viernes, 14 de febrero de 2025

 ECUADOR POLARIZADO

POR: Francisco Escandón Guevara


Las elecciones generales del 2025 fueron inéditas, nunca antes en la historia del Ecuador los

votos se polarizaron alrededor de dos candidatos a la presidencia que concentraron más del

88% de los votos válidos y la representación conjunta de, al menos, 133 de los 151 asambleístas

en disputa.

Este escenario no es casual, es el resultado de múltiples variables que determinaron la

conducta electoral e ideológica de los ecuatorianos. Hay una combinación concurrente en el

discurso de polarización; el correísmo y el oficialismo de Noboa coincidieron en la narrativa que

sólo cabían dos opciones electorales e invisibilizaron a la gran mayoría de opciones

presidenciales, así simplificaron el debate político en una lógica binaria, sin otra alternativa.

El eco de los grandes medios de comunicación, tutelados por los grupos económicos de poder,

fueron determinantes en la repetición persistente de los mensajes que posicionaron este

escenario; así también lo hicieron los algoritmos de las redes sociales, el millonario pautaje y las

interacciones inorgánicas influyeron en la formación de la opinión pública consumida por

millones de ecuatorianos.

Tal es el éxito de esa burbuja de información que la gran mayoría de los votantes son víctimas

de esa trampa de la polarización. Hay votantes de los finalistas electorales que desconocen

quiénes son los candidatos a la vicepresidencia que estarán en el balotaje o a quiénes eligieron

cómo asambleístas nacionales o provinciales.

La polarización, sus estrategas y las herramientas de difusión sedujeron a los indecisos e incluso

revertieron intenciones de voto que eran distintas a esta camisa de fuerza. Los sufragios que

obtuvieron Noboa y González suman más allá de sus votos duros, también hay segmentos del

voto útil e incluso de un voto vergonzoso que se decidieron por el mal menor incidido por una

agresiva campaña centrada alrededor del miedo y de las famosas encuestas que perdieron su

carácter científico-predictivo y se convirtieron en instrumentos de propaganda.

Para el balotaje de abril cada quien reclama su favoritismo. La campaña será una versión más

agresiva de lo que fue la primera vuelta: insultos, fake news, trolls, encuestas, denuncias,

algoritmos, influencers, etc., remplazarán a las propuestas.

Quienes pasaron o están en el gobierno quieren que ser electos otra vez y su mejor argumento

es ser menos malos que su contendor. ¡Vaya sistema, yo me rebelo!


 

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