lunes, 15 de febrero de 2016

LIDERAZGO PRESIDENCIAL


Sr. Presidente, en relación con los últimos acontecimientos suscitados con Oficiales integrantes de la cúpula de Fuerzas Armadas, por los argumentos manifestados en defensa de los intereses económicos de los afiliados activos y pasivos del Instituto de Seguridad Social de Fuerzas Armadas, a consecuencia de lo cual fueron destituidos de sus cargos y; en base a que ud. ha manifestado en innumerables ocasiones que es el Comandante en Jefe de las FFAA, permítame, como un oficial subordinado a su autoridad, realizar una importante observación que todo militar está en la obligación de hacer cuando estima que su Comandante está equivocado, quedando en él, la potestad de aceptar o no dichas sugerencias:

Ser líder no significa denostar, agredir, humillar, o rebajar a sus subalternos; una de las tantas definiciones de liderazgo que todos los Guardiamarinas aprendimos en el primer año de la Escuela Superior Naval dice: ‘’Capacidad de influir en un grupo para que se logren las metas’’. El verdadero liderazgo naval para el Almirante Horacio Nelson, héroe inglés de cuya vida y muerte se sustentan una gran parte de las tradiciones navales en el mundo, se basa en ‘’lograr la cooperación de sus subalternos, venciendo sus intereses egoístas, en lugar de manipularlos’’ (Bauer, 1986:131). Así mismo Roy Hattersley escribe acerca del liderazgo de Horacio Nelson “la sólida confianza de Nelson en sí mismo y sus marinos, que él de alguna manera transmitió a la flota, ciertamente produjo reservas de osadía y determinación que no hubieran podido ser extraídas sino por un líder autosuficiente. Debido a que Nelson estaba inspirado, tenía la habilidad de inspirar a otros” (Hattersley 1974:213). Lo que significa que el verdadero líder se convierte en el guía que, con el ejemplo, nos conduce por el camino correcto para conseguir los objetivos propuestos, si alguien se equivoca de rumbo, no se le llama la atención delante de sus superiores o subalternos, si no de manera reservada, a fin de ganarse su respeto. Caso contrario de no cumplirse esta premisa básica, jamás lo seguirán ni lo miraran como a un verdadero líder.
Ser obediente y no deliberante no significa ser sumiso ni servil, este es otro paradigma que ha sido mal interpretado por la política, estas condiciones sirven para evitar que el poder de las armas que nos da el Estado ecuatoriano para proteger su soberanía, sea mal utilizado por elementos que desdicen del honor militar. Me permito recordarle que nos debemos al Estado ecuatoriano y no a este ni a ningún otro gobierno, en base a lo antedicho todos los militares realizamos nuestro juramento ante el pabellón nacional.
Cabe recalcar que nadie quiere guerras, ni mucho menos golpes de estado, las actuales FFAA, en las que me enorgullece haber servido durante 35 años, han madurado profesionalmente, a esta generación le tocó el inmenso honor que todo soldado anhela, el de haber estado en primera fila defendiendo a nuestro país en los conflictos de Paquisha y el Cenepa, le puedo manifestar que; en las contadísimas ocasiones que entramos a puerto, sentí el inmenso aprecio y respeto del pueblo ecuatoriano hacia sus FFAA, por lo que le solicito que no trate de dañar ni manchar esa comunión con nuestro pueblo.
En mi forma de apreciar la situación, si leemos las directrices emanadas del Foro de Sao Paulo pareciera que existen personas en su entorno que buscan desprestigiar a las FF.AA; muy respetuosamente le sugiero que se aparte de ellas, debido a que están haciendo un daño irreparable a la Institución que según la Constitución, garantiza la soberanía e integridad territorial. También sería bueno recordar que las crisis y las guerras las hacen y las inician los políticos y no los militares. Un antecedente de lo comentado fue el resultado del conflicto de 1941, cuando la política prácticamente desmanteló a FFAA, a pesar de lo cual; se luchó y se combatió con heroísmo en defensa del suelo patrio.
Nuestra Institución es vertical, jerarquizada y disciplinada, por lo tanto la relación que hay entre sus miembros se basa en esas premisas, la igualdad se da en el trato y respeto que deben primar, ya basta de poner al personal de tropa en contra de los oficiales y de reintegrar a personal que ha sido destituido por mala conducta o cualquier otro motivo. La base en que se asienta la conducta y fortaleza de nosotros está sustentada por tres pilares: HONOR, DISCIPLINA y LEALTAD, no la destruya. Aunque algunas personas no entiendan nuestra formación, ésta es necesaria para poder liderar hombres en todos los niveles de nuestra jerarquía militar; en caso de existir abusos e irregularidades, tenemos leyes y reglamentos vigentes para su correcta sanción.
En la Escuela Superior Naval se halla un mural que dice lo siguiente: ‘’El buque de guerra es un claustro heroico, no entréis en esa religión si no os sentís con la vocación sublime, pues mientras seáis allí depositario de la bandera de la patria, cualquier debilidad humana puede arrastraros al deshonor’’ Sr. Presidente no destruya esa vocación y esos ideales inculcados en nuestros jóvenes oficiales y personal de tropa, no envíe comunicaciones directas al personal, para eso están los Comandantes Generales de cada Fuerza, al hacerlo le está restando a ese Comandante General, la autoridad y respeto que merece de sus subalternos.
Por último Sr. Presidente permítame recordarle que si un subalterno no obra de manera correcta, no falla esa persona sino su comandante, que no ha podido o no ha sabido liderarlo y guiarlo. El respeto y la lealtad es una vía de doble sentido no los exija cuando Ud. no los da. Ponga de ministro a alguien que aglutine, que una, no que divida, a no ser que las intenciones sean otras. Un comandante debe ser coherente con lo que dice y hace, escuchar a sus subalternos y reconocer cuando se equivoca, eso construye las bases para un sólido liderazgo.
Bolívar Alejandro Sánchez
CPNV-EMC (SP)

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