viernes, 14 de marzo de 2014

Perder es ganar un poco



Jeanette  Hinostroza
Este fue el comentario que hizo el ex técnico de la selección Colombia, Francisco Maturana, cuando la tricolor colombiana quedó fuera de uno de los tantos mundiales en los que ha participado.  La filosófica frase también aplica a la explicación que el presidente Rafael Correa está dando al resultado de las elecciones del pasado 23- F.    El Gobierno en pleno se ha paseado por todos los medios de comunicación haciendo un balance numérico de las Alcaldías y Prefecturas ganadas.  Pero el análisis político va más allá de los números, porque no es lo mismo ganar en Pedro Carbo, que ganar en Guayaquil.  Tampoco es comparable perder en Santa Isabel, que perder en Cuenca.  

 Por eso resulta hasta ridículo atribuirse el triunfo de las elecciones por el hecho de que Alianza País ganó en una gran cantidad de pequeños cantones. ¿Perder es ganar un poco?  El discurso del Gobierno desafía la lógica más elemental y quiere ofender la inteligencia del pueblo ecuatoriano, pero no lo logra.
En este caso perder 21 capitales de provincia es sencillamente perder.  El Presidente y Alianza País hicieron méritos para lograrlo: abusaron de su poder y de todos los recursos del Estado, maltrataron, insultaron y llamaron enemigos de la revolución a sus contrincantes políticos; interpretaron la ley como les dio la gana para justificar la participación del primer mandatario directamente en la campaña poniendo a los demás candidatos en real y antidemocrática desventaja. 
Los verde agua nos quieren convencer que ganaron en Quito porque Baroja ganó en Pichincha.  No, señores, Baroja ganó en Pichincha, pero a Barrera le dieron una paliza electoral en Quito y Alianza País perdió la capital, uno de sus más fuertes bastiones políticos.  Que en Cuenca perdió la derecha y ganó un supuesto aliado de la revolución. No, señores, en Cuenca perdió Granda y Carrasco ganó presentándose no como un aliado del Gobierno, sino como una alternativa democrática y eficiente para el progreso de la capital azuaya.   Que Alianza País ganó en donde ganó Avanza. No, señores, los perdedores se subieron a última hora a la camioneta de Ramiro González.
La política se parece mucho al fútbol. Esto fue lo que el profe Maturana dijo cuando la selección colombiana Sub 20 perdió el campeonato que se realizó en su propio país: “Esta película ya la he visto: un equipo que se arma con mucha ilusión, el país empieza a coquetear con él, hay momentos fantásticos, nos sentimos colombianos a muerte, nos ponemos la camiseta, soñamos y después viene el batacazo”.   Todo proceso tiene un ciclo y Alianza País acaba de recibir su batacazo.. Si no estuvieran tan ciegos, quizá hicieran lo que los colombianos cuando entendieron lo que Pacho les quiso decir; cuando uno pierde la única posibilidad de ganar un poco es aprendiendo de los errores cometidos. La gente se cansa de las mismas jugadas y por lo visto el presidente Correa es el que menos lo entiende, en vez de renovar el equipo y cambiar el juego táctico,  abre la puerta a la reelección indefinida. Yo propongo que lo dejemos ser el eterno candidato y que el pueblo le dé su batacazo.

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