José
Peralta
Por Galo Muñoz Arce
El largo y
turbulento período de la Revolución liberal, a finales del siglo XIX y
priincipios del siglo XX, se caracterizó
por la presencia, y acción de figuras que fueron, al mismo tiempo pensadores y
guerreros. Además del propio Eloy Alfaro, conductor de esa prolongada pero rica
epopeya, brillaron con luz propia, José Peralta, Roberto Andrade, Abelardo
Moncayo, entre otras figuras destacadas.
Por derecho propio
José Peralta, (1855/1937) ocupa un lugar cimero en aquella revolución. Rebelde
frente al oscurantismo católica de la época, periodista de garra y fundador de
medios alternativos, filósofo escritor, fue alto ideólogo de la alfarada, el
mejor continuador de la ruta trazada por Juan Montalvo, el precursor.
Una de sus obras
más importantes, es la Esclavitud en América Latina, escrita en Panamá en 1927.
Con esta obra que circuló dentro y fuera del país, peralta rompe las lanzas
contra el “imperialismo yanqui” cuando en
los países de Latinoamérica, era
tan fuerte la imagen norteamericana de una esplendorosa democracia,
supuestamente amiga y protectora de
nuestros pueblos.
En estas páginas, Peralta desmonta pieza por pieza lo que realmente eran los
Estados Unidos: una monstruosa maquinaria de guerra, intervencionismo
político-militar, despojo territorial y saqueo económico.
En el caso
ecuatoriano, Peralta previno el peligro que encerraba el apoyo yanqui al
militarismo peruano y las ambiciones por las islas Galápagos, nuestros
hidrocarburos, bosques y minerales, todo lo cual es hoy historia conocida que
Peralta lo vio anticipadamente, no solo en relación a Ecuador, sino con su
mirada bolivariana puesta en la Patria Grande.
La cancillería
ecuatoriana, mediante memorándum del 26 de agosto de este año dirigido al
cuerpo diplomático acreditado en el país,
retira de su página institucional, las incómodas publicaciones que no
comulgan con su política internacional entre ellos “La Esclavitud en América Latina” de José Peralta, un acto de censura, al
pensamiento antimperialista y de defensa de nuestra soberanía.
Resulta
impresionante que en pleno Siglo XXI sigan funcionando en el Ecuador instituciones
políticas inquisitoriales que sin ningún escrúpulo atentan contra la libertad
de expresión y la difusión de nuestro patrimonio cultural intangible.
La cancillería ha
´procedido así como los torquemadas de siglos anteriores al coartar la circulación
de obras que esclarecen y dan dignidad a nuestra historia. Es de suponer que si quedó algún remante de ejemplares de esos libros, haya
sido lanzado a la hoguera.
No entienden como
lo ha demostrado la historia, que el fuego y censuras no eliminan las ideas, al
contrario, de sus cenizas o torpes prohibiciones, como el ave fénix, renacen y
se esparcen con más fuerza.
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