domingo, 23 de octubre de 2016

Análisis

Francisco Febres Cordero
Domingo, 23 de octubre, 2016


Una vez iniciado el proceso electoral, a los analistas no nos queda más que analizar cuáles son las fuerzas en pugna y cuáles las alianzas. Ah, y cuáles son los candidatos, también, sus discursos, sus promesas. ¡Uf, qué tareota que nos espera!
Comencemos por los candidatos. ¿Las damas primero? Bueno, pero con una aclaración: ellas no son candidatos sino candidatas. Y ¿quieren que las analice a las que tienen maquillaje o a las que están sin? Ya, pero no se pongan bravos, no sean tan machistas.
La Cynthia es sin maquillaje. El con maquillaje es ese que le acompaña y que se puso primerito en la lista de candidatos a la Asamblea porque es lo que hay para un avance. Cómo será que de la partidocracia avanzó al IESS y de ahí avanzó a Avanza y de ahí avanzó al Ministerio de Industrias y de ahí avanzó hasta donde los socialcristianos. O sea se pone pestañas postizas y se vuelve demócrata. Se pone rímel y se vuelve revolucionario. Se hace tips y se convierte en derechoso. Se hace la permanente y se vuelve permanente en la escena política, como decimos los analistas a esos horribles que se acomodan donde mejor pueden.
¿Les gustó ese análisis? Qué bueno, porque para eso estamos: para ayudarles a entender los entretelones de la campaña.
Y a propósito de entretelones, ¿sí se dieron cuenta de que la obsesión por tener la mayor cantidad posible de títulos honoris causa ha sido pasosa? Chuta, el Lenin Moreno viajó a El Salvador para que le entreguen uno nuevo. Le va a ganar al excelentísimo, porque él obtuvo trece, pero de presidente. El Lenin solo de candidato ya tiene cuatro, si sumamos los tres que consiguió como vice.
Verán nomás que a la primera de bastos también hace un juicio a un banco y se gana un departamento, pero en Suiza, que es donde a él le gusta estar. O sea los analistas creemos que el Lenin es el que mayor chance tiene de ganar. No pues el departamento, sino la Presidencia. Es que con lo que va aprendiendo de su jefe, no va a haber quién le haga sombra. De buen genio se ha de volver malgenio. De permeable, impermeable. De chistoso, insultón. De calmo, nervioso. Es que con tanto título honoris causa puede hacer lo que le dé la gana, pues.
Pero hasta eso ojalá el Lenin siga en su papel de chistocito y, ¡qué chistoso!, llenando los escenarios del Estado con burócratas para que le aplaudan y se mueran de risa con sus chistes relacionados con su estilo de gobernar que va a ser incluyente en lugar de excluyente. Ya no aguanto de la risa. Qué chistoso que es el Lenin. Cómo nos hace reír. ¿De qué? No sé, pues, de cualquier cosa que dice porque todas nos parecen bromas. Jajajá jajajá. O sea es el que va a poner alegría a esta campaña incluyente, en que incluirá todo el aparataje del Estado para su beneficio.
¿Sí les está gustando mi análisis? A mí tampoco, francamente. ¡Cuánto tuve que analizar! ¿Y los demás candidatos?, me preguntarán ustedes. Y yo les diré que busquen nomás otro analista porque yo ya me cabrié con el humor del Lenin, y los analistas no podemos perder nuestra objetividad. ¡Qué pendejada! (O)

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