sábado, 29 de julio de 2017

Al pan pan y al vino vino


DIARIO EL MERCURIO
Publicado el 2017/07/29 por AGN
[Alberto Ordóñez Ortiz]
En política nada es gratuito. Todo tiene un costo. Nada escapa a esa regla. Las mentiras más pronto que tarde terminan por aclararse. No resisten los golpes de la lucidez que esclarece y demuele. Tratar de aprehenderlas cuanto antes, es útil no solamente por cuestiones de tiempo, sino por las que tienen que ver con nuestra capacidad de valoración. En política, más que en ninguna otra disciplina hay que mantener vivos nuestros alertas y, en ese orden, cuando fuere del caso, proceder a desmitificar sus actos frente a los ojos de nuestra colectividad. Que nadie falte a la fiesta en que la luz sea para todos.
Hay que partir del irreversible hecho de que siempre se dejan señales. “No hay crimen perfecto”. A propósito, desde el oficialismo se ha dicho que la guardia de protección instituida principalmente para la protección de los presidentes y ex-presidentes de la República y de sus [familias] ¿…? no será aplicada en este gobierno. Sin embargo la ley que la creó, sigue vigente y, por tanto es de cumplimiento obligatorio. No sin razón, en estos mismos días, Diario “El Comercio” informó que Correa mantiene en Bélgica 6 guardaespaldas beneficiarios de fastuosos sueldos que le costarán al país más de 5 millones de dólares por año. Por extraño que parezca, no se indica porque tiempo se mantendrán. ¿Será hasta la consunción de los tiempos…?. En el 2016, la protección de la hija de Correa que estudia en Francia, nos costó 914. 289 dólares.
Entonces tenemos que por fuerza concluir que se trataría de un grave equívoco. Pero el tema no termina allí, penetra hondo en la conciencia ciudadana si se considera que los llamados a ser ejemplo de honestidad se habrían apartado de esa capital obligación cívica. La pérdida de credibilidad menoscaba la autoridad requerida para constituirse en garantía de confianza y estabilidad social. Y, que, a la postre resultará irrecuperable.
Se ofreció acabar con las sabatinas, pero la realidad es muy diferente. Se la mantiene bajo un disfraz nada ingenioso. Tampoco podemos olvidar que en campaña se ofreció construir 325 mil viviendas en los próximos 4 años de gobierno, lo que significa que debían construirse un estimado de 385 viviendas por día. Sin embargo hasta la fecha no se ha construido ninguna. El anuncio de revisar la Ley de Plusvalía no deja de ser sino un anuncio que, además debe ser aprobado por la desconcertante Asamblea. Bajo esas circunstancias, todo queda flotando en el enrarecido aire de las meras posibilidades.
La apertura al diálogo es exigencia propia de la democracia. De allí que elevarla a los altares como si se tratase de algo excepcional no pasa de ser sino el sobresalto propio de las exageraciones. Sin que de ninguna manera pretenda decir que no es una señal positiva. Para evaluarla hay que ver resultados. ¡Papeles!, ¡papeles! o, evidencias como dice el pueblo soberano. Así las cosas, parecería que estaríamos extralimitándonos en apreciaciones sobredimensionadas. Habrá que ver. Aún hay tiempo. Mientras tanto es preciso recuperar el sentido de las proporciones y llamar al pan pan y al vino vino. Las cosas claras y el chocolate espeso. (O)

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