jueves, 24 de septiembre de 2020

 

POR: Andrés Bucheli P.

 Publicado en la revista El Observador, (agosto de 2020, edición 118)

 


Grave atentado ecológico
Para servir y no para el servilismo, están llamados los funcionarios públicos y desde cualquier espacio, quienes defendemos los intereses colectivos en estricto cumplimiento de lo que establece la Constitución de la República. Así como tenemos derecho a vivir en un ambiente sano, también somos responsables de proteger y defender la conservación de nuestra riqueza natural, ya que eso significa defender LA VIDA.

El Parque Nacional Cajas, emporio lacustre, paisaje, naturaleza y leyenda, constituido en un monumento geográfico y natural, fue reconocido desde 1977 como Área Nacional de Recreación y en 1996 elevado a la máxima categoría de conservación como Parque Nacional; durante años, quienes han ejercido su labor por convicción y no por intereses particulares, ejecutaron procesos serios, responsables y con fundamento tanto en materia científica como legal, logrando establecer un sistema de gestión modelo a nivel nacional e internacional y otorgándole a la Corporación Municipal de Cuenca y ETAPA la competencia para la administración y gestión descentralizada, que fuere una oportunidad para el desarrollo local sustentable, en este mismo camino se consiguió en el año 2002 la declaratoria de Humedal de Importancia Internacional RAMSAR, y en 2003 la declaratoria como area de importancia internacional para la conservación de aves.

El Parque Nacional Cajas, además de constituir la principal fuente de abastecimiento de agua para los ciudadanos de Cuenca, es un laboratorio natural, multidiverso, que alberga un centenar de especies de fauna y flora, muchas de ellas endémicas e inclusive en peligro de extinción.

Quienes conocemos y entendemos el significado y la importancia de lo mencionado, calificamos de inaudito y aberrante, hechos irresponsables, como la reciente alteración del ecosistema en los predios circundantes a la laguna de Ilincocha, que se encuentran dentro del Parque Nacional Cajas, área protegida, donde se pretende implementar una “Estación de Bomberos”, desconociendo la fragilidad y relevancia ecológica del lugar.

El Benemérito Cuerpo de Bomberos de Cuenca, institución noble que ha servido por décadas a nuestra ciudad, lamentablemente ha sido utilizada para ser parte de este atentado contra la naturaleza, consumado a través de las actividades constructivas correspondientes a una obra, que se ha venido ejecutando en presunta inexistencia del correspondiente estudio de impacto ambiental, pero sobre todo, violando el plan de manejo, que establece a la zona en mención como área INTANGIBLE; los trabajos que hasta el momento han sido realizados, han provocado serios daños en la cobertura natural del páramo y humedal, lo que constituye un delito de carácter ambiental, sin embargo no habido pronunciamiento oportuno de las autoridades cantonales, ni provinciales e inclusive académicas.

Los ciudadanos que amamos a Cuenca y amamos la naturaleza, no podemos entender, ¿cómo es posible que las entidades llamadas a velar por la protección del patrimonio natural y garantizar la calidad y cantidad de agua de los cuencanos, hayan permitido la planificación y ejecución de este proyecto? A pesar de varias irregularidades que han sido expuestas a través de los medios públicos, inexplicablemente inobservadas en las diferentes instancias, la obra continuaba ejecutándose.

La iniciativa de varios colectivos, que se han unido por la conservación del “Cajas”, así como el sustento técnico y legal de expertos, encendieron las alarmas; la falta de criterio y carencia de fundamentos para justificar la intervención por quienes están al frente del “proyecto”, ha causado la indignación de muchos ciudadanos, inclusive se habla de una presunta falsificación de firmas en uno de los estudios contemplados dentro del mismo, situación que debía haber sido razón deliberante para una paralización inmediata de la obra. Preocupa el desconocimiento y desinterés de autoridades y funcionarios que tienen a su cargo responsabilidades tan delicadas, pero sobre manera, aterra evidenciar que el oportunismo de otrora, hoy no está ausente, sino más bien se suma a la inoperancia y atrevida ignorancia que amenaza a la conservación natural y el aprovechamiento sostenible de los recursos que son de propiedad del Estado, es decir, de todos los ecuatorianos.

Quienes por convicción, sin intereses particulares, reclamamos y continuaremos siempre en defensa del medio ambiente y velando por intereses colectivos, nos motiva conocer, que como primer resultado de esta noble iniciativa, se ha dispuesto la paralización temporal de dicha obra que deberá someterse a un proceso de investigación, sin embargo, estaremos pendientes del mismo, pero exigiendo la paralización definitiva, la remediación ambiental y la sanción judicial correspondiente a todos quienes por acción u omisión son responsables de este delito, como precedente y medida ejemplar, para que jamás se pretenda atentar contra el derecho constitucional de la naturaleza.

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