miércoles, 19 de marzo de 2014

Derechos y reveses



Por: Jeanette Hinostroza
Una verdadera telaraña de enredos ha tejido el Gobierno alrededor de sus ofertas, promesas, amenazas, cumplimientos y arrepentimientos.  Lo cierto es que la araña intenta hacer y deshacer la red de acuerdo a su convenciencia, pero su presa ya la conoce y no cae fácilmente.  El Gobierno en pleno se movilizó para convencernos de que teníamos que proteger el Yasuní; marchas, campañas publicitarias, eventos, discos, canciones, video clips y una comitiva de lujo que se dió la vuelta al mundo pasando el sombrero. Puro derroche.
 Al poco tiempo el discurso dio un giro radica, y  lo que antes era descrito como el pulmón del mundo, el único tesoro natural que queda para nuestros hijos, ahora es solo es el uno por mil de un territorio.

Las masas correístas comandadas por el Mashi, redujeron el territorio con la mayor diversidad de flora y fauna del mundo a un simple número, seco, frío y aparentemente sin ningún valor.  Como no pudieron hacernos cambiar de opinión, ahora intentan boicotear una consulta popular legal y legítima a favor del Yasuní, con discursos que como siempre intentan descalificar y destruir a los organizadores. 
¿Que la alternabilidad es buena para la democracia? Eso mientras no había sucesores, pero como Alianza País perdió las últimas elecciones y a nivel nacional hay varios líderes locales que les pueden hacer calor, entonces ahora reconsideran su posición y plantean la reelección indefinida.   Me da vergüenza ajena ver en lo que se ha convertido el combativo Virgilio Hernández, hoy vocero de principios indefendibles que le obligan a agachar su mirada cuando habla.  Y qué decir de Viviana Bonilla, una víctima de su propias palabras.  En campaña ofreció combatir a quienes intentan quedarse en el poder eternamente. Y ahora es ministra de un régimen que se niega a pensar en la posibilidad de que el pueblo ejerza su derecho a proponer nuevas alternativas.    
¿Que al interior de Alianza País se respeta la diversidad de pensamientos?  Siempre y cuando no contradigan el criterio o las órdenes del Mashi, caso contrario están expuestos a ser juzgados, sancionados, expulsados o zánganamente calificados en comunicación oficial por algún alto funcionario de Gobierno.
Solo me queda espacio para referirme a la última puntada de este tejido de enredos y contradicciones.  Resulta que, como al parecer, el Seguro Social se está quedando sin plata, no encontró mejor salida a la crisis que saquear los bolsillos de los trabajadores independientes.  Afortunadamente recularon, pero todavía no limpian del todo su discurso. El Mashi se mantiene al decir que quien se afilie voluntariamente tendrá que hacerlo calculando todos sus ingresos, sin tomar en cuenta que un trabajador independiente unos meses puede ganar mucho y otros nada.  ¿Y cuando ganen poco o nada con qué le van a responder al Seguro Social? Si los trabajadores no pueden afiliarse por el monto que quieran o que puedan ¿dónde está entonces el carácter voluntario de la afiliación?
Mientras en las redes sociales se toma con mucha ironía esta telaraña de contradicciones, en el Gobierno este tema del seguro social se resolvió con un chivo expiatorio y un Cordero quemado…políticamente.

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