jueves, 24 de septiembre de 2015

Ecuador no tiene talento, pero tiene a Dios
Esperemos que las enseñanzas que tan generosamente brindaron a Carolina las tres hermanas en la fe del programa telebasura Ecuador Tiene Talento, le sirvan en la vida y comprenda que sin la ayuda de Dios no va a llegar a ningún lado, por muy segura que sea de sí misma o por mucho talento crea que tenga.
24 de septiembre del 2015
POR: Arturo Moscoso Moreno
Abogado y politólogo
Pese a su impiedad, Carolina pasó a la siguiente ronda del programa con tres votos. Dios actúa de maneras miste-riosas".
Desde el principio se la ve muy desenfadada y segura de sí misma. Afirma sin sutilezas que es especial, que nació para ser cantante y que llegará a ser grande. Sin falsa modestia y completamente convencida de su talento afirma que no habrá ningún obstáculo que impida cumplir sus objetivos. Se llama Carolina, apenas tiene 16 años y tiene todo el futuro por delante, o al menos eso piensa. Pronto comprenderá que creer en uno mismo no es suficiente, no en este país.
Terminada su presentación, en la que demostró tener una hermosa voz, vino la pregunta de cajón, la que siempre debe hacerse para establecer de qué lado estamos, si del de la luz o el de la oscuridad, la que determina si nos encontramos en el lado correcto de la historia. La hermana María Fernanda la formuló con severidad: “¿Tú crees en Dios?”. La respuesta, con toda razón, la sorprendió y enojó, “No”, respondió la niña sin titubeos.

Con la suficiencia y condescendencia que sólo brindan la sabidura y la superioridad moral, la hermana Mafer la aleccionó con dureza: “Sin Dios no llegamos a ningún lado. Tú crees que siendo “autodidáctica" (la hermana sabe de religión, no de nimiedades como el lenguaje), vas a llegar a la cima, pero no lo vas a hacer. ¿Sabes por qué? Porque hay cosas que no se ven, entonces ahí entra el amor a Dios. Dios te puede ayudar, te ayuda a ser mejor.”
La irreverencia tampoco sentó nada bien a la hermana Wendy, que apresuradamente y en tajante tono dijo: “Pues deberías empezar a creer, mamita, para ver si te hace el milagrito”. Pías palabras cargadas de erudición y misericordia. Lo que no sabemos es a qué milagrito se refería. Ser buena cantante lo dudo, porque miren cómo le ha ido a Wendy, pese a su profunda fe.
La tensión fue aumentando porque Carolina, probablemente por su inmadurez, no daba su brazo a torcer en su herejía. Seguro que por eso la hermana Paola decidió darle al asunto un cariz más teológico - filosófico y formuló la pregunta existencial por excelencia: “¿Y de dónde crees que venimos? ¿Y qué éramos antes de nacer? A ver, pues, ¡explícame!”, le increpó con suspicacia y sarcasmo. La pregunta era retórica, claro, porque, obvio, la hermana Paola sabe la respuesta.
Comprendiendo posiblemente que se trataba sólo de una niña, la hermana Wendy optó por cambiar de tono y con ternura soltó a la pequeña pecadora este sentido sermón: “Aún tienes 16 añitos y creo que has tenido muchas cosas bonitas en tu vida. Pero llega un momento en el que sufres tanto, que lo único que te lleva a continuar adelante es el amor impresionante a Dios, y eso lo adquieres en situaciones difíciles”. Fervorosas palabras que no se entiende cómo no calaron en ese espíritu abandonado de Dios. Sin embargo, pese a esta muestra de piedad, se resistió a votar porque Carolina pase a la siguiente etapa (tal vez para que con el dolor del rechazo vuelva sus ojos a Dios, y de paso, se le haga el milagrito).
Mientras tanto, desde uno de los laterales del escenario el padre de Carolina, otro ferviente creyente, contemplaba preocupado la situación y hacía votos porque su hija aprovechara las lecciones que esas piadosas hermanas estaban brindando desinteresadamente.
El único que se puso de parte de Carolina fue Fernando, que la defendió frente al resto del jurado insistiendo en que la fe no tiene nada que ver con el talento. “Carolina, no te voy a dar una charla de catecismo como mis compañeras porque, con el respeto de ellas, la religión es una cosa y el talento artístico es otro”, expresó el confundido Fernando. Claramente no sabía lo que decía. ¡Ahhh! ¡La falta de fe!
Finalmente Carolina, pese a su impiedad, pasó a la siguiente ronda del programa con tres votos. Dios actúa de maneras misteriosas.
En todo caso, esperemos que las enseñanzas que tan generosamente brindadon a Carolina las tres hermanas en la fe del programa telebasura Ecuador Tiene Talento, le sirvan en la vida y comprenda que sin la ayuda de Dios no va a llegar a ningún lado, por muy segura que sea de sí misma o por mucho talento crea que tenga. Y a nosotros también, para que comprendamos que este país no es laico, que la Constitución está equivocada. Este país está consagrado a Dios, como bien nos lo recordaron Mafer, Wendy y Paola y como también nos lo recuerda el beato Rafael con sus virtuosas políticas de educación sexual o su posición frente a la perversión del matrimonio igualitario, por ejemplo.
Es que Ecuador puede que no tenga mucho talento, no al menos entre las juezas del programa de marras, pero tiene a Dios, y eso es lo que importa.

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