El grillete de la dignidad
La noche del 25 de diciembre se resolvió la liberación de Paola Pabón, Virgilio Hernández y Christian Gonzáles, tres dirigentes políticos acusados de rebelión por el intento de golpe de Estado durante las protestas de octubre.
Hace unos días, se reformularon los cargos. El delito por el que se les acusa pasó de un numeral a otro en la misma tipología penal. Antes se les acusó de una rebelión sancionada con una pena de 7 a 10 años y ahora se les acusa de una rebelión sancionada con una pena de 5 a 7 años. Cinco días después se ordenó la sustitución de la prisión preventiva que “no cabe (…) en las infracciones sancionadas con pena privativa de la libertad superior a cinco años” (art. 336, COIP).
No es necesario ser un experto en matemáticas para saber que técnicamente entre el 5 y el 7 existen millones de números superiores al 5 y que solo uno entre esos millones es el 5. Al atribuir judicialmente una pena se añade o sustraen fracciones de tiempo, expresadas en meses según la gravedad de los actos imputados.
Si Pabón, Hernández y Gonzáles recibieran una pena de 5 años y 1 día esa pena sería estrictamente superior a los 5 años, pero ¿cómo supo la jueza que los encausados recibirán precisamente 5 años?
Interpretar ideológicamente la norma jurídica no la hace técnica, sino lo contrario. La técnica jurídica debe responder a un método científico, aceptando que cualquier interpretación y argumentación humanas estarán siempre expuestas a errores, prejuicios y preferencias subjetivas. Para buscar reducir ese defecto humano una interpretación que aspire a ser técnica debe aplicarse de la forma más fría y literal. El derecho penal es literal. Ahí donde dice “no cabe” se entenderá eso, una prohibición precisa.
La Fiscalía pidió reformular lo cargos, la petición es aceptada y precisamente allí es cuando la defensa de los acusados solicita la sustitución de la prisión preventiva que es concedida con un argumento falaz. Aquí algo se carcome.
Así a varios aliancistas les fue impuesta la obligación judicial de llevar un grillete electrónico. La medida busca evitar que evadan la justicia y huyan del país. Otros varios se fugaron o se refugiaron en embajadas de países extranjeros. Hasta uno de ellos se sacó el grillete y huyó por tierra para evitar los controles migratorios aeroportuarios. Todos desaparecieron de la forma más infame.
La jueza que tiene su pasado comprometido políticamente, levantó la prisión preventiva en contra de los tres altos dirigentes del aliancismo, investigados por el delito de rebelión. Paola Pabón, Virgilio Hernández y Christian Gonzáles recuperaron una libertad restringida por un brazalete electrónico que deben portar en una de sus piernas mientras dure la medida.
Pabón, todavía prefecta de Pichincha, al salir libre amenazó con “recuperar la patria” y para morigerar sus declaraciones belicistas añadió que lo haría “en democracia, con los votos y sin violencia”. La expresión proviene de la época de su mentor Rafael Correa y el desenlace es el mismo de siempre: un golpe de Estado palaciego para instalar una Constituyente; un ataque violento a la sede del entonces Tribunal Supremo Electoral; consecutivos fraudes electorales, desfalco de los fondos públicos y coloniaje de las instituciones judiciales y de control administrativo. Recuperar la patria siempre fue sinónimo de ultraje constitucional, violencia institucional, polarización social y agresión entre ecuatorianos.
Con su acostumbrada ñoñería grandilocuente, Pabón llamó a la nueva medida cautelar dictada por la jueza ex funcionaria del aliancismo como el “grillete de la dignidad”.
Es vergonzoso haber formado parte de la más oprobiosa mafia que quebró a un país rico y que fracturó a su sociedad, como es vergonzoso intentar dar un golpe de Estado al gobierno de un ex copartidario para enlistarse entre los prófugos enemigos de la honra republicana.
Aquí algo se carcome. Piensa mal y acertarás.
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