jueves, 3 de noviembre de 2016

La corona de la “polémica”

POR: Manuel Valejo Chávez


Al “estilo” de una novela corta y sesgada, que se la podría catalogar como un tipo de novela “histórica”, en tanto y en cuanto su temática de fondo tiene como antecedentes hechos de la historia, que describen de alguna manera unos acontecimientos concretos; un informador de esta ciudad, a través de la revista de su dirección, en las publicaciones de los meses de mayo, junio y agosto del año 2015, da cuenta de un hecho conocido, que tiene que ver con la “pérdida”, según este “personaje”, de la corona de oro del poeta cuencano Remigio Crespo Toral, del museo municipal que lleva su nombre, que estaba y está bajo la custodia de la Comunidad Dominicana.
Sobre este engorroso tema, el doctor José Vega Delgado ex catedrático en varias instituciones de educación superior, quien dedicó toda una vida a la docencia e investigación, por lo tanto voz autorizada; a través de diario el Mercurio de Cuenca, en calidad de articulista de este prestigioso medio de comunicación, en un artículo intitulado “Re-coronado”, publicado el 19 de mayo del 2016, entre otras cosas manifiesta: “El que la corona, si bien ha sido hallada – puesto que una réplica y otras joyas, desaparecieron “misteriosamente” del Museo Crespo Toral-, no significa que el legítimo propietario sea la Municipalidad, sino, al contrario, tal parece que la Comunidad Dominicana; de no ser así, la Fiscalía no la hubiera devuelto.
Lo dicho da fundamento a la versión de que, EL POETA CORONADO el 4 de noviembre de 1917, obsequió la joya a los padres dominicos de Cuenca, con la finalidad, incluso, de que fuera fundida para hacer otra corona de oro, la que habría de ceñir las sienes de LAVIRGEN MORENICA DEL ROSARIO, el 8 de diciembre de 1933.
La CORONA DE CRESPO TORAL, no se la reutilizó, sino que se la guardó celosa y sigilosamente en las bóvedas del Banco del Azuay, y, más tarde en las del Banco del Austro…”.
Dos meses después, el 21 de julio del 2016, el mismo doctor Vega en otro artículo denominado “Crespo y su Corona”, inicia planteando la interrogante: “¿De quién es la Corona que el Fiscal del Azuay, devolvió a las personas que la tenían guardada en un casillero del Banco del Austro?”; deduciendo en un párrafo posterior, que: “El momento en que EL FISCAL DEL AZUAY – hoy tenemos ya otro-, devolvió la Corona a la Orden de los Dominicos, les reconocía en Derecho su propiedad. Ellos –los Dominicos-, con la Corona devuelta, la inscribieron como BIEN RELIGIOSO, entre las joyas registradas en el Instituto de Patrimonio Cultural del Azuay, junto con las de LA VIRGEN DEL ROSARIO…Este tan largo circunloquio, da la razón a la tradición oral que cuenta: el poeta CRESPO TORAL, obsequió su Corona a la Virgen Morenica del Rosario de Cuenca (…) El hecho cierto es que, el alcalde de la ciudad ING. MARCELO CABRERA PALACIOS, ha pedido a la Orden Dominicana, en préstamo, la Corona, para exhibirla en Noviembre del 2016, cuando se inaugurará la restauración total del Museo REMIGIO CRESPO TORAL. Como se puede colegir, nadie pide a préstamo las cosas de su propiedad. De tal manera que, primero, EL FISCAL de entonces, y, luego, el primer personero de la urbe cuencana, EL ALCALDE, han aceptado que LA CORONA DE REMIGIO, es propiedad de LA ORDEN DOMINICANA. Si queremos que pase como bien del Municipio, solo ocurriría por donación o venta.”
Las juiciosas opiniones esgrimidas por el articulista de diario El Mercurio, doctor Vega, en los artículos comentados, me relevan de cualquier acotación en cuanto a la propiedad de la Corona; y, ponen en evidencia desde nuestro respetuoso punto de vista, que el “hallazgo” de la corona sustraída desde el museo Remigio Crespo Toral, y de otras joyas, aún no se ha verificado, puesto que la original, nunca estuvo bajo la protección del museo, sino una réplica, por lo tanto no estuvo extraviada, sino en buen recaudo por parte de la Comunidad Dominicana al no fundirla, y más bien conservarla para la posteridad, mérito que lamentablemente en la actualidad le ha generado polémicas, motivadas por algunos actores que buscan un infundado protagonismo.
La escandalosa manera de abordar este hecho, me trae a la memoria otro infame episodio, publicado de igual modo sesgado en la misma revista en el año 2013, vulnerando derechos constitucionales, legales y morales, relacionado con la titularidad de un predio particular, que según el mismo informador, era de propiedad de la municipalidad (bien público); y, tal como sucede ahora, afectando la honra de personas de bien (naturales y jurídicas), “respaldado” por ciudadanos y ciudadanas de esta comarca, sin la debida información ni sustento legal, reclamaban al municipio de Cuenca, que lo recuperara para la ciudad, pese a existir múltiples informes de distintos departamentos municipales que verificaron, que el bien inmueble no era ni es de propiedad municipal; como en el presente caso, que la corona es de propiedad de la Comunidad Dominicana.
En el tema que nos ocupa, destacando la actitud prudente de los representantes de la Comunidad Dominicana, por no haber caído en el “bullicio mediático” del autor de esta “novela”; a través de este serio y prestigioso medio de comunicación la “REVISTA EL OBSERVADOR”, hacemos un cordial llamado a la referida Comunidad, a fin de que en un acto de singular desprendimiento, como el del vate laureado en su momento, donen la Corona original que perteneció al ilustre poeta cuencano REMIGIO CRESPO TORAL, a la ciudad que lo vio nacer y crecer; siempre y cuando, el museo que lleva su nombre y que tendría su custodia, mismo que después de su restauración será reinaugurado en noviembre próximo, ofrezca las garantías de seguridad necesarias, para evitar lo sucedido con la réplica y otras joyas patrimoniales desaparecidas “misteriosamente” del museo, que hasta la presente fecha no se han encontrado; ni aún, con la “investigación” del director de la revista que publicó los hechos descritos, aquí cabe un refrán de la sabiduría popular que reza: “mucho ruido y pocas nueces.”, y que dicho sea de paso, la fiscalía del Azuay, organismo competente de esclarecer este hecho, debería pronunciarse al respecto.
Con la seguridad de que la sugerencia hecha en el párrafo inmediato anterior, será considerada razonablemente por quienes hoy son los propietarios de la corona tantas veces referida; y no, bajo presiones ni amenazas; concluyo este breve y bien intencionado comentario, citando muy respetuosamente, dos pensamientos del poeta indio Rabindranath Tagore, quien recapacita: “ Los vencedores no son aquellos que están siempre aferrados a sus bienes; ni los que se pasan la vida rezando con las cuentas secas del deber; son aquellos que aman porque viven, y vencen de veras porque de veras se dan; los que aceptan el dolor con toda su alma y con toda su alma separan el dolor; los que crean porque conocen el secreto de la única alegría, que es el secreto del desprendimiento.”; y, “La verdad no está de parte de quien más grite.”

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