|
|
Son constantes las denuncias de que el trato que reciben las personas que desean hablar con Monseñor Vicente Cisneros, Arzobispo de Cuenca, deja mucho que desear pues la descortesía, la prepotencia, y la falta de buenos modales, por parte de las secretarias particulares del arzobispo, ocasionan malestar en la ciudadanía.
Lo curioso es que las secretarias del despacho arzobispal son las propias hermanas carnales de Vicente Cisneros: Esther Amelia y María Gloria Cisneros Durán, quienes son parte de un cuestionado caso de nepotismo dentro de la Iglesia. Las Cisneros no respetan el orden de los turnos de las audiencias que la gente solicita con el arzobispo, los ciudadanos son indagados completamente por ellas sobre el motivo que les trae al despacho arzobispal y sólo cuando consideran que ya conocen a plenitud el caso particular de cada persona, las hacen pasar al despacho.
La gente rechaza esta actitud de las hermanas Cisneros y cuando esto sucede, María Gloria y Amelia evitan a toda costa las entrevistas con el arzobispo de Cuenca.
MALTRATOS a la prensa
Periodistas y comunicadores sociales viven iguales cosas cuando éstos solicitan entrevistas con el arzobispo, pues sus hermanas no otorgan facilidades para el cumplimiento de sus labores periodísticas. Con algunos se han dado enfrentamientos personales y el malestar crece día a día. La ciudadanía considera que Cuenca no debe ser burlada en la Curia por las hermanas Cisneros.
ABUSOS
Las Cisneros están acostumbradas a que ciertas personas, incluido sacerdotes, les entreguen regalos para que puedan contar con su favor y, por lo visto, las personas humildes que buscan hablar con el arzobispo son maltratadas y reciben constantes muestras de racismo y segregación. ¿Es cristiano este actuar dañoso?.
GASTOS onerosos
Según denuncian gentes del interior de la misma Curia, la familia Cisneros usufructúa del poder arzobispal para deleitarse con extravagancias exageradas como el hecho de que cada año, los viajes de placer de toda la parentela de Cisneros tienen como destino, Orlando y exóticos lugares del mundo, así como otros empleados denuncian que todos los festejos de cumpleaños y aniversarios de Cisneros se celebran en lugares lujosos de Cuenca: Caballo Campana, Hostería Durán, Hotel Oro Verde. Por otro lado, en la Curia constantemente se vive en festejos de cumpleaños y aniversarios del personal, organizándose frecuentes farras cada tres meses con un exagerado gasto de dinero para estos menesteres.
Cuando Vicente Cisneros llegó a Cuenca, se contrató un equipo de arquitectos para convertir uno de los locales de la Curia en residencia arzobispal. Se pagó por el anteproyecto y se lo archivó decidiendo después restaurar el predio
para convertirlo en un lugar comercial en donde ahora está ubicado el Instituto Sudamericano.
Se tomó entonces otra decisión: comprar una mansión en una ciudadela privada, “Los Hornos”, para que se convierta en residencia arzobispal. La casa en cuestión fue comprada a Beatriz Flores Zamora y fue rediseñada a gusto de la familia de Cisneros. Cuando la abogada de la Curia quiso hacer entender a Cisneros de que en la minuta de compra de la casa no era conveniente poner el elevado costo de la misma porque los impuestos se llevaría el notario y no se estila nunca poner el precio real en la escritura, Cisneros se opuso a ello manifestando que “él quería que se declarara el precio real porque le convendría tenerles de cerca al Notario y al Registrador de la propiedad”.
A la casa es imposible acceder pues si se pregunta por el arzobispo se niega toda información para evitar que se descubra la clase de vivienda que se ha comprado con el dinero de la Iglesia. En el mismo sector, se denuncia que el arzobispo Cisneros tiene otra vivienda a nombre de un sobrino y cuando se indaga por él, se niega toda información sobre el prelado. ¿Por qué se oculta tanto la familia Cisneros?.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario