martes, 22 de septiembre de 2020


POR: Patricio Matute García

Publicado en la revista El Observador (junio de 2020, edición 117) 

 


Chirimía
En las provincias de Azuay y Cañar, Ecuador se ejecuta musicalmente la chirimía, su origen se pierde en el tiempo, sin embargo aún se la puede ver y escuchar en las procesiones para los Santos patronos, como heraldo de los Priostes y Devotos, o en el Juego de la Escaramuza, donde varios jinetes revestidos realizan figuras en la kancha, al son de las notas de la Banda de Pueblo y de este singular instrumento.

¿Cómo llegó a Ecuador la chirimía?
La chirimía y su antecesor el oboe, proceden de Oriente, ahí se puede comprobar su aparecimiento en monedas judías del siglo II. Cuando llegó a América era utilizada para doblar las voces en los coros de las iglesias de las catedrales de México, Lima y Quito, que necesitaban registros altos de voz. A Ecuador llegó en 1552 con la escuela de música del sacerdote Fray Jodoco Ricke, en donde se impartía canto gregoriano, coro polifónico e interpretación de chirimías, flautas, trompetas y organillos. En la ciudad de Cuenca también se instauró una escuela de música para la evangelización católica de los ciudadanos que conformaban cofradías con Priostes y Devotos; el musicólogo ecuatoriano Segundo Luis Moreno, corrobora esta procedencia “en la ciudad de Cuenca, conocí una vez en poder de los indios, un instrumento cónico de madera, pequeño y con doble caña, que lo llaman chirimía; produce un sonido fuerte, áspero, estridente, de timbre -a distancia-, parecido al de la trompeta”.

La fiesta de la Escaramuza y la chirimía

Hemos asistido a diversas fiestas de Santos patronos en las provincias de Azuay y Cañar, para estudiar a la chirimía, que siempre va acompañada de una caja o redoblante; este aerófono ordena las diferentes instancias del Juego de la Escaramuza, intervine cuando entra la Caballería, cuando recitan sus versos: Loa, Reto, Contrareto, y cuando interpretan diferentes labores los jinetes y guías: Salutación, Entrega de la plaza, Número ocho, Cumbeña, Culebrita, Firma y Salida. Uno de los pocos chirimieros vivos de Azuay, Juan Tenemea, de la parroquia Tarqui, corrobora esta información cultural: “la chirimía es un instrumento propio para la Caballería, los caballitos solitos, aunque estén amarrados, bailan o se mueven suavemente, siguen la labor al guía y dan lo que más puedan, en cambio con la música de la Banda de pueblo, ellos corren a la fuerza”.

Aun persisten la identidad cultural y la memoria histórica en algunos lugares del mundo, ese es un sello de humanización, por suerte en la provincia del Azuay se puede escuchar la chirimía en Punta Corral, en las fiestas de San Agustín, en octubre; también en Sayausí, en las fiestas de San Pedro, en junio; o en Baños para la Fiesta de la Gudalupana, en enero; así mismo en septiembre y octubre para la Fiesta del Señor de las Aguas en Girón; en El Carmen de Narancay alto para las Fiestas del Carmen, en julio; en San Juan del cantón Gualaceo; y en algunas oportunidades en Paute y Guachapala. La chirimía tiene su propia cartografía cultural en las provincias de Azuay y Cañar, se manifiesta culturalmente durante todo el año, excepto el tiempo de Pawcar Raymi, donde se celebra la Fiesta del Florecimiento y la Fiesta del Agua.

Valiosa y única información que hay que poner en valor o se perderá
El chirimiero azuayo Juan Tenemea, nos comparte estos saberes: “hay veinticinco tonos de chirimía: Entrada, es para los honores en la casa de los Priostes, o para entrar a la iglesia y alabar a los santos patronos; Salutación, es para que los guías de la Escaramuza lleguen, saluden y se vayan en sus caballos; Procesión; Culebrilla; Rosas; Trébol; Cadena; Cumbeña, son algunos tonos para las labores del Juego de la Escaramuza”.

Por otro parte el investigador cultural, Manuel Agustín Landívar, del desaparecido Instituto Azuayo del Folclore,  ha registrado otros tonos de chirimía: Llamada, Entrada de Tropa, Borrega, Chugo Tramposo, Hoja de Malva, Batida Chocolate, Chica Venada, Hoja Seca, Mishi shamungo ucuchita, Palma, Recogida, Despedida, y Curiquinga.

Carlos Ramírez Salcedo, -quien fuera nuestro maestro del idioma quichua en la Universidad de Cuenca-, también registró más tonos de la chirimía: “Llegada a la Plaza, Descansando en la casa, Llamada de Atención, Entrada a la plaza, Labor de Escaramuza: Cruz, Venada, Uchita, Monta a Caballo Vámonos, Despedida, Llamada de Loma más Alta, Llamada de Cabildo, Albazo, Tropa Armada, Entrada de la Gloria”.

De los veinticinco tonos de la chirimía practicados en las fiestas, durante años, en la actualidad solo se interpretan cuatro.

El Juego de la Escaramuza tiene su punto histórico
Este juego posiblemente sería la fusión del Ayanfaile de los Kañaris, los juegos estratégicos de los Incas y la cría, doma y monta de los españoles que llegaron a Abya Yala, donde cumple un papel muy importante la música de Banda de pueblo y de chirimía. Cuando esta suena los actores culturales se compenetran y muestran un performance en un rito de admirable belleza, donde el sacrificio para alabar a los Santos patronos, vale la pena, pues se preparan casi todo el año; también gestionan culturalmente para que la fiesta se mantenga, contribuyendo así a la cohesión social, bajo el pretexto de la identidad.

Juan Sigua en Baños de Cuenca
Don Juanito, -como lo llaman sus amigos-, es el último chirimiero de esta parroquia rural, él y su hermano interpretan la chirimía y la caja para la fiesta del Domingo de Pascua en Semana Santa. Cuando toca los tonos de chirimía, va ordenando los movimientos de un grupo de personas ataviadas como oficiales del ejército que corren con una bandera roja blandida en el atrio de la iglesia del lugar, algunas esquinas y en las casas de los Priostes; más tarde habrá música de Banda, baile de Comparsas, comida con mote y cuyes y finalmente baile popular; “este acto es único, solo lo hacemos aquí, antes tocaba la chirimía el señor Manuel Chapa, pero murió, como vivía en ese cerrito, la gente bautizó el lugar como la Montaña del chapa, o Chapa-Loma”, esta información nos compartió el historiador comunitario de Baños, Eliseo Barros.

Interpretando el significado de la chirimía

Hay una simbiosis socio-cultural-musical en el área de los Andes y la chirimía es un buen ejemplo, cuando se la ejecuta como heraldo, pregón u ordenador del Juego de la Escaramuza, muestra de una u otra forma la cosmovisión de la chakana (cruz del sur): interpretada en cuatro puntos cardinales, representa: aire, agua, tierra, fuego; interpretada en el centro, representa la distribución agraria, el culto a sol y luna, además de los equinoccios y solsticios; todo enmarcado en las categorías andinas de la reciprocidad, comunitarismo y solidaridad (Randi-randi, Ayllu, Ayni, Minka/Mikunakuna, Alli Upiay-Alli Mukui, Kanacuy, Pukllana, Kushilla Kawsana), que se ejercen bajo el sincretismo del Priostazgo, Devotazgo, Mayorazgo y Padrinazgo, investigación que también la realizamos bajo el denominativo: «Gestión Cultural Comunitaria».

La chirimía y los ámbitos de la inmaterialidad patrimonial
La chirimía se relaciona con varios ámbitos del patrimonio inmaterial como la Tradición y Expresiones Orales en los Alabados, Cantos y Rezos de la Semana Santa, y el Señor de las Aguas de Girón; y con los versos de Loa, Reto y Contrareto.

También se relaciona con las Artes del Espectáculo en la práctica del Juego de la Escaramuza, y en ocasiones con el baile de la Contradanza y la Comparsa. Por otro lado se relaciona con la Música de la Banda de Pueblo, y con el acordeón y guitarra, cuando hace de heraldo al visitar la casa de los Priostes y Devotos.

Con los Usos Sociales, Rituales y Actos Festivos se relaciona en la alabanza a los Santos patronos, las Procesiones y la Semana Santa.

Finalmente se relaciona con las Técnicas y Expresiones Artesanales en la construcción de la misma chirimía y de la caja o redoblante, con materiales escogidos muy cuidadosamente, en donde se demuestra la destreza de los luthiers andinos, conozco poquísimos artesanos que la construyen bien y con los materiales adecuados y hasta que la saben “curar” con alcohol y saliva, para que su sonido se amplifique a mucha distancia.

Importancia de la chirimía para la comunidad socio-cultural
La chirimía constituye un ordenador en el Juego de la Escaramuza y su presencia como heraldo en Semana Santa y en la fiesta del Señor de las Aguas de Girón hace de este instrumento musical, un cohesionar social que rememora la memoria viva por medio de la música de sus tonos. Es necesario ponerla en valor, pues es una manifestación en alto grado y riesgo de desaparición, tanto en su construcción artesanal, como en la interpretación musical y su rica historia regional.

Por otro lado hay que salvaguardar a los ejecutantes de chirimía en Azuay y Cañar, quedan pocos cultores como Juan Sigua en Cochpamba, Baños, Cuenca; Juan Tenemea en El Recreo, Tarqui, Cuenca; José Manuel Palaguachi en Jerusalén, Nasón, Biblián, Cañar. Es necesario registrar y pautar los 25 tonos que ejecutan los chirimieros en el Juego de la Escaramuza, así mismo los tonos de Semana Santa que se ejecutan en la iglesia de Cojitambo, en Azogues, Cañar.

Reaccionemos, nuestra cultura es valiosa, un tesoro de humanidad
Si no emprendemos en un estudio profundo y académico de las manifestaciones culturales tangibles/intangibles, materiales/inmateriales de la etnia Kañari (provincias de Azuay y Cañar, sierra sur del Ecuador), poco a poco irá desapareciendo la identidad cultural, la memoria histórica y el ADN cultural se difuminará en el tiempo y el espacio.

Precisamente en estos momentos en que la humanidad pretende ser estandarizada bajo un gobierno global económico, bajo un canon cultural único, bajo un solo modelo comunicativo, bajo un mismo sistema alimentario, bajo un mismo sistema de salud global, es muy importante identificarnos desde la diversidad, para mantener en pie el humanismo y rechazar la «robotización de la vida», a través de las tecnologías de la telemática, mecatrónica, e inteligencia artificial. El arte y la cultura pueden salvar a la humanidad de una extinción, como ya lo hicieron en este tiempo pandémico coronavirario, porque mantuvieron a raja tabla la salud mental de millones de seres humanos en constante interconexión. Quizá ahí está el kit del asunto para supervivir: no hiperconsumir materialmente, pero si hiperconsumir inmaterialmente por medio de la espiritualidad que nos brinda la estética y la conciencia que nos dan: ética, ecología y economía soli-comunitaria (solidaria, comunitaria, horizontal).

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