martes, 22 de septiembre de 2020

 

POR: Ana Luz Borrero

 Publicado en la revista El Observador (junio de 2020, edición 117)

 


¿Por qué celebrar el Bicentenario del Tres de Noviembre?
El Tres de Noviembre de 1820
Cuenca y la región se apresta a celebrar el Bicentenario de la Independencia el próximo Tres de Noviembre del 2020, ésta es una de aquella fechas y fiestas cívicas que se celebran y conmemoran a nivel nacional y que forman parte de los feriados oficiales del país.  Los investigadores sobre la independencia de Cuenca, del Tres  de Noviembre de 1820, que tuvieron acceso a las fuentes documentales, perdidas o inexistentes en su gran mayoría en la actualidad, afirmaban que los complotados de esta ciudad, mantuvieron correspondencia con los de Guayaquil, que ante las primeras noticias de los sucesos del 9 de Octubre, concibieron un plan que permitiría reunir un “Cabildo Abierto” para poder expresar su deseo de independencia, siendo el Cabildo la institución que se pensaba representaba la soberanía del pueblo, tal como sucedió con otros de las tierras americanas. 

El movimiento independentista de Cuenca, contó con el apoyo del Teniente Coronel Antonio Díaz Cruzado, gobernador de la Provincia de Cuenca, ante la ausencia del gobernador Melchor de Aymerich quién ejercía en ese momento la Presidencia de la Real Audiencia de Quito, a más del apoyo de los complotados, entre los que se contaba a al alcalde constitucional de segundo voto doctor José María Vázquez de Noboa (nacido en Concepción, actual Chile y casado con una dama cuencana), el doctor Joaquín Salazar y el Teniente de infantería Tomás Ordóñez, que consiguieron la proclama de independencia pese a la férrea oposición del alcalde de primer voto el español don Juan Antonio Jáuregui y del Jefe Militar de la Plaza el coronel, también español, Antonio García y Trélles.  Díaz Cruzado dejó la ciudad, en pleno acuerdo con los patriotas y es apresado por oficiales realistas poco después.  La oposición realista al movimiento patriótico, estaría coordinada por el Jefe Militar de la Plaza, por el alcalde español y las tropas acantonadas en Cuenca, así como algún que otro vecino fiel al Rey. 

La efímera República de Cuenca:
El movimiento independentista de Cuenca elaboró una Carta Constitucional de la República de Cuenca, que se “sancionó” el 15 de noviembre de 1820, historiadores de inicios del siglo XX, dieron mucha importancia al Plan de Gobierno de Cuenca.  La Carta fue expedida por una Asamblea que recibió el nombre de Consejo de la Sanción, constituida por todos los representantes de las corporaciones y parroquias que debían concurrir a esta Asamblea como diputados: “elegidos libres y espontáneamente por pluralidad absoluta de votos”.  Los diputados representarían al ayuntamiento, al cabildo eclesiástico, comunidades religiosas, clero, milicia, corporaciones de abogados, agricultores y hacendados, comerciantes y gremios, así como los delegados de las principales ciudades y pueblos de la región.

El doctor José María Vásquez de Noboa, fue nombrado como Jefe de la Nueva República y en uso de su liderazgo, realizó una convocatoria el 8 de noviembre de 1820 a los diputados y representantes de los ayuntamientos y pueblos de la región, que se nombraron y eligieron con la participación de los vecinos de los pueblos.  El Consejo de la Sanción expidió la Constitución de la República de Cuenca el 15 de noviembre, y declaró al año de 1820, como el “primero de su independencia”.   Los diputados y el pueblo que los nominó hicieron llegar por escrito sus respuestas patrióticas y a favor de la independencia, como ejemplo se puede presentar la respuesta de uno de los diputados representante de San Bartolomé, anejo de Sígsig, Juan Ignacio Gómez de Arce:  quien respondió ante la invitación señalando que: “… ha llegado la época feliz de nuestra liberad, y en que debemos recuperar los derechos de hombres que el despotismo tenía sofocados…”.  La Constitución de la República de Cuenca, señala en el artículo segundo que, Cuenca “és y será pa. [para] siempre una Provincia libre e independiente de toda potencia ó autoridad estraña, sin q. en ningún caso deba ser subyugada pr. Su voluntad”.  En ese mismo artículo, se afirma la intención de confederarse con otras provincias o repúblicas, en el artículo tercero dice se afirma que: “Sin embargo és y será confederada con las limítrofes y ccon todas las de América pa. los casos y cosas tocantes al sobstén mutuo de su independencia y recíprocos derechos”.

El artículo quinto habla de elecciones populares para el gobernante, que inicialmente sería el propio José María Vázquez de Noboa, esta primera autoridad al invitar a los cabildos y ciudades vecinas y cercanas de Cuenca, como por ejemplo al Cabildo de Loja y Zaruma diría en su proclama:

En este día ha proclamado el Ilustre Pueblo de Cuenca, con general júbilo, la Independencia de los déspotas Peninsulares (…) sacudió, en fin, el yugo opresor de los Visires de Europa (…) el pendón de la libertad tremola por el centro y por la periperie de toda la Ciudad y su Comarca (…) tengo el honor de que se me haya puesto a la cabeza de este valiente Pueblo, proclamándome Jefe Político y Militar de esta Provincia Libre (…) para que estas bases sólidas acaben de afirmar la columna de la libertad de América (…).

Ante la invitación del gobierno de Cuenca, el Cabildo de Zaruma la acogió positivamente, pero no sucedió lo mismo con las autoridades del Cabildo de Loja, cuyo alcalde se opuso rotunda y enérgicamente a los patriotas cuencanos.

La independencia de Cuenca, por la falta de fuerza militar,  duró pocos días, el 20 de diciembre de 1820, caerá  el gobierno autonómico bajo las armas españolas, las fuerzas patriotas cayeron ante las experimentadas fuerzas militares bajo el mando del  coronel español Francisco González,  quién actuaba bajo las órdenes de Aymerich, el sitio de la derrota sería la localidad de Verdeloma, cerca de Biblián, actual provincia del Cañar, González tomaría luego la plaza de Cuenca e iniciaría la persecución de los patriotas, la requisa y el secuestro de bienes, así como el fusilamiento de 28 patriotas que actuaron a  favor de la independencia, suceso que ocurrió en la actual plaza de San Francisco. Tales medidas llevaron al miedo de la población y a una profunda crisis económica y de supervivencia en la región.  

¿Por qué conmemorar el Bicentenario del Tres de Noviembre de 1820?
Entre las principales razones para conmemorar las luchas libertarias del Tres de Noviembre, están las aquellas que considero que son una de las grandes conquistas a las que pueden y deben aspirar las sociedades modernas:  la libertad política, el gobierno representativo, la democracia, el acceso a los derechos de ciudadanía y la autonomía política y económica. Cuando Cuenca Sanciona la Constitución, o el primer Plan de Gobierno, señala taxativamente que “Cuenca es y será siempre una Provincia libre e Independiente”, ése fue el deseo de esos tiempos y se ha manifestado vívido todavía en distintos momentos de la historia de la provincia y la región, sobre todo cuando, esta región ha caído bajo el dominio de gobiernos centralistas y que han perdido el rumbo de la democracia.

Hace cien años, cuando en Cuenca y en las Provincias Azuayas (Azuay, Cañar y Morona Santiago) se celebraba el Centenario de la Independencia, la ciudadanía y autoridades consideraron la importancia de un centenario que permitía dar un impulso hacia la modernización y el progreso, así como fortalecer la obra pública, la cultura y la educación. También hicieron énfasis en la búsqueda de la memoria de la región y de la ciudad, en la escritura de su historia, en la investigación geográfica, arqueológica, hacia las identidades culturales y sociales, y un estudio de sus fortalezas, logros y dificultades.  Fomentaron el desarrollo urbano, la ciencia, la tecnología, las artes, las comunicaciones y sobre todo la sociedad de la época hizo énfasis en la importancia de la libertad. 

Breves conclusiones:
Ante la proximidad del Bicentenario, ya en el segundo milenio, y viviendo como estamos los estragos de la pandemia del Covid-19, ante la crisis sanitaria, social, económica y política, Cuenca tiene y debe celebrar, tal vez de manera distinta, pero, sobre todo debe dejar clara la capacidad de un pueblo por luchar por sus ideales, por sus libertades e independencia, cuando ha sido tan clara la ausencia del Estado en esta región que, por el contrario ante la ineficacia de éste, ha mostrado fuerza, ingenio, pujanza y creatividad.

Frente al Bicentenario, es absolutamente necesario que el saber histórico e identitario de nuestro pueblo se mantenga, es una obligación de las instituciones rectoras de la Cultura de la ciudad, provincia y región, que deben actuar en primera línea a favor de la historia y la memoria,  la Municipalidad, las Universidades, la Casa de la Cultura, los Centros Educativos, y sobre todo se deben tratar de fortalecer aquellos espacios que generen investigación, valoración y producción en los ámbitos de la Historia y la Cultura.

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