sábado, 10 de agosto de 2019

COMENTARIO

Por Jaime Cedillo F.
Publicado en la Revista El Observador, edición 112, agosto de 2019
Ay país, país, país. Pasa de todo como en botica. La inmoralidad campea. La viveza criolla es el pan de cada día. Los ecuatorianos despertamos y nos acostamos con malas noticias. Ya no nos sorprende nada. Nos da igual. Hemos tocado fondo. A dónde más. Preguntas que van y vienen, sin respuestas. Los acontecimientos políticos más bochornosos, vergonzosos, han protagonizado en los últimos días, el desacreditado Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, presidido por el cura José Tuárez; y, la pareja (dispareja) del Iván, el "terrible" secretario anticorrupción, y su María Paula, ministeresa del interior.
Cómo es la cosa. Verán. El cura que ahora dice que no es cura, para llegar a donde ha llegado, ha utilizado las peores artimañas como engañar y mentir sin sonrojarse. Ha exhibido una hoja de vida falsa, con cargos que nunca ha ocupado.
Ahora, los "padres" y "madres" de la Patria saqueada, pisoteada, humillada, quieren enjuiciarle, al cura que no es cura, para que pague todos lo pecados habidos y por haber. Piden su cabeza y la de sus acólitos, que han llegado hasta donde han llegado, con la ayuda de esa infame corrupción enquistada en el Consejo Nacional Electoral. Por eso, el pueblo, alza la mirada al cielo y pide: del cura que no es cura, y de sus tres monanguillos, líbranos Señor. Amén.
No tengo dinero, ni nada que darte. Sólo amor de verdad. Eso le dijo Iván el "terrible", a su amada María Paula. Ella, la muy romántica, le respondió: es que el amor no tiene precio. Y, en seguida, ordenó al piloto que encienda los motores de la aéreo policial, que los llevaría a ser los protagonistas de un culebrón de telenovela en las alturas. Es que, comprendan, como estaban requete chiros, no les quedó de otra: se montaron (ellos) y se fueron de romance a Casa Blanca, partiendo desde la "carita de Dios", haciendo escala en las playas de Salinas", donde la vida no vale nada, hasta su nido anhelado, soñado, anciado. Por eso, el pueblo, que está bien cabreado, dice, suplicante: de los abusivos tortolitos chiros, líbranos Señor. Amén.
Pero qué está pasando en el Consejo de la Judicatura?. Si saben que tenemos nuevos inquilinos, de diferentes colores y sabores. Renuncia una de las vocales principales, y se titulariza el suplente, de nombre Jorge Moreno Yánez, ex-Síndico en la administración municipal (turbulenta), de Paúl Granda (irán entendiendo, porque no he de repetir); y, decano en la Facultad de Derecho de la Universidad de Cuenca. Moreno cabildea para que su compañero Giovani Sacasari, sea nombrado integrante de la super comisión que va a evaluar a los jueces correístas. Los dos "personajes" encubrieron las irregularidades del que fungía como catedrático de Derecho Penal, Caupolicán Ochoa Neira (involucrado en la ruta criminal del oro y abogado de prófugo Correa). El Observador, presentó una denuncia ante el Consejo Universitario, para que Ochoa sea investigado y sancionado, seguimos esperando una respuesta al alegato, por considerar que la comisión, presidida por Sacasari, incumplió, faltó a la verdad, es que entre bomberos no se pisan las mangueras. Otro miembro de la super comisión es Víctor Granda, padre del actual Director del IESS, Paúl Granda López (que fue Alcalde de Cuenca, autor intelectual del tranvía del infierno), en tiempos de bonanza correísta. Pero como favor con favor se paga, Moreno Yánez, le pide al Director Provincial del Consejo de la Judicatura en el Azuay. S. Valdivieso, que emita un acto administrativo para que su hijo, sea traído del juzgado en el cantón Santa Isabel, a Cuenca. Dicho acto no se consumó, porque la jueza afectada presentó una acción de protección, y por cuanto el Dr. Pablo Estrella Toral, abogado en libre ejercicio, denunció ante la opinión pública.. La FENAJE y la Función Judicial del Azuay, siguen esperando el pronunciamiento del Pleno del Consejo de la Judicatura, que exigen la destitución de S. Valdivieso V. por interferir en las actuaciones jurisdiccionales. Así camina nuestro país, de tumbo en tumbo, de sapada en sapada, de metidas de mano, de cruce de cuentas. Al pueblo, no le queda más, que pedir con infinita devoción: de estos sapos: líbranos Señor. Amén.. Que este cuento se ha terminado.

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