; con el nombre “Corporación Universitaria del Azuay”; inaugurándose de manera solemne el 1 de Enero de 1868, con dos Facultades: Derecho y Medicina; siendo su Primer Rector el Dr. Benigno Malo Valdivieso;      tres hombres ilustres de la Provincia del Cañar. Veinte años después, en 1897, cambia su nombre inicial por “Universidad del Azuay”. Y veintinueve años después, en 1926, adquiere su nombre definitivo de “Universidad de Cuenca”, estando en el Rectorado el ilustre Dr. José Peralta, nativo también de la Provincia del Cañar. 

En 1950, la Universidad de Cuenca tenía el largo tramo delantero, donde funcionaba la Facultad de Jurisprudencia. Al interior el tramo conjunto de Bioquímica e Ingeniería y adelante el tramo del Rectorado. Atrás del área universitaria se extendía el campo, con sembríos de maíz y fréjol, huertas de hortalizas, árboles frutales, principalmente capulíes; cercas de piedras y pencos, dividiendo los terrenos.

Más abajo sobresalía la gran Avenida Fray Vicente Solano, construida entre 1912 a 1916, por el Gobernador del Azuay, Dr. Abelardo J. Andrade. Destacando a la izquierda el Orfanato Tadeo Torres, llamado así en honor y gratitud a este cuencano generoso;      que nació en 1784 y murió a los 91 años de edad, en 1885; donando mediante testamento todos sus bienes muebles, inmuebles y semovientes, para fines de beneficencia en favor de los pobres. El orfanato, regentado por las monjas de la Congregación Hermanas de la Caridad, acogía a los niños huérfanos y abandonados en las puertas de las iglesias, los conventos, casas de la ciudad y en el mismo Hospital San Vicente de Paúl, a donde sus madres acudían a dar a luz. 
Más allá, a la derecha, sobresalía el edificio del Colegio Nacional Benigno Malo, construido en 14 años, desde el 30 de Octubre de 1923 hasta 1937, por el Arquitecto quiteño Luis Felipe Bonoso Barba; siendo Rector del Colegio el Dr. Andrés F. Córdova, nativo de Cañar. Y en la distancia, asentada sobre una pequeña colina, se empinaba la Iglesia de la Virgen de Bronce, construida el 1904, conforme al diseño del Arquitecto Agustín Iglesias; adelante, en la pequeña plazoleta, sobresalía el monumento de la Virgen, inaugurado el 8 de Diciembre de 1904; imagen trabajada en la Casa Mayer de Alemania y traída por Honorato Vázquez, Ministro del Exterior en Madrid, capital de España.

La Avenida terminaba en un angosto puente sobre el Río Yanuncay, que servía de enlace al Camino Viejo de subir a Turi. Pasando el Río Yanuncay, sólo habían bosques de eucaliptos, terrenos de cultivo, cercas de piedras y pencos que servían de linderos, una que otra casa de adobe y baraque, perdidas entre los árboles y los maizales.

 Continuando por la Avenida Doce Abril, a continuación de Orfanato Tadeo Torres, estaba el local de la Facultad de Ciencias Médicas, creada en 1867 e inaugurada poco después, el 1 de Enero de 1868; siendo su primer Decano el Dr. Agustín Cueva.

 A su lado sobresalía el enorme local del Hospital San Vicente de Paúl. Su construcción se inició en 1861, después de nueve años, el 4 de Enero de1870, se encargó de terminar la construcción la Conferencia San Vicente de Paúl. Y dos años después, el 28 de Diciembre de 1872, fue inaugurado bajo la dirección de las Hermanas de la Caridad y la vigilancia de la Conferencia. Al lado destacaba otro hospital, el llamado Hospital Militar “MAYOR DR. ALBERTO ALVARADO C”, también sirviendo a la comunidad.

 Más abajo el Parque de La Madre, tenía adelante una pileta grande con forma de piscina rectangular, en la mitad se levantaba el Monumento a la Madre; era la estatua de una mujer de pie, con su hijo en brazos. Y terminaba la Avenida Doce de Abril, en la Capilla de El Vergel.

Para cruzar el Río Tomebamba existían cinco puentes. El puente de El Vado, conectado a la Avenida Loja, fue construido entre el año 1811 al 1813, por el italiano Martín Pietri, quedando algunas fallas corregidas por el colombiano Tomás Borrero; sin cobrar de su trabajo, Pietri viajó a su país por la muerte de su padre y no regresó jamás. El puente de El Centenario, construido en 1922, al cumplirse el primer centenario de la Independencia de Cuenca, enlazaba a la Avenida Fray Vicente Solano. El puente Mariano Moreno, construido de 1930 a 1940, unía La Escalinata “Francisco Sojos Jaramillo” con la calle Federico Malo, para llegar al Parque de la Madre y al Estadio Municipal. El puente de Todos Santos, construido por Juan de la Cruz Pigara, entre 1840 y 1850, unía a la plaza de ganado y algunos cultivos. Y el puente de El Vergel, a través de la Calle de las Herrerías, se llegaba a Gapal y más allá.

El 3 de Abril de 1950, estos cinco puentes sufrieron la arremetida de una enorme creciente del Río Tomebamba, quedando intactos el puente del Centenario y el puente Mariano Moreno; siendo destruidos el Puente de El Vado, de Todos Santos y de El Vergel. Como del puente de Todos Santos quedó la mitad; se comenzó a denominar Puente Roto. Poco después fue reconstruido el puente de El Vado, con el apoyo económico del Presidente de la República, Galo Plaza Lasso; estando al frente del Municipio el señor Enrique Arízaga Toral. Once años después de la tragedia, en 1961, en sustitución del puente de Todos Santos, más abajo se construyó otro puente; frente al redondel del monumento a José Peralta. Asimismo fue reconstruido el puente de El Vergel, que permanece flamante hasta el momento.

Asimismo, en 1950, al oriente Cuenca terminaba en la Avenida Huaina Cápac; una vía larga, con una cuesta viniendo desde el puente de El Vergel, en tierra hasta la Chola Cuencana y adoquinada hacia la calle Rafael María Arízaga. A su lado oriental era todo campo, con llanos, sembríos y bosques de eucaliptos; se llamaba Guataná, hasta la calle González Suárez. Más al norte estaba la Curtimbre Renaciente, aparecida en 1933 con el nombre de Curtiembre Molinari; cambiando su nombre a Curtiembre Renaciente, cuando fue adquirida por el señor Carlos Tosi Siri, en 1947.

Por último, al Occidente, Cuenca terminaba en la Iglesia Corazón de Jesús y en las actuales calles Convención del 45 y Daniel Alvarado. A continuación estaba el campo con sus tradicionales sembríos de maíz y fréjol y algunas huertas hortícolas. Al medio, más allá de la calle Gran Colombia, seguía el camino de tierra que llegaba a la Laguna Viscosil y pasaba a Sayausí.

Al concluir este perfil de Cuenca en 1950, es decir de hace 70 años,
es forzoso anotar que se debe a la existencia de la Revista EL OBSERVADOR; con 22 años de labor sacrificada, aportando en cada Número que se edita, a la permanencia del merecido calificativo de Cuenca, Atenas del Ecuador.Ar

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