martes, 14 de enero de 2020

LA "DÉCADA GANADA" DE LOS GRUPOS ECONÓMICOS ECUATORIANOS
Algunas de las políticas del Ecuador de Correa incentivaron las ganancias de las empresas más grandes del país. 

Una reciente investigación de Carlos Pástor Pazmiño pone en evidencia las transformaciones que ha sufrido el gran capital en el Ecuador 
en las últimas décadas, de manera especial, luego del 
correato. La receta de inversión pública y empleo estatal para
 las clases medias fomentó las ganancias de las empresas 
locales más importantes.
Portada del libro, publicado por editorial La Tierra. 
Tres grandes elementos parecen compartir los llamados "grupos económicos" en América Latina: un capitalismo de lazos conformado por la economía, la política y el control del aparato estatal. Estas características están presentes también en el Ecuador, según el estudio titulado Los grupos económicos en el Ecuador, de Carlos Pástor Pazmiño. Pástor, politólogo y magister en Estudios Latinoamericanos, quiene estima que tanto durante el correato cuanto durante el actual Gobierno, muchas de las decisiones han estado encaminadas a favorecer a los grandes grupos económicos. 
Para 2016, estima el autor, se podía considerar que durante el correísmo grupos como Pronaca o La Favorita quintuplicaron sus ventas. El correísmo, destaca el autor, coincidió con la más grande expansión de las ganancias de los grandes grupos económicos. Toda una paradoja, si se toma en cuenta la retórica antiempresarial y anticapitalista de la que hacía gala el gobierno correísta.
Entre las empresas que más prosperaron entre 2007 y 2015, el autor menciona a La Favorita, Pronaca, Nestlé, Cervecería Nacional, Adelca, La Fabril, Nobis, Grupo El Comercio, Corporación El Rosado, Corporación Noboa, Banco del Pichincha y el banco estatal Del Pacífico.
Solo La Favorita ha invertido en el exterior hasta 15 millones de dólares, llegando a tener hasta dos plantas hidroeléctricas. Pronaca, de su lado, también ha crecido de manera significativa, al igual que Holcim, que produce sobre todo cemento e insumos de construcción, usados en la obra pública correísta. La industria de la cerveza, y las empresas de telefonía celular también son de las más rentables del país.

Los cambios en la hegemonía empresarial

Una de las principales conclusiones del estudio ha sido que que hegemonía de los grupos económicos pasó de los agroexportadores de los años setenta, pasando por los capitales financieros en los ochenta y noventa, a los grandes grupos de la construcción y del mercado interno. El aumento de la rentabilidad se produjo por la diversificación de esos grupos y no por un cambio del modelo económico del país, algo que el correísmo lo intentó seriamente.
EN LO QUE SÍ TUVO INCIDENCIA EL CORREATO FUE EN SU SU FUERTE POLÍTICA DE INVERSIÓN PÚBLICA PRODUJO UNA MAYOR DEMANDA QUE BENEFICIÓ A LAS EMPRESAS LOCALES. EL GASTO PÚBLICO ALENTÓ EL CONSUMO INTERNO Y ALENTADO LAS IMPORTACIONES, LO QUE TAMBIÉN ESTÁ RELACIONADO CON LA FORTALEZA DEL DÓLAR.
En lo que sí tuvo incidencia el correato fue en su su fuerte política de inversión pública produjo una mayor demanda que benefició a las empresas locales. El gasto público alentó el consumo interno y alentado las importaciones, lo que también está relacionado con la fortaleza del dólar. "Esta es la década ganada para los grupos económicos ecuatorianos", concluye el autor. 
Es por ello, explica el autor, que las empresas que más han crecido son las que están vinculadas al ensamblaje de carros, comida y servicios. Una clase media empleada en el Estado tambien explica ese fenómeno. 
En el libro, el autor recoge investigaciones anteriores sobre la economía en el Ecuador desde los años 70, lo que le permite analizar la forma en la que las grandes fortunas de nuestro país se han ido diversificando. A pesar del paso del tiempo, los elementos principales del capitalismo en el país, que cuenta siempre con el Estado como aliado clave y que es más propenso al cómodo oligopolio que a la competencia, parece mantenerse intacto. 
El estudio se remonta a los primeros tiempos de la independencia, cuando los más ricos de la colonia llamada Real Audiencia de Quito lideraron la emancipación contra la Corona española. 
En este escenario, destaca el autor, juegan un importante papel los lazos familiares, pues en América Latina y en el Ecuador "la forma corporativa dominante entre las grandes empresas privadas nacionales ha sido durante mucho tiempo el grupo empresarial diversificado, controlado y de propiedad familiar". Se trata, precisa el autor, de élites rentistas, pues su uso de la tecnología suele ser bajo. 
El control del Estado es clave para el modelo, pues las empresas latinoamericanas pueden pueden expandirse siempre con el apoyo estatal. Este poder se evidencia en aspectos como la presión de las organizaciones gremiales, el cabildeo ante el Congreso y el Ejecutivo, la financiación de campañas y su propio poder estructural. 
En el caso ecuatoriano, específicamente, entre 1970 y 1990 había en el país una alta concentración de capitales. El actor principal en esas dos décadas fue una burguesía monopolista, que contaba con el apoyo del Estado y del capital transnacional. Las inversiones se concentraban en la industria, el comercio, la agroindustria, los servicios y otros sectores. 
EL ACTOR PRINCIPAL ENTRE 1970 Y 1990 FUE UNA BURGUESÍA MONOPOLISTA, QUE CONTABA CON EL APOYO DEL ESTADO Y DEL CAPITAL TRANSNACIONAL. LAS INVERSIONES SE CONCENTRABAN EN LA INDUSTRIA, EL COMERCIO, LA AGROINDUSTRIA, LOS SERVICIOS Y OTROS SECTORES.
Los capitalistas ecuatorianos serían de por lo menos tres tipos: los productivos, que obtienen beneficios de la acumulación del capital, los terratenientes dueños de la tierra y los bancarios, que viven del interés crediticio. Las relaciones familiares, al igual que en toda la región, son clave para entender la cercanía de estos capitalistas entre sí. 
En el Ecuador, además, los principales centros económicos siguen siendo Quito, Guayaquil y Cuenca. El control de entidades bancarias y de las cadenas de distribución y transporte les permiten obtener dinero con tasas prefenciales y tener su propia cadena productiva. 
A pesar de que el capital acumulado por los grupos económicos en el Ecuador es muy pequeño si se lo compara con las grandes transnacionales, a nivel local resulta muy significativo, destaca el autor. 
Para el autor, entre 1970 y 1990 se nota la presencia de grandes grupos que se mantienen, como el Grupo Noboa en la Costa, el del Banco del Pichincha, el Wright, los Czarniski, los Pinto y los Eljuri, mientras que fueron desapareciendo o perdiendo importancia grupos que a muchos en la actualidad no les suenan conocidos, como Gorelink, Granda Centeno, Aspiazu, Estrada o Isaías. 

Los trabajos anteriores

La obra pasa revista a trabajos anteriores, como La Concentración de Capitales, de Guillermo Navarro; Los Grupos Monopólicos en el Ecuador, del Cedis; Los Grupos Financieros en el Ecuador, de Luis Fierro Carrión, entre otros.
TAMBIÉN SE DOCUMENTA EN ESTUDIOS INTERNACIONALES, COMO EL DE FORBES, QUE DESTACA EN 2015 LA FORTUNA DE ÁLVARO NOBOA PONTÓN, CUYA FORTUNA PERSONAL SERÍA DE USD 1200 MILLONES, CON EL CONTROL DE NO MENOS DE 110 EMPRESAS.
Álvaro Noboa
También se documenta en estudios internacionales, como el de Forbes, que destaca en 2015 la fortuna de Álvaro Noboa Pontón, cuya fortuna personal sería de USD 1200 millones, con el control de no menos de 110 empresas. Noboa sería el hombre más rico del Ecuador, seguido de Fidel Egas, accionista mayoritario del Banco Pichincha y de Diners Club. 
El tercer hombre más rico del Ecuador, según Forbes, es Juan Eljuri y sus hermanos, quienes tienen un conglomerado de 200 empresas, entre las que destacan Aekia (KIA), Neohyundai (Hyundai).
La mujer más rica y cuarta en la lista de Forbes es Isabel Noboa Pontón, hermana de Álvaro, cuyo grupo Nobis se concentra en el sector inmobiliario. 
En el quinto puesto está Andrew Wright, del grupo La Favorita. En el sexto su competidor más cercano, Johnny Czarninsky, de Corporación El Rosado, mientras que el séptimo Luis Bakker de Pronaca. 

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