LA DERECHA QUIERE REBASAR LAS IDEOLOGIAS
Lo
peor de parte de una sociedad
manipulada
por la política,
es
ver a pobres defendiendo a ricos,
culpables
de su pobreza
(Paulo
Coelho).
No hay que confundirse con ciertas teorías de la
derecha que hablan del “fin de la historia”, el “fin de las ideologías”, o de
“rebasar a las ideologías”, o el “superar la lucha de clases”, etc., todos las
cuales tiene propósitos neocoloniales y que difieren totalmente de nuestra
racionalidad andina.
La derecha quiere
rebasar las ideologías para imponer la hegemonía del capital, y nosotros los
andinos pretendemos ampliar las ideologías para convivir en la variedad y la
diferencia de conciencias, lo cual es totalmente diferente.
Si bien hay que cuestionar el dogmatismo de la
izquierda occidentalizada, no se puede caer en un eclecticismo o un inclusivismo,
incauto e ingenuo, para ser cómplices de la homogenización del pensamiento
dominante.
¿Cómo se puede
pretender dialogar con la derecha para buscar con ellos “la defensa de los más
vulnerables, terminar con la explotación y opresión, la defensa de la
naturaleza”?
¿Desde cuándo acá la derecha, en el Ecuador o
en alguna parte del mundo, se ha interesado por los más vulnerables, por la
opresión, por la naturaleza?.
Desde cuando
acá, “la única ideología que hará
levantar al Ecuador es la unidad sin exclusión”, para palmearse con Nebot o con
Laso. Acaso poniéndose a la cola de la derecha y sacando mayor porcentaje ya no
van a estar entre los últimos?
Aquí lo que se ve,
como siempre, es que en tiempo de elecciones saltan los intereses personales y
se puede ver quienes realmente son. Aquí se desnudan tal cual son, pero luego
que pasan las elecciones y dependiendo de cómo les ha ido, salen sus discursos
rebeldes, revolucionarios, identitarios.
A pretexto de
combatir al correismo se ponen a la cola de la derecha esperando remar alguna
tajada, pues creen que serán los próximos ganadores y no confían en otras posibilidades
como el “Acuerdo Nacional por el Cambio”.
Conjuntamente entonan
con la derecha que ya desaparecieron las ideologías y de que ellos van a
recuperar la democracia, la institucionalidad, la separación de poderes, etc.;
cuando a ellos les importa un “pepino” los indios y peor sus epistemologías y
paradigmas.
Lo mismo se puede
decir de los “indígenas” que están en Alianza País y otros partidos, lo cual
demuestra que no es la raza o la etnia o una genética la que determina una
posición sino la manera de asumir y de responder a la vida y la “realidad”.
El racismo no se
define por el dominio de los blancos sobre la gente de color, sino por el tipo
de ser humano: blanco, indio, mestizo, negro, cholo, montubio, que hace posible tal dominación.
Por lo tanto, hablar
y unirse con la derecha que ha atacado desde hace 524 años al mundo andino,
indudablemente que es una traición. Como los felipillos en la época de la
invasión ayudando a los colonizadores, ahora los neo-felipillos poniendo la
alfombra roja a los grupos hegemónicos.
Los que hoy se hacen
los abiertos y democráticos cuando necesitan del voto de todos pero que luego
les dan yuca, tal como somos testigos de la historia política nacional y
mundial.
En todo caso, existe
la esperanza y la posibilidad de construir el Sumak Kawsay, que garantice y
asegure un estado democrático,
plurinacional e intercultural, desde la propuesta de ACUERDO NACIONAL POR EL
CAMBIO.
Con la derecha es
soñar en castillos en el aire, pero, algunitos ya lo creen posible y
seguramente piensan que metiéndose en su patio los van a convencer de luchar
por los oprimidos.
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