sábado, 30 de mayo de 2015

Las claves para entender la toma de las cesantías privadas
Para analistas consultados por PLAN V, todo el trasfondo de la toma de las cesantías de los maestros y de otros funcionarios públicos es usar el dinero para comprar bonos del Estado, de manera que el Gobierno disponga de más recursos para sus gastos. Una operación que podría conducir a los fondos a la iliquidez.
24 de mayo del 2015
REDACCIÓN PLAN V
El control del Fondo de Censantía del Magisterio Ecuatoriano (FCME) por parte del Banco del IESS tuvo varios incidentes la semana pasada.
Con la detención del consejero del Consejo de Participación y Control Social, David Rosero, en un incidente con la Policía en las oficinas del FCME en Ibarra, así como de tres personas más de la Unión Nacional de Educadores (UNE) quedó claro que el Gobierno piensa tomar el control de los fondos de cesantía de ciertos funcionarios públicos, con el argumento de que, en algún momento se invirtió dinero del Estado en ellos. 
Pero, ¿cuáles son las claves de esta maniobra político-ecónomica del correísmo? Con la colaboración del economista Vicente Albornoz y del ex funcionario del FCME, Marcelo Andocilla, PLAN V reconstruye los entretelones de la toma estatal de las cesantías privadas.
¿Qué es un fondo de cesantía?
Además de la jubilación que otorga el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social a sus afiliados, los funcionarios de algunas entidades del Estado, como los profesores fiscales o los empleados de algunos ministerios, constituyeron fondos de cesantía, cuyo propósito es lograr tener una caja de ahorro para cuando terminen su vida laboral o se retiren de la institución.
85 000 
afiliados activos tenía el FCME en todo el país.
En general, estos fondos descontaban de los roles de los funcionarios una cantidad acordada entre el empleado y el fondo, que iba a las cuentas de los fondos para crear una cuenta personal de ahorro. Al terminar su labor en la entidad, sea por renuncia, destitución o jubilación, los empleados podían concurrir ante el fondo de cesantía para pedir que les devuelva lo ahorrado. Pero como se trataba de grandes cantidades de dinero, los administradores de estos fondos procedían a realizar inversiones con ese dinero, de manera que el ahorro de los funcionarios tuviera una cierta rentabilidad. 

Este modelo se aplica, destaca Vicente Albornoz, en Chile, en donde administradoras de fondos de pensiones privadas reciben mes a mes un aporte de sus afiliados, y al final de un plazo determinado, que generalmente coincide con su jubilación, tienen dos opciones: o el fondo les paga una pensión mensual, o les devuelve lo ahorrado con intereses y con el resultado de las inversiones que estos fondos realizan. 

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