El observador

Alberto Ordoñez entre la poesía y los poemas

Publicado el 2016/10/02 por AGN

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¿Desde cuándo tiene usted noción de la poesía?

Desde la primera lágrima de mi infancia.

Su formación como poeta se dio en una sociedad resistente a los cambios ¿Cómo era el mundo cultural de la época en que usted se integró al mundo literario?

Fue en el decenio de los emblemáticos sesenta, en el que, a diferencia de lo que pregunta, operó el mayor cambio registrado en la historia humana. Ya no fue “prohibido prohibir”. Y si fue posible: “la imaginación al poder. Fue época en que Neruda copaba el escenario poético. Pronto comprendí que si quería escribir poesía que fuera mía a rabiar, debía apartarme de esa “casi” generalizada línea y concretarme en lograr un estilo propio que me permitiera ser “yo”, con todos mis más y mis menos.

¿Qué influencias considera marcaron su estilo?

Siempre procuré que fueran las mías. Sobre el tema, el lector tiene la palabra.

Temas como la muerte, la vida, el tiempo, el mar, el universo son recurrentes en su poesía ¿Qué le lleva a invocar estos temas?

Si agregamos a los temas planteados, el de la soledad y el del amor, nos encontraremos frente a los principales temas que engloban la condición humana. Desconocerlos en el entendido de que la poesía es vivencial y existencial, hubiese resultado poco menos que imposible. Es más, son fuente inagotable de mi acerbo poético. En suma, nadie puede escribir sobre lo que no le toca con su rayo.

Usted es un poeta que rompe formas y contenidos, los ubica en una dimensión de convergencias imposibles ¿De dónde viene ese torrente de creatividad?

No sé de dónde. Lo que sí sé es que está allí, bullente, prisionero de la urgencia creativa. Esperándome. Listo a dirigir mi mano. Tampoco sé a dónde. Pero siempre listo: Dorado jaguar que cuando le viene en gana me salta al cuello.

¿Qué opinión le merece la poesía ecuatoriana actual?

La poesía es por su escasez, como el “radium”. No obstante, actualmente hay -como antes y, seguramente, como después- contados y formidables poetas.

¿La tecnología hace mejores poetas?

No. De ninguna manera. Pero si puede mejorar la letra y la impresión de los libros.

¿La poesía morirá algún día?

Solo cuando desaparezca la humanidad.

Libros de poesía:

“Voz de la Angustia” (1962), “Los Tatuajes del Viento” (1975), “Velorio de Dios” (1979), “El Inquilino de la Soledad” (1984), “Las Llaves Impares” (1986), “La Llama Repetida” (1988), “Cuentalluvias” (1995), Una Golondrina si hace Verano” (2003), “Tañido de mariposas” (2003), “La Aguja del Pajar” (2004), “La Muerte Nuestra de Cada Día” (2006), “Underwold” 2006”, “Maduro con Queso” (2008) “Un Murciélago en el Campanario” (2011, “Prohibido el Paso”, -Tomo 1- (2016), “Prohibido el Paso” -Tomo 2- (2016) Y la novela “Con la mar al hombro” editada bajo el auspicio de Editorial “El Conejo”.