QUITO CABREADO Por Patricio Haro Ayerve

Quito fue el centro de la actividad. A la marcha de los trabajadores se sumaron miles de miembros de la sociedad civil, desde los veteranos de guerra del Cenepa, que encabezaron la marcha, hasta familias enteras, padres, hijos, abuelos, niños, jóvenes, adultos y ancianos portando rótulos adheridos a su pecho “pelagato 001, pelagato 002…pelagato 199345” marcharon pacíficamente por el centro histórico expresando en cánticos, gritos y pancartas su descontento y rechazo a la forma de gobernar de los revolucionarios y diciéndoles basta al despotismo, a la corrupción y a la tiranía totalitaria.
Doscientas mil personas, que de acuerdo al pronóstico oficial recibirían una soberana paliza de 8 a 1, dieron al oficialismo una de 10 a 1, como lo aceptara uno de los voceros del gobierno nacionalista y revolucionario al afirmar que en la contramarcha estuvieron 20.000 personas atraídas de todas partes del país con una visita a la capital, veinte dólares y un sánduche según recogen las redes sociales, y funcionarios presumiblemente amenazados con la prescripción de sus contratos laborales en la burocracia gubernamental.
Un sonoro y repetido “fuera Correa fuera” fue el eco que a lo largo de la jornada repetían con frecuencia los participantes. El reclamo en contra de las salvaguardias (léase paquetazo económico), la respuesta en contra del irrespeto y desprecio por los ancianos y jubilados y la forma insolente y prepotente de expresarlo, el control totalitario de la funciones del Estado y la utilización de ellas como instrumento de persecución política a sus opositores, fueron las más notorias razones de la protesta; pero no estuvieron ausentes el reclamo por la falta de libertades públicas y la agresiva tributación impuesta. “Solo falta que me quite lo bailado” rezaba la pancarta que portaba una agraciada joven quiteña. “Gracias a las gloriosas Fuerza Armadas Ecuador está libre de terrorismo” la que portaba el general Ernesto Gonzales y un grupo de altos oficiales en servicio pasivo de las Fuerzas Armadas.
El 1 de mayo se presentaron en las principales ciudades del Ecuador multitudinarias y nítidas expresiones de insatisfacción popular por tanto desgobierno revolucionario, pero la más clara de ellas se dio en la capital, en la profusa marcha a la plaza de San Francisco, en la que doscientas mil personas, aproximadamente, levantaron su voz convocando a un paro nacional y en la que se manifestó un Quito cabreado.
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