Un sorpresivo comunicado lanzó el pasado 7 de enero el ahora exembajador ecuatoriano en Estados Unidos, Francisco Carrión. Anunció su salida de la embajada por estar en desacuerdo con el programa de vuelos de vigilancia aeromarítima que ha realizado Estados Unidos desde septiembre de 2018. “Sin que exista, hasta la fecha, un marco normativo bilateral indispensable”, reclamó. Carrión informaba de esa manera que ambos países aún no han llegado a definir las obligaciones, derechos y condiciones de estas operaciones a través de un acuerdo vinculante para preservar la soberanía. “Mi preocupación sobre este asunto ha sido transmitida a la Cancillería en varias ocasiones, donde reposa la documentación respectiva, sin que hasta la presente fecha se haya suscrito en convenio que, según conozco, aún se encuentra en proceso de negociación”. ¿A qué acuerdo se refiere?, ¿cuáles son las implicaciones de no tenerlo?, ¿cuáles son los puntos críticos en la negociación? Plan V buscó al exembajador, pero no respondió al pedido de entrevista. Sin embargo, analistas y documentos permiten explicar el trasfondo y el contexto de estas declaraciones en los siguientes siete puntos.
1. Ecuador vuelve a estrechar las manos de EEUU
Mike Pence visitó Ecuador y Colombia en junio de 2018. Retomar la cooperación en seguridad fue el punto más relevante de su agenda.
Después de que Lenín Moreno fuera electo como Presidente en mayo de 2017, Ecuador dejó atrás una década marcada por permanentes crisis con EE.UU., que incluyeron la expulsión de una embajadora y la salida de la Base de Manta. La cooperación bilateral se retomó al más alto nivel. En junio de 2018, llegó el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence.
Durante la visita de Pence, uno de los principales temas fue la seguridad. Específicamente se acordaron cuatro puntos en esta materia. Una de ellas fue reanudar la cooperación militar en la lucha contra el crimen organizado; la entrega a Ecuador de USD 3.45 millones en asistencia técnica en justicia penal y observancia de la ley; también firmaron una declaración de principios que incorporó a Ecuador en la Iniciativa de Seguridad de Contenedores; y finalmente se suscribió un memorando de entendimiento para colocar a un oficial de enlace ecuatoriano en la Fuerza de Tarea Conjunta Interinstitucional-Sur en Cayo Hueso, Florida, mejor conocida como JIATF-S, por sus siglas en inglés. Esto último para participar en la detección y vigilancia e impedir el narcotráfico.
Imagen de 2007 de la Base de Manta. Tras su salida, expertos sostienen que la vigilancia marítima de Ecuador en la última década se redujo a 0. Foto: U.S. Air Force
2. Aterriza el primer Orión P3
El 5 de septiembre de 2018, llegó a Guayaquil el avión P-3 Orión, de la US Customs and Border Protection, de los Estados Unidos. El Orión hizo vuelos de prueba durante una semana. En ese lapso se anunció la captura de tres toneladas de drogas como los primeros resultados. Una de ellas fue localizada en una lancha rápida a 210 millas al norte de las islas Galápagos.
Llegada del avión Orión P3 a Guayaquil en septiembre de 2018. Foto: El Universo
El entonces comandante general de la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE), Patricio Mora, dijo que los vuelos iba a ser controlados por el Comando de Operaciones Aéreas y Defensa de la FAE. Mientras que el exdirector de Antinarcóticos de la Policía, Carlos Alulema, anunciaba que “se adelantan gestiones a nivel policial y político para afinar los mecanismos para que ese aparato regrese sistemáticamente a Ecuador”, según declaraciones citadas por El Universo.
Pero rápidamente las cifras fueron creciendo. Para el 13 de septiembre se anunciaba la incautación de 4,8 toneladas con el apoyo del Orión P3. La ministra María Paula Romo confirmó que a partir de entonces, el avión vendría al Ecuador con “regularidad”. Romo asimismo anunció que no informará más sobre el arribo de la nave para “tener mayor éxito en esas operaciones”.
El P3 es un rastreador de largo alcance, que tiene un alcance de 400 millas náuticas, puede volar hasta 12 horas y su tripulación la conforman ocho personas. Tiene radares que detectan objetivos a grandes distancias y sistemas electro ópticos e infrarrojos de largo alcance. Según la publicación especializada Aeromudomagazine, el P3 es prácticamente una plataforma tecnológica. Pero no es el único avión. EE.UU también ha enviado un Awac.
3. El Comando Sur en Ecuador y el Libro Blanco
Reunión entre Craig Faller, comandante del Comando Sur de los EE. UU., y Oswaldo Jarrín, ministro de Defensa.
Otra visita al más alto nivel fue la del almirante de la Marina de los EE. UU., Craig Faller, comandante del Comando Sur de los EE. UU (Southcom). Ocurrió el 25 de abril de 2019. Desde 2011, un comandante de Southcom no había llegado a Ecuador. Faller en la misma gira también visitó Colombia. En Ecuador, Faller se reunió con el ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín. Ambas autoridades hicieron énfasis en fortalecer la cooperación bilateral en seguridad. Jarrín mencionó que el acuerdo con EE.UU. incluiría equipamiento militar, entre ellos radares y que seguiría los sobrevuelos con los aviones P3. En esa cita, Jarrín aclaró que las aeronaves no pasan de forma permanente en Ecuador, sino que cumplen una misión y se van.
En normativa nacional, Jarrín destacó en la rueda de prensa conjunta con Faller que Ecuador tiene una política de Defensa Nacional, conocida como Libro Blanco. Esta tiene a su vez tres objetivos estratégicos: el control efectivo del territorio, la protección de la población y la cooperación internacional. Esta política fue expedida mediante el Decreto Ejecutivo 633 firmado por Moreno el 8 de enero de 2019.
En el Libro Blanco, respecto a EE.UU., se dice que las relaciones en materia de defensa y seguridad con ese país “se mantienen a través de una oficina de cooperación que permite el intercambio de información, capacitación, entrenamiento y adquisición de recursos logísticos, para el fortalecimiento de capacidades de las Fuerzas Armadas, específicamente para contrarrestar las acciones del narcotráfico y sus delitos conexos, de la delincuencia organizada transnacional, de los delitos a la seguridad marítima así como de los grupos irregulares armados”. Esa oficina de cooperación militar de EE.UU se reabrió en 2018. Una de sus últimas actividades humanitarias fue la donación de 250 mochilas a niños de Mataje, en la frontera norte.
4. Pompeo alaba las operaciones con los aviones radar
Mike Pompeo anunció el decomiso de 24 tonelas con la ayuda del Orión P3.
El 20 de julio de 2019 arribó el Secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo. Se reunió con Moreno en Guayaquil. En esa cita, Pompeo dijo que uno de los avances en las relaciones bilaterales fue la puesta en marcha de los sobrevuelos de aviones de patrulla marítima lanzada en septiembre de 2018. “Nuestras autoridades han confiscado conjuntamente más de 24 toneladas de drogas en el Pacífico Oriental. Son 24 toneladas que no se pueden usar para envenenar a nuestros pueblos y financiar el comportamiento criminal. También hemos trabajado estrechamente a través de nuestra iniciativa de seguridad de contenedores para intercambiar información sobre envíos ilícitos”.
Moreno, en cambio, rechazó las versiones que circulaban en esos días de que en Galápagos se había establecido una nueva base para los Estados Unidos. “Es importante para ellos tener un lugar para aterrizar y, por supuesto, abastecerse de combustible, y eso es lo único que está sucediendo. Lo único que hacen esos aviones es aterrizar y recargar combustible, etcétera, seguir volando y nada más”, dijo el Presidente. Ecuador, la Constitución de 2008 prohibió las bases militares extranjeras en territorio ecuatoriano.
5. El acuerdo vinculante y los fantasmas de la Base de Manta
El exembajador Carrión dijo que han pasado 14 meses sin que se firme un acuerdo vinculante. ¿A qué se refiere? El investigador y académico, Freddy Rivera, explica que en ese tipo de convenios se establecen mecanismos de seguimiento y metodológicos. Por ejemplo, monitoreo de los resultados de las operaciones, los montos de la cooperación y su destino y las responsabilidades.
Recuerda que una de las razones para que el expresidente Rafael Correa sacara la Base de Manta es que Ecuador no tenía ningún control ni acceso a los resultados de las operaciones. El convenio se suscribió en 1999 por un periodo de 10 años. Pero en 2009, Correa no lo renovó, lo cual implicó la salida del Puesto de Operaciones Avanzadas (FOL, por sus siglas en inglés). Correa dijo en su momento que el puesto antinarcóticos no supuso un beneficio para el país.
El convenio operativo de Manta del año 2000 -recuerda Rivera- decía, por ejemplo, que cada 15 días un oficial de la FAE acreditado en la JIATF-S junto con oficiales estadounidenses debían registrar las matrículas de los aviones que operen desde la Base.
En este tipo de convenios deben estar claros los protocolos de evaluación y monitoreo. Esta información sensible debería ir a la Policía Nacional como insumo para su Inteligencia Antinarcóticos, opina el experto. ¿Eso ocurre? Es una de las preguntas sin respuesta hasta el momento. Pero también cree que Estados Unidos no tiene confianza en Ecuador porque es un país infiltrado por el crimen organizado.
Para Rivera, los sobrevuelos del Orión P3 han venido operando de manera informal. “Cuando digo que opera de manera informal es casi ilegal. Estamos repitiendo los errores de 2005-2008”.
La Cancillería, en un comunicado, rechazó las críticas y dijo que todas las operaciones han sido autorizadas en el marco de los acuerdos de cooperación entre Ecuador y Estados Unidos. “En cada vuelo de dichos aviones están presentes FF.AA., Policía Nacional y Fiscalía del Ecuador, pues evidentemente son procedimientos regulados por la legislación nacional. La aviación civil autoriza los vuelos en estrecho apego a nuestra legislación e intereses”. Pero la ministra de Gobierno, María Paula Romo, ya reconoció que existe un protocolo que se está discutiendo y que debe ser firmado.
6. La Convemar, otra clave
El convenio operativo para la Base de Manta tenía un protocolo fijo, pero no funcionó bien, según el investigador Rivera. Una de las limitantes fue la Convemar: Ecuador fue parte de ella recién 2012, por lo que los oficiales ecuatorianos solo podían estar en las operaciones hasta la milla náutica 12. Esa información y trazados de inteligencia no eran entregados al Comandante de Manta, según Rivera. “Estados Unidos y Colombia a través de sus ramificaciones en Ecuador destinaban esta información para la desaparecida Unidad de Investigaciones Especiales (UIES)”. Esta unidad fue eliminada tras el ataque colombiano a Angostura. Según Correa, el mayor Manuel Silva, ex titular de la UIES, entregó en ese entonces datos de interés nacional a la Embajada de EE.UU.
Ahora la situación en distinta. Con la adhesión a la Convemar, Ecuador ejerce soberanía sobre 200 millas marinas. Al ampliar su marco de operaciones en el mar, el país se constituye en un punto neurálgico en el control del narcotráfico, según el catedrático y experto en temas de seguridad, Daniel Pontón. Y una de las áreas geográficas relevantes son las Islas Galápagos, que es un punto más cercano a Centroamérica que la misma Colombia. “Nosotros tenemos más mar territorial que Perú y eso nos da un punto de control estratégico”.
7. 10 millones de dólares en un año y 30 toneladas incautadas
El 12 de agosto de 2019, el Departamento de Estado de EE.UU. informó que desde agosto de 2018 ha destinado 10 millones de dólares a Ecuador a través de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley para lucha contra el crimen organizado. Tras la renuncia del embajador Carrión, la Cancillería informó que más de treinta toneladas de droga han sido incautadas en estas operaciones.
¿Ha sido positivo retomar la cooperación bilateral? Pontón afirma que es positivo porque Ecuador gana en cuanto a su capacidad de control. En su opinión, Estados Unidos es un aliado importante pues la tecnología ha avanzado. Asegura que las operaciones sobre el mar en la última década prácticamente se redujeron a 0, dejando un espacio de maniobra para el narcotráfico.
Pero sigue siendo un tema polémico. “Estados Unidos también se ha equivocado en la lucha contra el narcotráfico, es juez y parte porque estamos hablando del principal consumidor de drogas del mundo”. Sin embargo, es necesario generar estos acuerdos y que sean lo más transparente posible para evitar cualquier tipo de suspicacias, afirma el experto.
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